Un grupo internacional de científicos liderado por Parsifal Islas Morales y Luis Felipe Jiménez García del Instituto de Biología y de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), respectivamente, realizaron un descubrimiento que cambiaría lo aprendido sobre la clasificación de las células procariontes y eucariontes.
Esta teoría de clasificación caracterizaba a las células procariontes como carentes núcleo, mientras las eucariontes contaban con compartimentos subcelulares en los que se destaca el núcleo.
El equipo de investigadores estaría compuesto también por representantes internacionales como Christian Voolstra, de la Universidad KAUST de Arabia Saudita y la Universidad de Konstanz (Alemania); Anny Cardenasc de la Universidad KAUST, de la George Washington University así como María Mosqueria, egresada de la Facultad de Química de la UNAM, quien actualmente es directiva de NEOM, en Arabia Saudita.
Cambio en el paradigma de la biología
El estudio de nombre “Ultrastructural and proteomic evidence for the presence of a putative nucleolus in an Archaeon” fue publicado en la revista científica “Frontiers in Microbiology”, y demuestra que el nucléolo, una estructura que se encuentra dentro del núcleo de las células eucariontes, también se halla en las arqueas.
Este descubrimiento sugiere que la presencia del nucléolo en las células no es exclusiva de los eucariontes, es decir, es un cambio de paradigma en la biología que abre posibilidades sobre el origen de los organelos.
Técnicas del descubrimiento
El descubrimiento fue posible gracias al uso de técnicas clásicas de microscopía y análisis de genómica y proteómica. La evidencia genómica previa apuntaba a proteínas en las arqueas que se encuentran comúnmente en el nucléolo de las células eucariontes, pero nadie hasta ahora había visto si las proteínas formaban una estructura en células procariontes.
Ellos utilizaron la microscopía electrónica y la proteómica para confirmar la presencia de una estructura similar a un nucléolo en las arqueas que, además, contiene a las proteínas reportadas con anterioridad.
Los investigadores de la UNAM superaron varios desafíos para alcanzar su gran logro. El más significativo fue la carencia de infraestructura para cultivar arqueas en México.
Ante esta dificultad, el equipo decidió realizar una cooperación internacional y buscaron apoyo en la KAUST, en Arabia Saudita, con quienes habían colaborado previamente en el estudio de bacterias gigantes del Mar Rojo. 'Así surgió la oportunidad de presentarles este proyecto, al cual dieron su apoyo desde el primer momento', apuntó Islas Morales.
Este descubrimiento demuestra la importancia de la colaboración científica internacional y la diplomacia de la ciencia, que acerca a las naciones y permite que las capacidades de infraestructura se complementen, según Luis Felipe Jiménez.
La solidaridad científica entre ambos países y la mentoría de Luis Felipe Jiménez fueron valores clave en esta investigación, de acuerdo con Parsifal Islas Morales, egresado del Doctorado en Ciencias Biomédicas de la UNAM.
El trabajo en equipo entre naciones genera riqueza científica e impactos importantes, y en México hay una fortaleza enorme en cuanto a microscopistas, agregó Islas Morales.
La libertad de investigación y el espíritu crítico son valores fundamentales que deben ser promovidos en la formación de los jóvenes investigadores, concluyó Islas Morales.
Biología evolutiva
Este descubrimiento es un gran logro no solo para la biología celular evolutiva, sino también para la colaboración científica internacional y la formación de nuevos investigadores en México y en todo el mundo:
https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2023_129.html
Actualmente Parsifal Islas se desempeña como coordinador general de la Cátedra UNESCO de Diplomacia y Patrimonio de la Ciencia, un proyecto bajo la dirección de la reconocida científica y pacifista, Ana María Cetto y con sede en el Instituto de Biología, UNAM.