Con su cargo recién estrenado, Pilar Rodríguez Ledo, presidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), explica a EL MÉDICO la crisis en la que está inmersa la Atención Primaria y la necesidad de una reforma real.
¿Cuáles son los principales objetivos que se ha marcado la junta directiva de la SEMG?
En seguir trabajando para poner en valor el papel del médico de familia y la Medicina de Familia, tanto como profesión especialidad. Estamos en un momento donde concurren muchas amenazas y sobre todo la situación actual que no es la favorable para la Atención Primaria, por eso pensamos que esto tiene que ser nuestro principal objetivo.
¿De qué salud goza la Atención Primaria?
A nivel asistencial, es potente por la voluntad de sus profesionales más que por el modelo sanitario. Desde el inicio de la pandemia, hemos visto sus debilidades. Estamos en un sistema que no está del todo definido, que no ha evolucionado durante estos años como ha sucedido con otros sistemas sanitarios, como el NHS, que ha vivido múltiples reformas y adaptaciones. Nuestro sistema asistencial está basado en dos niveles: el primero, la famosa puerta de entrada del sistema ha dejado de tener la representatividad que tenía, entre otras cosas por falta de recursos, de tiempo y de inversiones, el segundo, el nivel hospitalario.
¿Cómo se puede mejorar la situación actual?
Como primera medida hay que pasar a la acción, que ya llevamos muchos modelos, documentos y grupos de trabajo. No han podido tener su resultado, porque no se han puesto a la práctica. No se puede perder más tiempo y se debe iniciar una reforma del sistema sanitario y de modelos sanitarios. Además, hay que incrementar los recursos. La OMS dice que los recursos destinados a la Atención Primaria tenían que alcanzar al menos el 25 por ciento del gasto invertido en Sanidad y esto no es así ni por asomo.
¿Cuál es el gasto actual destinado a Sanidad en España?
Es muy desigual entre comunidades, pero podríamos llegar de media entre las que más dedican y las que menos a alrededor del 16 por ciento. Solamente dedicando recursos podremos acometer los cambios que son necesarios.
¿Qué otras reformas hay que acometer?
Hay que hacer una reestructuración de los recursos humanos, de fidelización, con mejora y estabilidad de los puestos de trabajo. También hay que trabajar en todo lo que tiene que ver con recursos económicos. De hecho, es necesario revisar la cartera de servicios.
¿En qué sentido?
Ahora, la necesidad de las pruebas no la dictamina la situación que tiene el paciente sino el nivel asistencial en el que se encuentra. Puede ser atendido en las mejores condiciones posibles en un nivel asistencial y tener acceso a esa prueba sin que se vea inmiscuido en interconsultas o derivaciones a otro nivel asistencial. Hay que intentar organizar el sistema sanitario de forma que lo que aportamos los profesionales sea aquello en lo que somos mejores; es decir, no podemos perder el tiempo de un profesional facultativo en hacer tareas administrativas que no aportan valor.
¿Cuáles son los puntos fuertes de la Atención Primaria?
Sobre todo el mayor punto fuerte es la accesibilidad que tiene el paciente al sistema sanitario a través de la Atención Primaria. Esto sigue siendo uno de nuestros mayores puntos fuertes: la accesibilidad y el abordaje integral de las distintas patologías. No se trata tanto de abordar una enfermedad o una prueba sino de hacerlo de forma integral y holística. Esto solamente lo tenemos las especialidades generalistas.
Y, ¿las debilidades?
Más que debilidades, son amenazas, como la falta de inversión, de recursos, la inundación por la burocracia… la falta de cuidado la Atención Primaria. Somos la menos cuidada de todo nuestro sistema sanitario. Lo que necesitamos más que formación es que las personas que toman decisiones, nuestros políticos, crean en ella y la cuiden. Es básico para ejercer nuestra profesión.
La formación, ¿es una de sus prioridades?
Otro de los puntos fuertes de SEMG siempre tiene que ser la actualización. Las cosas cambian a tal velocidad que tenemos que apostar por la formación. Un buen profesional tiene que estar actualizado y adaptado a los requisitos actuales. Es decir, se puede ofrecer formación presencial en ciertos momentos y en los que se necesita accesibilidad e inmediatez, tener acceso a formación e información en el momento y en el punto de trabajo.
¿Cómo debe ser esa formación?
Independientemente del formato, es necesario que la formación esté adaptada al desempeño, para que al día siguiente cuando vuelves a tu lugar de trabajo te haya aportado algo que puedes aplicar para desarrollar mejor tu actividad, más allá de la teorización, que siempre es buena para entender algunas cosas. Procuramos una formación práctica adecuada a las necesidades del trabajo.
¿Cuáles son las áreas de las que sus socios demandan más formación?
Somos generalistas, por lo que el área de interés es muy amplia. No hay un tipo de patología en el cual nosotros no tengamos nada que hacer. Sí que destacamos todas aquellas que requieren unas habilidades técnicas para su desarrollo. También, vamos a seguir caracterizándonos por la innovación, no por la innovación tanto en la metodología como en el aprendizaje, como en la forma de aplicar las técnicas. Todo lo que tiene que ver con habilidades técnicas siempre es algo que está muy reforzado en nuestra sociedad.
¿En qué habilidades se centran más?
