La apelación del lema de la jornada (16 de octubre, Día Europeo del paro cardiaco) ha sido clara y directa: 'Tus manos pueden salvar más vidas'. Una verdad a la que es ajena una gran parte de la ciudadanía, pero la certeza de la afirmación es indiscutible. Y viene avalada por los datos científicos. En España más de 30.000 personas fallecen todos los años debido a una parada cardiorrespiratoria. En muchos casos, la muerte hubiera sido evitable si alguien hubiera iniciado una maniobra de resucitación cardiopulmonar (RCP) inmediatamente e in situ. Y ese alguien puede ser cualquiera, un ciudadano común sin necesidad de que tenga conocimientos previos en Medicina o asistencia sanitaria.
Está demostrado que si el masaje cardíaco se inicia durante los cuatro minutos inmediatamente posteriores a la parada cardiorrespiratoria, la probabilidad de supervivencia del paciente aumenta por encima del 50 por ciento y podría recuperarse sin secuelas neurológicas. Sin embargo, a partir de ese límite temporal, por cada minuto de demora en iniciar la RCP, las probabilidades de que el paciente salga con vida bajan un diez por ciento. Por lo tanto, la rapidez de actuación es fundamental.
'Más allá de los diez minutos de parada sin reanimación las posibilidades de recuperación son prácticamente nulas', deja claro Rocío Gómez, secretaria del grupo de trabajo de Cuidados Intensivos Cardiológicos y RCP de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC). Por eso es importante que cualquier ciudadano sepa reaccionar con rapidez y eficacia ante la emergencia de una parada cardiorrespiratoria.
'Al producirse fuera de los hospitales, la posibilidad de tener tratamiento inmediato es baja, lo que disminuye las posibilidades de recuperación y aumenta la de secuelas graves. En la actualidad sólo la mitad de los afectados consiguen llegar con vida al hospital, y de estos, la mitad fallece durante el ingreso como consecuencia de las secuelas o complicaciones de la parada'.
La SEMICYUC tiene 30 años de experiencia en divulgación y formación de la resucitación cardiopulmonar (RCP), cuyo máximo exponente es el Plan Nacional de RCP, organizando y avalando decenas de cursos cada año. En el Día Europeo del paro cardiaco, esta sociedad científica se ha sumado a la iniciativa europea 'Restart a heart day' y algunos de sus miembros estarán presentes en promoviendo y ejecutando actividades de información y formación para la ciudadanía.
Así, han estado en los siguientes lugares: Complejo Hospitalario Universitario de Ourense, Complejo Hospitalario Universidad Santiago Compostela, Hospital do Meixoeiro (Vigo), Hospital Álvaro Cunqueiro (Beade, Pontevedra), Hospital de A Coruña, Hospital 12 de octubre (Madrid), Hospital Universitario del Henares (Madrid), Hospital Universitario Infanta Leonor (Madrid), Hospital Universitario del Sureste (Arganda del Rey, Madrid), Hospital Universitari Mutua Terrassa (Barcelona), Hospital Vall d'Hebron (Barcelona), Hospital Nostra Senyora de Meritxell (Andorra), Hospital La Fe (Valencia), Hospital de Gandía (Valencia), Hospital Arnau de Vilanovaa (Valencia), Hospital de Sagunto (Valencia), Clínica Rotger (Palma de Mallorca), Hospital Universitario Son Espases (Palma de Mallorca), Hospital Virgen de la Victoria (Málaga), Hospital Quirón Campo de Gibraltar (Cádiz) y Hospital Universitario de Canarias.
Desfibriladores automáticos en lugares públicos
La resucitación cardiopulmonar puede realizarse de manera completamente manual (usando solamente las manos) o bien con la ayuda técnica de un desfibrilador automático.
Cada vez son más comunes en estaciones de transporte público, estadios, edificios públicos, grandes superficies comerciales... Muchos ciudadanos saben que están ahí, pero pocos sabrían cómo utilizarlo.
Y en contra de lo que muchos pueden pensar, los desfibriladores no están pensados para ser empleados por personal sanitario durante una emergencia, sino por cualquier persona que se encuentre cerca. Eso sí, se necesita un entrenamiento básico previo sobre la maniobra de resucitación cardiopulmonar (RCP). De ahí la importancia de continuar instruyendo a la población general. A día de hoy, se estima que solo un millón de españoles saben hacer una RCP. El objetivo sería alcanzar los tres millones durante los próximos años.