Si volvemos la vista a la época pre-pandemia y comparamos con otros sectores, el sector de la salud quizás era aquel donde el journey del cliente (en este caso paciente) había experimentado una evolución más lenta. Históricamente, los profesionales sanitarios, en su práctica, han sido percibidos como portadores de un conocimiento difícilmente accesible y frecuentemente incomprensible por los pacientes, pero que les permitía vincular de forma acertada un tratamiento a una determinada condición clínica consiguiendo resultados en salud.
La rápida transformación digital del sector salud ha provocado que esa Torre de Marfil del conocimiento y de la práctica médica esté de reformas.
El aumento exponencial de las capacidades de recogida, disposición y explotación de los datos ha catapultado el empoderamiento del paciente hacia un rol de actor principal en la gestión de su enfermedad, aportando información, enriqueciendo y complementando al profesional sanitario desde una posición de valor. La Torre de Marfil está adquiriendo nuevos habitáculos donde paciente, profesional sanitario y tecnología se fusionan apoyados por la piedra angular de la Inteligencia artificial. Este solapamiento entre actores y tecnología está haciendo florecer una amplia variedad de casos de uso relacionados, entre otros, con los siguientes campos:
- Prevención y predicción: Gracias al crecimiento exponencial de los wearables en forma de dispositivos médicos portátiles, se pueden recoger datos como la frecuencia cardíaca, la actividad física, la nutrición, el VO2 y el sueño, que, analizados por Inteligencia Artificial, aportan insights de alto valor para apoyar a la prevención y predicción de enfermedades.
- Soporte al diagnóstico y detección temprana de cuadros patológicos: Son ya numerosos los casos de uso y algoritmos de IA que permiten apoyar al profesional sanitario, analizando imágenes clínicas en busca de estructuras cancerígenas o/en lesiones causadas por infecciones.
- Tratamientos personalizados y desarrollo de nuevos fármacos: La digitalización de historias clínicas también ha permitido la recogida de datos que permiten optimizar y personalizar las pautas de tratamiento estándar hacia las condiciones específicas de cada paciente.
- Ensayos Clínicos: La IA apoya a la industria farmacéutica en uno de los aspectos más importantes de un ensayo: la selección del organismo investigador. Esto lo hace identificando a los centros más cualificados y a los candidatos más prioritarios.
- Logística y gestión de centros hospitalarios: Ser capaces de predecir la ocupación de ingresos, o realizar triajes predictivos para optimizar las urgencias, incluso antes de que el paciente llegue al hospital, ya son una realidad.