La
inmunidad celular mediada por linfocitos TCD4+ y TCD8+ se preserva constante y elevada incluso
6 meses después de la inoculación de diferentes vacunas. Lo hace frente a las diferentes variantes, incluida Ómicron, tal y como expone un nuevo estudio publicado en la revista
Cell.
En este trabajo, los científicos del Instituto de Inmunología de La Jolla (LJI) descubrieron que
cuatro vacunas contra la COVID-19 (Pfizer-BioNTech, Moderna, Janssen y Novavax) incitan al cuerpo a producir células T efectivas y duraderas contra el SARS-CoV-2 . Estas células T pueden reconocer las variantes preocupantes, incluidas Delta y Ómicron.
'Nuestros datos demuestran que la la gran mayoría de los epítopos de células T están completamente conservados, no solo en las variantes 'tempranas' analizadas previamente, sino también en variantes más nuevas', aseguran los autores.
Esto, señalan, lo que sugiere es que la evolución continua de variantes
no se ha asociado con un mayor escape de las respuestas de células T a nivel poblacional. 'No evitarán que te infectes, pero en muchos casos es probable que eviten que te enfermes gravemente', explica el profesor del LJI,
Shane Crotty, en un comunicado. Y lo hará hasta seis meses después de la vacunación.
Menos anticuerpos neutralizantes frente a Ómicron
El nuevo estudio
de Cell también muestra que las personas completamente vacunadas tienen
menos células B de memoria y anticuerpos neutralizantes contra la variante Omicron. Un hallazgo que está en línea con los informes de disminución de la inmunidad que han ido publicando laboratorios de todo el mundo.
'La mayoría de los anticuerpos neutralizantes, es decir, los anticuerpos que funcionan bien contra el SARS-CoV-2, se unen a una región llamada dominio de unión al receptor o RBD', indica la instructora de LJI
Camila Coelho, co-primera autora del estudio. 'Nuestro estudio reveló que las
15 mutaciones presentes en Omicron RBD pueden reducir considerablemente la capacidad de unión de las células B de memoria, en comparación con otras variantes del SARS-CoV-2 como Alpha, Beta y Delta'.
Claro que los anticuerpos neutralizantes y las células B de memoria son solo dos partes de la respuesta inmunitaria adaptativa del cuerpo. En una persona expuesta al SARS-CoV-2, las células T no previenen la infección, pero se encargan de destruir las células que ya están infectadas. Esto
evita que un virus se multiplique y cause una enfermedad grave. Por eso las conclusiones de este estudio son tan importantes.
El equipo de LJI cree que la 'segunda línea de defensa' de las células T ayuda a explicar por qué es
menos probable que las infecciones por Ómicron den lugar a una enfermedad grave en personas con todas las vacunas.
Respuestas de las células T iguales
Para saber si las células T inducidas por la vacuna que detectaron en su estudio eran realmente efectivas contra variantes como Delta y Ómicron, los científicos observaron de cerca
cómo respondían las células T a diferentes epítopos virales. El nuevo trabajo muestra que, aunque se observaron
disminuciones significativas en algunos anticuerpos neutralizantes y células B de memoria, las células T de memoria mantienen un buen trabajo al reconocer sus objetivos.
Incluso si es la variante de Ómicron altamente mutada. En general, al menos el 83 por ciento de las respuestas de células T CD4+ y el 85 por ciento de las respuestas de células T CD8+ permanecieron iguales, sin importar la vacuna o la variante.
'Estos datos
brindan motivos para el optimismo, ya que la mayoría de las respuestas de células T provocadas por la vacuna permanecen capaces de reconocer todas las variantes conocidas del SARS-CoV-2', aseguran los autores. No obstante, señalan que los datos también subrayan la necesidad para la vigilancia continua.
Los datos utilizados para esta investigación provienen de adultos que recibieron la pauta completa de vacunación, pero no las dosis de refuerzo con las que, consideran, se alcanzaría una mayor protección.
