¿Cómo es el dolor del paciente con dolor neuropático localizado que llega a la Unidad del Dolor del Hospital La Paz?
Este tipo de dolor afecta por igual a hombres y a mujeres de edad media, y tiene una evolución de unos dos años y un EVA aproximado de 7. Los pacientes verbalizan su dolor como quemazón, escozor o corriente eléctrica, aunque también puede ser sordo y palpitante, y la mayoría de las veces acompañado de hiperalgesia y alodinia. El origen más frecuente es la neuralgia postherpética, las neuropatías postraumáticas, el dolor neuropático iatrogénico, la polineuropatía diabética, las neuralgias faciales y el dolor oncológico. La duración e intensidad dependen del origen y del tiempo que transcurre hasta la llegada del paciente a nuestra unidad, ya que el tratamiento inicial lo realiza su médico de Atención Primaria.
¿Cuál es la función de los profesionales de Enfermería en el abordaje de estos pacientes?
El primer contacto del paciente con nuestra unidad es a través de la enfermera, que realiza un triage. En esta primera consulta practica una escucha activa, detecta si existen prácticas erróneas, orienta al paciente y le tranquiliza.
Durante el proceso del tratamiento del dolor en la unidad, la enfermera es el personal que tiene más contacto directo y pasa mayor tiempo con el paciente como gestora del cuidado. Su función abarca desde los conocimientos técnicos y científicos, hasta el apoyo humano y emocional proporcionando cuidados de calidad y una atención integral.
¿En qué consisten los tratamientos más habituales para el paciente con dolor neuropático localizado? ¿De qué manera intervienen las enfermeras?
Una vez diagnosticado el paciente, el tratamiento de primera elección en este tipo de dolor suele ser un fármaco analgésico tópico, que tiene como ventaja la liberación del medicamento en la misma zona dolorosa, lo que asegura la dosis y evita el primer paso hepático.
Los apósitos de lidocaína al 5 por ciento y la crema de capsaicina al 0,075 por ciento son administrados directamente por el paciente en domicilio. Otra opción terapéutica son los parches de capsaicina al 8 por ciento (179mg) que deben ser administrados por un profesional de Enfermería debidamente adiestrado y que requieren el ingreso en nuestra unidad durante el tiempo de ejecución, que es aproximadamente de dos horas.
A estos tratamientos se asocian los fármacos sistémicos en casos complejos o cuando no hay respuesta analgésica. Como opción prioritaria están determinados antidepresivos y las gabapentinas, y se reservan los opioides para situaciones de dolor más intenso junto con las infiltraciones, los bloqueos nerviosos periféricos y la radiofrecuencia pulsada.
¿Qué formación necesitan las enfermeras en el abordaje de este dolor?
Los profesionales de Enfermería cada vez están mejor formados por la gran implicación que tienen con el dolor. La aparición de nuevas terapias nos obliga constantemente a realizar cursos y talleres para estar bien preparados, ya que somos conscientes de que el éxito de los tratamientos depende de la ejecución de estos, aunque debería existir una especialización en esta materia para proporcionar cuidados aún de mayor calidad.
Gracias a la implicación de las enfermeras de nuestra unidad, en este año se ha realizado un estudio para investigar la evaluación de la eficacia del tratamiento del parche de capsaicina, que está pendiente de su publicación.
¿Qué labores realiza la enfermera especializada en el quirófano? ¿En qué momentos interviene?
La enfermera en el quirófano realiza funciones antes, durante y después de la técnica intervencionista. Es la encargada de la preparación de todo el material necesario, por lo que es imprescindible el conocimiento técnico de la intervención que se va a realizar.
Durante la intervención colabora con el médico en la realización de la técnica, manejando el aparataje específico de cada procedimiento, como, por ejemplo, el aparato de radiofrecuencia o en los implantes de neuroestimuladores y de bombas intratecales. Además, proporciona al paciente una atención integral, que abarca desde el control de su estado de salud, realizando una prevención eficaz de los efectos adversos que puedan aparecer, hasta el apoyo psicológico, transmitiendo seguridad y disminuyendo su nivel de ansiedad, ya que el paciente está despierto durante todo el proceso. Después de la intervención, informa, educa y genera confianza para la recuperación.
En el abordaje del DNL, ¿cómo es la relación de las enfermeras con otros profesionales sanitarios, sobre todo los médicos?
El abordaje del paciente con DNL es multidisciplinar. La enfermera juega un papel muy importante en este equipo de salud como gestora del cuidado, a la vez que proporciona educación para la salud, tanto al paciente como a la familia, favoreciendo el cuidado de las personas para mejorar su calidad de vida. En nuestra unidad el equipo consta de profesionales médicos anestesistas, rehabilitador, psiquiatra, enfermeras, fisioterapeuta, auxiliares de Enfermería y celador. Como actividad de apoyo contamos con musicoterapia y una escuela de salud.
¿Qué propuestas haría para mejorar el abordaje del paciente con DNL?
En primer lugar, es imprescindible la formación de los profesionales de Enfermería. Seguimos reivindicando la creación de una especialización en esta materia, pero hasta entonces es necesaria la organización de cursos y talleres específicos. Creo que es importante que esta formación llegara a la Enfermería de Atención Primaria, ya que se acortarían los tiempos de espera para los tratamientos tópicos, y se reduciría tanto la sensibilización central como la cronificación del dolor.
“La aparición de nuevas terapias nos obliga constantemente a realizar cursos; debería existir una especialización”
Josefina Roldán, enfermera de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario La Paz de Madrid, considera “imprescindible la formación de los profesionales de Enfermería” en el abordaje del paciente con dolor neuropático localizado y, de hecho, reivindica la creación de una especialización en esta materia
Eva Fariña
25 de octubre 2018. 12:55 pm