Pese a que dentro de los centros sanitarios existen profesionales con ideas innovadoras, la falta de formación, información, contactos y recursos, impide que estas ideas de desarrollen. Más allá de la habitual negativa a financiar por parte de gerencia, el otro gran problema es la desmotivación, y es que los profesionales acaban por sentirse desalentados y poco cobijados por los objetivos de I+D+i del centro.
Si esa es una de las caras de la moneda, la otra es la triste realidad de que en muchos casos esa innovación, cuando se desarrolla, resulta muy poco productiva. Esa era una de las ideas que Antonio Sarriá, director de la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del ISCIII, exponía en la Jornada de Innovación y Transferencia tecnológica en Ciencias de la Salud', organizada por la Federación Española de Tecnología Sanitaria (Fenin) junto con la Red de entidades gestoras de investigación clínica hospitalaria y biosanitaria (REGIC) y la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC) en la Escuela Nacional de Sanidad. 'Lo que nos ha aportado la innovación es un incremento significativo de los costes', aportaba el experto, que además matizaba que 'el beneficio que obtenemos en ocasiones es razonable, pero en otras ocasiones está en el borderline'. Otro de los problemas que detectaba Sarriá era que 'aunque la tecnología es más segura, al haber expandido la población, los riesgos quirúrgicos también se han extendido', así como que 'introducimos innovaciones, pero no eliminamos ni sustituimos las que estamos utilizando'. Todo ello provoca que, según destacaban diversos ponentes, sea necesario que la innovación comience a generar recursos y no sólo gastos.
Una de las maneras de poner de acuerdo a todos los agentes en la búsqueda de una mayor eficiencia son las redes de colaboración. Ejemplo de ello es la Red de Innovación Tecnológica del Instituto de Salud Carlos III 'ITEMAS'. Presentaba la misma Manuel Desco, coordinador de este proyecto, que explicaba que 'es una red desde dentro', de manera que es mucho más efectiva a la hora de detectar necesidades. El principal problema común que se encuentran los investigadores, es generalmente el marco normativo, ya que varía enormemente según el desarrollo legislativo que haya realizado cada CC.AA. Otro de estos proyectos, de recién puesta en marcha es 'Medintech', cuyo objetico es el de dar mayor visibilidad. Así lo explicaba Ángel Lanuza, coordinador de la Plataforma española de Innovación en Tecnología Sanitaria.
Vías de financiación
De poco sirve una idea y su difusión si no se dispone de financiación. Es por ello que en este encuentro también han tenido su espacio estos agentes, con la intención de poner en contacto a profesionales y financiadores. Era de especial interés la intervención de María Pilar de Miguel, de la Dirección de Promoción y Cooperación del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI). Según explicaba actualmente existen 1.000 millones para financiar alrededor de 1.600 operaciones, aunque la clave a futuro va a ser 'fomentar la colaboración público privada'.
Otra de las vías para financiar innovación es la compra pública innovadora. Tal y como aportaba Nuria Díaz, 'no se trata de un nuevo tipo de contrato, ni de una nueva forma de adjudicación, sino de una política pública para fomentar la I+D+i'. Esta compra puede realizarse a través de proyectos ya desarrollados, o invirtiendo en cosas que aún no estén probadas compartiendo riesgos. La finalidad es, por tanto, mejorar la prestación de servicios.
Por último, Eva Beloso, responsable de Transferencia en I+D de Fenin, recordaba que tras las nuevas medidas anunciadas en el último Plan Nacional, 'todos los agentes involucrados vamos a tener que hacer un esfuerzo adicional'. Igualmente, desde Semicyuc recordaban que 'no queremos regalar nuestro conocimiento, sino trabajar con la Industria para crear proyectos, y que exista ese retorno tan necesario'.