Las personas que hacen ejercicio con regularidad son las que tienen más posibilidades de vencer al COVID-19, mientras que las personas inactivas lo hacen mucho peor
14 de abril 2021. 4:27 pm
Un estudio del consorcio sanitario estadounidense Kaiser Permanente sobre casi 50.000 personas con COVID-19 sugiere que la actividad física regular proporciona una fuerte protección contra la hospitalización, el ingreso en la unidad de cuidados intensivos y la muerte, según publican los autores en el ‘British…
Un estudio del
consorcio sanitario estadounidense Kaiser Permanente sobre casi 50.000 personas con COVID-19 sugiere que la actividad física regular proporciona una fuerte protección contra la hospitalización, el ingreso en la unidad de cuidados intensivos y la muerte, según publican los autores en el
'British Journal of Sports Medicine'.
La medición del
Signo Vital del Ejercicio se ha utilizado en cada encuentro ambulatorio dentro de Kaiser Permanente Southern California desde 2009. Para obtener la medición, se pregunta a los pacientes cuántos días a la semana hacen ejercicio moderado o extenuante y, en promedio, cuántos minutos hacen ejercicio a ese nivel. Las respuestas se registran en la historia clínica electrónica de cada paciente.
Resultados del estudio
Entre todos los pacientes de COVID-19, el 8,6% fueron hospitalizados, el 2,4% ingresaron en la UCI y el 1,6% fallecieron.
Los resultados del estudio muestran que
la inactividad está fuertemente asociada a los malos resultados de la COVID-19. La actividad física proporcionó una fuerte protección contra la hospitalización, el ingreso en la UCI y la muerte entre los pacientes con COVID-19.
La inactividad constante duplica las probabilidades de hospitalización en comparación con la actividad constante.
Además, los pacientes que eran sistemáticamente inactivos tenían
1,73 veces más probabilidades de ingresar en la UCI que los pacientes que eran sistemáticamente activos. Las probabilidades de muerte eran 2,49 veces mayores para los pacientes que eran sistemáticamente inactivos en comparación con los que eran sistemáticamente activos.
Aparte de tener más de 60 años o de tener antecedentes de trasplante de órganos, la inactividad sistemática es lo que confiere el mayor riesgo de muerte por COVID-19.