La relación entre médico-paciente influye de manera decisiva en la vivencia emocional de la enfermedad y en la manera en que la asume el afectado. Normalmente el paciente se muestra reacio a asumir la diabetes por lo que la enfermedad conlleva, control regular, limitaciones en dieta y porque cree que de inmediato va a tener que insulinizarse de por vida, sin paso previo a los antidiabéticos que pueden mantenerlo en unos niveles normales. Por otro lado, están los que piensan que no es una enfermedad grave, y que solo puede ser mortal en algunos casos y que ingerir mucho azúcar provoca diabetes, solo se produce en pacientes con edad avanzada.
En este contexto, hay que mostrar al paciente que se trata de una patología que bien tratada permite tener una calidad de vida considerable, controlándola con las opciones terapéuticas actuales que facilitan llevar una vida normal. Además, hay que recordarle que llevar un control de la diabetes 2 es clave para que no surjan complicaciones ni se tenga que acabar insulinizando al paciente. Así, se debe concienciar al paciente y a su entorno para reducir el grado de frustración que conlleva la diabetes, ya que en muchos casos se tiende a influir negativamente debido al poco conocimiento que hay de la diabetes.
Charlas didácticas
Un mayor conocimiento de la enfermedad ayuda a todos a entenderla mejor, por lo que habría que intentar dar mayores herramientas para aumentar el conocimiento al entorno del paciente. Por eso, los talleres que expliquen la patología y que ayuden al paciente a entender bien la diabetes son una buena opción. Además, es importante normalizar la situación en la familia, ya que en algunos casos el entorno más cercano maximiza demasiado la patología, haciendo que el paciente se sienta frustrado.
De hecho, las asociaciones de pacientes son una iniciativa importante para dar a conocer mejor la patología y todo lo que conlleva: tratamiento, hábitos, vivencias de casos de otros pacientes, etc... Sería una buena opción para los pacientes que les resulta difícil asumir el cambio como tal.
Ante un nuevo diagnóstico de diabetes hay que tener en cuenta que se producen cambios drásticos en la forma de vida del paciente, ya que normalmente suelen ser personas con vida sedentaria y malos hábitos que deben de moderarse en consumo de alcohol, tabaco y dieta. Deben centrarse en los cambios en los hábitos, la eliminación de conductas de riesgo para la salud y la adquisición de nuevos comportamientos que resulten en una mejor calidad. Como no es posible curar la diabetes, es vital lograr que las personas asuman nuevos patrones de conducta que les permitan sobrellevarla de la mejor forma posible.
Porque enfrentarse a una enfermedad crónica como la diabetes constituye un reto importante tanto para el paciente como para su familia. Por eso, hay que abordar el tema con naturalidad y tranquilidad, haciéndole ver al paciente que es una enfermedad normalizada y bien tratada permite llevar una vida normal.
Opciones terapéuticas
Hoy en día hay muy buenas opciones terapéuticas. La mayoría de fármacos son muy buenas opciones. Los iDPP-4 son fármacos que destacan por su seguridad, ya que no se dan casos de hipoglucemias en condiciones normales. Aunque no disminuyen el peso tampoco se gana lo cual es importante y un aspecto importante es el poder darlo en pacientes con insuficiencia renal ajustando dosis. También es una buena elección los SGLT-2 ya que hay una disminución de peso en el paciente.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina General Armando Lopez Ortiz, Jorge Aparicio Freixa, Jordi Nicolau Grego, Yovanni Echemendia, Víctor López y David Rodríguez, de Piera.