La Asociación Médica Mundial (AMM) ha aprobado la llamada “Declaración de Chicago”, un texto en el que se reconoce la necesidad de que los centros de formación dedicados a la Medicina, ya sean de pregrado o de postgrado o incluso de formación profesional, elaboren unos programas formativos con unos requisitos mínimos de calidad. Asimismo, se insta a la necesidad de apoyar y promover el desarrollo de sistemas de acreditación que deben estar diseñados y dirigidos por los propios profesionales sanitarios, en colaboración con educadores médicos experimentados y con la participación de otros expertos pertinentes.
Este texto ha sido el colofón de cierre en su 68ª Asamblea General en Chicago, celebrada durante los pasados 11 y 14 de octubre, en la que ha tenido especial presencia la delegación española, en representación de la Organización Médica Colegial. La misma se componía por el propio presidente de la OMC, Serafín Romero además de José Ramón Huerta, coordinador de relaciones internacionales de la OMC; y los delegados José Antonio Lorente y Fernando Rivas, para analizar y debatir sobre aspectos relacionados con la ética, la atención sanitaria, y la formación.
Concretamente, Ramón Huerta opinaba que en esta nueva “Declaración de Chicago”, lo que se pide es que “se garantice la calidad y que se destine una financiación suficiente”. Desde su punto de vista, se observan cada vez más diferencias en la formación de los médicos, algo que, a su juicio, hay que corregir. “Estas se agravan entre los países más avanzados y los menos favorecidos, de ahí las mínimas garantías que se establecen en el nuevo documento de la AMM”, argumentaba el experto, añadiendo que “no hay que olvidar que los resultados de cada formación se verán plasmados, después, en resultados en salud”.
En este sentido la AMM también se dirigía en concreto a los directivos que coordinan los centros formativos, a los que pedían que en los mismos se fomente “un ambiente que valore las actividades de garantía de calidad educacional”. Los estudiantes de Medicina, por otra parte, deben estar preparados e instados a proporcionar información sobre todos los aspectos pertinentes del programa de educación médica.
La acreditación según la AMM
La AMM, que representa a más de diez millones de médicos a través de 111 organizaciones nacionales de todo el mundo, también insistió durante esta Asamblea en la necesidad de un sistema de acreditación que aporte validez y confiabilidad.
En este sentido, el documento de Chicago recoge que la idea es que este sistema de acreditación es ya “un mecanismo de garantía de calidad cada vez más común en todo el mundo”. Los sistemas de acreditación ya existentes, según la AMM, “están basados en los estándares de calidad educacional que se han elaborado para satisfacer las necesidades nacionales y que utilizan procesos válidos, fiables y ampliamente aceptados para evaluar el alcance de estas normas en las escuelas de medicina”.
Es por ello que su declaración se dirigía hacia las entidades que patrocinan los organismos de acreditación, los cuales, deben asegurar que la entidad de acreditación esté financiada apropiadamente y cuente con personal para sus actividades.
Asimismo añadían que la financiación puede provenir de los patrocinadores o de la capacidad del organismo de acreditación para generar fondos propios de las tasas de revisión de la acreditación. Esto es así porque los organismos de acreditación en algunos países pueden requerir financiación y dotación de personal adicional para hacer frente al aumento del número de escuelas de Medicina.
La AMM reclama una mayor calidad en los programas formativos y sistemas de acreditación confiables
La Asociación Médica Mundial celebra su 68ª Asamblea General en Chicago, a la que ha acudido una delegación española encabezada por el presidente de la OMC, Serafín Romero
El Médico Interactivo
17 de octubre 2017. 2:30 pm