En habilidades técnicas como la ecografía de soporte vital, pero también de atención a las urgencias en las distintas áreas sanitarias, en procedimientos de atención a patologías crónicas… Estamos trabajando no solo con técnicas de simulación escénica y en supuestos clínicos que ayuden a mejorar este aprendizaje, sino también gamificación y otros entornos innovadores de la metodología del aprendizaje.
¿Cómo se establece dicha formación en la carrera profesional de cada médico?
España es uno de los países que no cumple la normativa de la recertificación de profesiones sanitarias. Sí es verdad que nosotros tenemos un desarrollo profesional que intenta estabilizar y estratificar las competencias necesarias para el desarrollo de la profesión y de la especialidad de Medicina de Familia. En este sentido, las actividades que hacemos, intentamos adaptarlas a esas competencias necesarias, por eso damos mucha importancia a la parte práctica e innovadora del aprendizaje. Tenemos nuestra propia herramienta que es el Desarrollo Profesional de SEMG (DP-SEMG).
¿Cómo repercute la mejor formación en la asistencia?
Un profesional actualizado en aprendizaje continuo y que valora sus competencias siempre lleva a cabo una atención de mayor nivel, no solamente técnico sino también desde el punto de vista humanístico. Nosotros hacemos contenidos esenciales y específicos de la especialidad de Medicina de Familia y abordamos las competencias que son transversales y comunes a todos los médicos, como la comunicación, la bioética, el razonamiento crítico… Esas competencias hacen que junto con nuestra accesibilidad seamos un entorno de atención más humana y personal de nuestros pacientes y de nuestra población.
¿Con qué especialidades tienen más relación a la hora de trabajar?
Tenemos relación con muchas especialidades, puesto que somos generalistas. Una de las características de la junta directiva, también de la anterior, es que somos muy colaborativos. Por ejemplo, con el COVID persistente estamos liderando bajo la red española de investigación en COVID persistente 66 sociedades científicas y entidades científico-técnicas, en la que también hay 8 asociaciones de pacientes. Deseamos que la coordinación de la colaboración interdisciplinar sea realmente más que un papel, una realidad presente en la atención a nuestra población.
¿Qué papel tiene FACME en esta colaboración?
FACME es un paraguas bajo el cual nos aglutinamos las sociedades científicas en todos aquellos aspectos que son comunes y que nos inquietan. Cualquier instancia que nos ayude a coordinarnos siempre va a ser bien recibida y creemos en la labor que tiene FACME. En este sentido, es el lugar común bajo el que podemos discutir temas comunes y acordar colaboraciones conjuntas. También podemos coordinar determinados aspectos que nos incumben a todos.
¿Tienen relación con sus homólogos de fuera de España?
Sí, estamos en grupos colaborativos europeos y también en grupos colaborativos en Iberoamérica. El mundo actual no se puede concebir sin la colaboración entre especialidades y en disciplinas distintas del mismo país y del extranjero. Nuestro camino tiene que ser el de la colaboración. Tanto es así que una de las novedades en esta junta directiva es diseñar un grupo de comunicación y relaciones internacionales e institucionales. La colaboración debe se tanto dentro como fuera de España, con sociedades científicas y con asociaciones de pacientes.
¿Cómo está la investigación en Atención Primaria en España?
En España no está bien. Somos uno de los países que menos apuesta por la investigación. Esto se ve claramente cuando nuestra actividad laboral principal no incluye la investigación, sino que es algo voluntario que los profesionales hacen fuera de su horario laboral, a costa única y exclusivamente de su tiempo personal.
¿Qué aporta la investigación?
Aporta valor y hace que los profesionales seamos mejores profesionales. También repercute en que el sistema trabaje mejor. A pesar de todo, se sigue realizando investigación e investigación de calidad. Seguramente no es tan “vistosa” como la investigación básica, pero sí que es una investigación adaptada a las necesidades del paciente, que sus mejoras se traducen directamente en una mejor atención. Al final es lo que persigue.
La investigación en Primaria, ¿cuenta con apoyos?
Prácticamente no tiene ningún apoyo. Se hace recayendo todo el peso en el propio profesional que la realiza en su tiempo libre. Por eso, creo que bastante bien va para las malas condiciones en las que estamos. A esto hay que añadir la mala situación de la Atención Primaria, donde no hay tiempo para atender a los pacientes.
¿Qué se puede hacer para mejorar esta labor investigadora?
Lo primero pasar a la acción y tomar verdaderas medidas, aplicar un plan de Estado para rescatar nuestro sistema sanitario. Si mejoraran las condiciones laborales y asistenciales, mejoraría el resto. En estos momentos es necesaria la investigación. Por ejemplo, los ensayos clínicos ya no están obteniendo respuesta suficiente en el hospital y se necesita reclutar pacientes y población en Atención Primaria. Por eso, hay que invertir en las condiciones de Atención Primaria para hacer que la investigación tenga más peso. Y es que la investigación tiene que estar incluida, por lo menos parcialmente, dentro de la agenda de trabajo. Nuestra especialidad tiene unas finalidades asistenciales, docentes e investigadoras. Por eso, la investigación tiene que estar incluida dentro de nuestra agenda de trabajo, como he dicho anteriormente. También es muy importante incluir la Medicina de Familia desde el inicio de la formación. La Medicina de Familia está en la universidad solo de forma anecdótica y muchas veces camuflada dentro de departamentos mixtos. Si queremos apostar por la Atención Primaria y por la investigación en Atención Primaria, el mundo académico debe estar muy unido a la investigación.