El tratamiento con un nuevo agente que inhibe la actividad de SIRT2, una enzima que regula muchas funciones celulares importantes, reduce el daño neurológico, la pérdida de la función motora y la supervivencia prolongada en dos modelos experimentales de enfermedad de Huntington, según un estudio dirigido por investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH), que se publica en edición online de la revista Cell Reports.
La eficacia del fármaco ha demostrado en dos diferentes modelos genéticos de alta definición que es bastante única y muy alentadora, según afirma el autor principal del estudio, Aleksey Kazantsev, del Instituto MassGeneral de Trastornos Neurodegenerativos. A su juicio, el resultado sugiere que el diseño de inhibidores potentes de SIRT2 es una estrategia válida para el desarrollo de fármacos que frenen la progresión de la HD.
Estudios anteriores demostraron que la inhibición de SIRT2 (sirtuin-2 desacetilasa) protegía contra el daño neuronal en modelos celulares y experimentales de HD y la enfermedad de Parkinson, ambos caracterizados por la acumulación de proteínas anormales en el cerebro, y en otros trastornos neurodegenerativos.
El presente estudio fue diseñado para evaluar el uso de AK-7, un inhibidor de SIRT2, en dos modelos con Hungtington: el primero, llamado R6/2, se caracteriza por la progresión robusta y la gravedad de los síntomas neurológicos; el otro, llamado 140 Htt CAG knock-in, es genéticamente más cercano a la enfermedad humana. En ambos modelos, el gen de la huntingtina mutada contiene repeticiones ampliadas del triplete de nucleótidos CAG, que conducen al desarrollo de los síntomas motores de la enfermedad y el mismo tipo de daño cerebral.
Los individuos de ambos grupos recibieron dos inyecciones diarias de AK-7 en uno de los tres niveles de dosis (10, 20 o 30 mg / kg) a la edad de 4 semanas y durante un máximo de 14 semanas. Entre los del primer modelo, los tratados con AK-7 tenían una menor contracción de las estructuras del cerebro afectadas por la enfermedad y se registraron agregados más pequeños de la proteína mutante huntingtina característica del trastorno, además de vivir un 13 por ciento más que los no tratados.
En los experimentos con el segundo modelo, los sujetos tratados mantienen niveles de actividad similares a los de individuos normales durante varios meses, mientras que los no tratados mostraron una rápida disminución de la actividad motora. En ese modelo, a las 14 semanas de tratamiento se redujeron las mutaciones agregadas en la zona más afectada del cerebro en más del 50 por ciento, en comparación con los no tratados del mismo grupo.