La Asociación Española de Pediatría (AEP) manifiesta su total apoyo a las reivindicaciones de los
pediatras que se han declarado en huelga en diferentes comunidades autónomas españolas ante la precariedad en Pediatría.
Así, la AEP y sus sociedades afiliadas piden a las administraciones sanitarias a resolver con carácter urgente la situación de precariedad y déficit de recursos de la Pediatría en los diferentes ámbitos territoriales. No obstante, las repercusiones del abandono institucional que sufre el primer nivel asistencial ya
se están dejando sentir en una mayor presión hospitalaria. Así se ha constatado recientemente con el
incremento del volumen asistencial en las unidades de urgencias y su impacto en el retraso de la atención a los pacientes.
De hecho, la precariedad en Pediatría y la problemática de la asistencia pediátrica en Atención Primaria se extiende a prácticamente todo el país. Así, ha sido denunciada reiteradamente por esta Asociación en los últimos 20 años. Hasta el momento, sin éxito.
Precariedad en Pediatría
Ante la situación de precariedad en Pediatría desde la AEP proponen una serie de medidas. Entre ellas destacan ajustar la ratio de visitas diarias a un número compatible con una prestación sanitaria de calidad. En concreto, piden
citas de un mínimo de 10 minutos de duración por paciente y de 20 minutos en el caso de las revisiones del niño sano. Igualmente reivindican que las ausencias de pediatras por baja laboral, vacaciones e, incluso, reducciones de jornadas se
cubran por profesionales contratados. No consideran aceptable que como regla habitual se repartan los cupos entre el resto de los pediatras de los centros.
Por último, insisten en que centros de zonas rurales, de localidades alejadas geográficamente y de áreas masificadas se enfrentan no resultan atractivos para los profesionales, que optan por elegir ubicaciones más ventajosas. Por ejemplo, en la comunidad de Madrid, un 20 por ciento de las plazas de pediatría en Atención Primaria está sin cubrir. En Baleares, el 50 por ciento de las plazas de esta especialidad está a cargo de médicos que no son pediatras. Esta situación genera desigualdades en el acceso y la calidad de la atención sanitaria de la población infanto-juvenil de estas zonas. Por ello, debe ser resuelta
incentivando los puestos de trabajo con una mejor retribución económica. Pero también, con una mayor puntuación en los concursos de traslado y oposiciones y una más fácil y rápida promoción en la carrera profesional.