La demencia es un síndrome de naturaleza crónica o progresiva que se caracteriza por el deterioro de la función cognitiva que afecta la memoria, pensamiento, orientación, compresión y el juicio, entre otras funciones.
La más común es la enfermedad de Alzheimer, que representa hasta el 70 por ciento de casos de demencia a nivel mundial, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (
OMS).
Especialistas como Claudia Pérez Cruz, investigadora del Departamento de Farmacología del
Cinvestav, han trabajando en entender mejor los procesos que dan origen al alzhéimer.
Pérez Cruz se ha enfocado en un estudio para describir los cambios que ocurren en el cerebro de la marmoseta común durante el envejecimiento. Explicó que el interés de estos estudios es encontrar un modelo de investigación más cercano al humano que permita analizar los mecanismos o factores de riesgo asociados con las demencias. Con el fin de eventualmente diseñar nuevos fármacos o tratamientos para poder prevenirlas.
¿En qué consiste la investigación?
La investigadora realizó un estudio basado en un primate, debido a que presenta una alta homología genética con el humano y un desarrollo cerebral más complejo que los modelos murinos (roedores).
El grupo de investigación observó que conforme la marmoseta envejece, aumentan los niveles de estrés oxidativo, hiperfosforilación de la proteína tau y microglía distrófica en el hipocampo.
En los animales más viejos, la microglía se torna disfuncional, perdiendo capacidad para almacenar hierro en su interior, metal que se acumula al interior de las células.
Por otra parte, en las marmosetas adultas y viejas se observa una activación de los astrocitos, proceso relacionado con inflamación cerebral.
Sin embargo, en animales muy viejos los astrocitos ya mostraban daño celular (atrofia astrocítica) y neurodegeneración.
“Al explorar los cerebros de estos animales de diferentes edades, fue posible ver que los ejemplares más longevos presentaban características distintivas de procesos neurodegenerativos”, explicó.
Envejecimiento como factor de riesgo para el alzhéimer
Agregó que en el humano, durante el envejecimiento o en enfermedades neurodegenerativas, la microglía y los atrocitos pierden sus funciones.
A pesar de que el envejecimiento es el principal factor de riesgo para desarrollar alzhéimer, esta especie de primate también presenta diversas alteraciones a lo largo de su vida relacionadas con una mayor probabilidad de desarrollar demencias en la vejez, como obesidad, diabetes e hipertensión.
La marmoseta común, al ser crecida en condiciones de cautiverio, no solo incrementa su esperanza de vida hasta los 20 años, sino que desarrolla alteraciones metabólicas (obesidad y diabetes), considerados factores de riesgo para padecer enfermedades neurodegenerativas.
El objetivo final de la investigación será poder evaluar la eficacia de fármacos contra las enfermedades neurodegenerativas. “Estos nuevos modelos representan una estrategia para implementar la medicina traslacional por su gran cercanía filogenética con el humano y su mayor longevidad que ayudarán a entender las causas de la neurodegeneración”, sostuvo.