El IV Encuentro SEDISA-Pfizer promueve una alianza global para optimizar la gestión de terapias biológicas aplicando el "sentido común"

Las terapias biológicas se han erigido en una tecnología sanitaria de primer nivel, con una demostrada eficacia y un contrastado y aceptable perfil de seguridad; sin embargo, su elevado coste está limitando su empleo. El IV Encuentro SEDISA-Pfizer, celebrado en el Hospital General Universitario Reina Sofía de Murcia, ha servido para dar conocer modelos de acceso y optimización en la gestión de estos innovadores tratamientos.

Como mensaje principal de este encuentro, que ha congregado a cerca de un centenar de profesionales de distintos sectores implicados en la gestión y uso de las terapias biológicas, se ha puesto de relieve la necesidad de aunar esfuerzos y de consensuar modelos de acceso a esta tecnología sanitaria de probada utilidad, todo ello garantizando la sostenibilidad del sistema sanitario. Además, se ha insistido en los beneficios de esta tecnología sanitaria innovadora y en que los servicios sanitarios del futuro deben centrarse en el paciente, atendiendo sus expectativas y garantizándoles la máxima calidad en la atención.

Según lo ha resumido el secretario general de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA), el Dr. Mariano Guerrero, 'debemos ser capaces de compaginar el desarrollo tecnológico, en este caso representado por las terapias biológicas, con la actual situación de financiación de los servicios sanitarios'. Esto, a su juicio, 'es posible', siempre y cuando 'seamos capaces de generar una alianza entre todos los actos implicados, donde estén representados desde las autoridades sanitarias, los gestores de salud, los clínicos y hasta los propios pacientes'.

Poner sentido común

Tal y como se ha puesto de manifiesto en este foro, las terapias biológicas han supuesto un cambio radical en el abordaje de numerosas enfermedades, 'algunas de las cuales hasta ahora no disponían siquiera de un tratamiento eficaz', puntualizó el Dr. José Antonio Alarcón, director gerente del Servicio Murciano de Salud. Es más, como destacó Ana Sanz, responsable de Relaciones con las Administraciones Sanitarias de Pfizer, 'se ha demostrado que estos tratamientos (de los que ya están beneficiando más de 550.000 pacientes en todo el mundo) no sólo reducen el número de bajas laborales, sino que aumentan significativamente la calidad de vida de los pacientes'.

Aludiendo concretamente a la experiencia acumulada en la comunidad autónoma de Murcia, el director gerente del Servicio Murciano de Salud reconoció que 'estas terapias biológicas, a pesar de su alto coste, están posibilitando la reducción de otros costes, asociados a las bajas laborales, a los ingresos hospitalarios o a las intervenciones quirúrgicas'.

Por todo ello, hay que ponerle sentido común a la gestión de las terapias biológicas'. Según ha explicado el Dr. Mariano Guerrero, 'estamos ante un nuevo modelo de medicamento, que es más personalizado y que se dirige más específicamente a la causa de la enfermedad. Estos nuevos tratamientos deben ser considerados como tecnología sanitaria innovadora, que es útil aunque cara y, por ello, debe introducirse y aplicarse en nuestro sistema sanitario pero con prudencia y sentido común'.

Partiendo de esta situación, y siendo pragmático, el secretario general de SEDISA apunta que 'si queremos introducir estas nuevas tecnologías sanitarias, que aportan un valor añadido, también debemos ser capaces de abandonar y retirar definitivamente otros recursos anticuados y menos útiles que venían a cubrir necesidades que ya se pueden satisfacer de forma más adecuada con estas nuevas terapias'. Para El Dr. Guerrero, no cabe duda que 'aún seguimos manteniendo técnicas, recursos y dispositivos que no aportan prácticamente ningún valor en términos de salud o éste es muy escaso, y por eso es imprescindible su sustitución'.

Durante esta jornada no sólo se ha analizado la evolución de los modelos de acceso a la terapias biológicas, sino que también se ha reflexionado sobre el papel del clínico y del farmacéutico en la gestión y optimización de estos tratamientos. Finalmente, y a modo de ejemplo paradigmático, se ha revisado la evidencia científica que pone de relieve la eficiencia de las terapias biológicas en el manejo de la artritis reumatoide, confirmándose que su empleo se asocia con una disminución de la carga de la enfermedad y una mejoría global de los resultados en salud.