El acceso a la información a través de internet es cada vez más patente y se traduce en que los pacientes acuden a las consultas con un un conocimiento mayor de su patología, conocimientos que han adquirido a través de la red. El acceso a la información, de una forma tan fácil y cómoda, ha hecho que casi todos los pacientes, con independencia de la edad, el nivel formativo o el sexo se preocupen por tener más datos sobre su enfermedad o la de sus familiares. Este comportamiento se ha visto incrementado en los últimos cinco años de una manera significativa y es muy común el que el paciente contraste la información que ha leído en internet en la consulta del médico. Hay que hacer una salvedad, algunas personas mayores, no todas, no suelen acudir a internet para informarse sobre su enfermedad, pero, como en todo, hay excepciones.
Entre las ventajas que tiene acudir a la red para obtener información está una ayuda a tomar decisiones terapéuticas, aumentar su autonomía y reforzar la prevención y la adherencia terapéutica. Por el contrario, los pacientes pueden caer en consultar información no contrastada y sin respaldo científico, interpretar esa información de forma incorrecta, autodiagnóstico, automedicación, hipocondría'
Perfil medio
Aunque el porcentaje de pacientes que consulta por internet varía en función de las zonas, la cifra se sitúa entre el 5 y el 20 por ciento, pero la tendencia es mayor por el uso común de las nuevas tecnologías. El perfil medio es un paciente con una edad comprendida entre 25 y 50 años con un nivel socioeconómico medio alto, aunque cada vez se están incorporando más personas cercanas a la edad de jubilación.
En líneas generales, el uso de internet es positivo, ya que encuentra gran cantidad de información útil y ayuda a muchos pacientes a entender mejor su patología y a concienciarse, en muchos casos, de la gravedad de la misma.
En este marco, hay que tener en cuenta que no se puede realizar un diagnóstico de un paciente basándose en una búsqueda de internet sin tener conocimientos de medicina y sin disponer de las pruebas diagnosticas y pretender rebatir al médico, entorpeciendo la labor de este. Así, en general, los especialistas no son partidarios de recomendar una página determinada al paciente, puesto que no saben exactamente el uso que se va a dar a esa información, ni el conocimiento y la sensatez que va tener ese paciente a la hora de analizar la información que lea.
También hay que destacar que, por lo general, las páginas de consulta más serias van dirigidas a profesionales sanitarios, lo que las convierte en poco comprensibles para el paciente, por el elevado número de tecnicismos y lenguaje que se utiliza.
En ese tipo de webs, los pacientes encuentran información relativa a dietas, tablas de ejercicio, manejo de dispositivo y pautas generales para manejar la enfermedad. Siempre tienen que tomarse con cautela y una opción puede ser que su médico le imprima en la consulta información destacada sobre sus intereses.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina de Familia Vicente Sabater Amat, Julio Javier Olaya Monteagudo, Alfonso Rubio López y Mª Soledad Oliva Ruiz, y los especialistas en Atención Primaria Juan María Terol Abellán, Juan Enrique Pereiñiguez Barranco, Ángeles Aragón Martínez, José Julio Pérez Alcaraz, Josefa Brotroms Román y Trinidad Romero Sánchez, del Centro de Salud Barrio del Carmen.