El presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), Txantón Martínez-Astorquiza, muestra su preocupación por la bajísima tasa de natalidad en España, 1,32 por cada 1.000 mujeres. “Es dramático”, sentencia. Por eso, desde la SEGO se trabaja para que los responsables públicos y…
El presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), Txantón Martínez-Astorquiza, muestra su preocupación por la bajísima tasa de natalidad en España, 1,32 por cada 1.000 mujeres. “Es dramático”, sentencia. Por eso, desde la SEGO se trabaja para que los responsables públicos y las empresas tomen cartas en el asunto, “porque nuestra sociedad científica tiene entre sus principales finalidades abrirse a las mujeres para contribuir a su bienestar a través de los ginecólogos”, reconoce el especialista vasco en la entrevista concedida a la revista EL MÉDICO, al tiempo que valora el avance que ve en el hilo de esperanza que da constatar que ellas luchan por su maternidad en el hecho de que casi un 40 por ciento de las mujeres consigan un embarazo por reproducción asistida.
Txantón Martínez-Astorquiza, jefe de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario de Cruces (Bizkaia) y ginecólogo del Hospital Quirónsalud Bilbao, reconoce que cuando accedió a la dirección de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) se fijó como meta “crear un área de salud con el objetivo de concienciar a las féminas para que acudan a su ginecólogo precozmente”.
En este sentido, el especialista apuesta por promover la consulta pre-concepcional, “para que antes de embarazarse consulten a su ginecólogo, se dejen aconsejar por él y se hagan una historia clínica”, explica el presidente de la SEGO, que volverá a presentar su candidatura en las próximas elecciones. “Para concluir el trabajo iniciado; en cuatro años los proyectos están inacabados. Me gustaría que al finalizar mi segundo mandato hubiera contribuido a poner en valor la especialidad y haber logrado, entre otras cuestiones, que nuestra especialidad -como otras que ya lo han solicitado- pase de cuatro a cinco años de formación. Estamos negociándolo con el Ministerio”, explica.
Las mujeres están retrasando cada vez más la maternidad y reduciendo el número de hijos. ¿El incremento de la edad aumenta el riesgo de los embarazos?
Es cierto, en la sociedad en la que vivimos, y por diversas razones económicas, laborales, culturales, profesionales…, las mujeres se embarazan cada vez a edades más avanzadas, lo que aumenta la incidencia de determinados síndromes cromosómicos -como las trisomías de los cromosomas 21,18 y 15-. Asimismo, al subir la edad se incrementa el riesgo de incidencia en el número de casos con probabilidad moderada o alta de sufrir otras dolencias. El retraso de la maternidad y la reducción del número de hijos es una de las mayores crisis que tenemos en España y que los gobiernos no están abordando como es debido. La falta de niños es un problema que nos preocupa tanto a los especialistas como a los hospitales públicos, privados y a las empresas, pero los gobiernos no acaban de poner en marcha políticas eficaces que favorezcan que las mujeres accedan a la maternidad.
¿Cuál sería la solución?
Los gobiernos, las entidades públicas, locales y regionales tendrían que poner más dinero para medidas efectivas, no parches como ocurre ahora. También se tendría que hablar con el empresariado para que faciliten el acceso y la conciliación familiar de las mujeres con su puesto de trabajo tras ser madres. Además, hay que incrementar el tiempo de excedencia e incentivarla con dinero, como ocurre en otros países, por ejemplo, los nórdicos. En definitiva, tiene que ser un acuerdo entre todos: mujeres, empresarios, médicos, administración… para que la mujer esté más favorecida cuando se quede embarazada.
Los embarazos tardíos no solo conllevan riesgos de anomalías genéticas para el bebé, sino también para la madre. ¿Cuáles son las más comunes?
En Euskadi, por ejemplo, un 13% de las mujeres tienen partos con más de 40 años; una tasa elevada, extrapolable a la mayoría de las comunidades; es una tasa efectivamente elevadísima. Porque a partir de los 35 crece intensamente, por ejemplo, la tasa del síndrome de Down. En este caso, como se puede detectar tempranamente, la mujer es la que decide seguir o no adelante con su gestación. Pero, en cuanto a la madre, un dato fisiológico que desorienta socialmente a la población es que, aunque hoy día una mujer a los 40 años sea joven, en las gestaciones tiene efectos y riesgos secundarios añadidos. Por ejemplo, aumenta su presión arterial, su tasa de diabetes, aumentan las cesáreas (que es una intervención quirúrgica con sus riesgos), se incrementa la mortalidad infantil perinatal y los ingresos hospitalarios de los niños.
Es importante informar bien a la paciente sobre estos efectos secundarios. ¿Se hace?
La información es clave, porque es la mujer la que voluntariamente decide tener los hijos más tarde. Los especialistas que nos dedicamos a la reproducción asistida, que estamos coadyuvando a que mujeres de más de 40 años se queden embarazadas, que es correcto y ético, también tenemos la obligación de informar a la paciente de que con 40-45 años puede tener más problemas en el embarazo. Luego, si hay consenso entre la paciente y el profesional, hay que seguir adelante, pero hay que informarles bien y a tiempo. Actualmente, un 35% de las mujeres consiguen un embarazo por técnicas de reproducción asistida.
¿Desde la SEGO se apuesta por potenciar esta información?
Como nos parece fundamental, estamos promoviendo una consulta pre-concepcional para la población en general donde se avise de todos estos problemas. Publicamos también recomendaciones sobre los aspectos nutricionales más importantes para las mujeres en estas etapas de su vida, como por ejemplo que tomen ácido fólico, que adelgacen si tienen sobrepeso, que no fumen, ni consuman alcohol y, por supuesto, se les explican también los posibles efectos secundarios de la edad, de los embarazos tardíos.
Sobre la “moda” de parir en casa. ¿Qué opinión le merece?
Los partos espontáneos y naturales también tienen sus riesgos, por lo que no es recomendable el parto en casa; la mujer tiene derecho a estar acompañada por la persona que desee para sentirse cómoda, más relajada y que le dé seguridad, pero eso también se da en los hospitales tanto públicos como privados; hay que dejar claro que los riesgos en casa aumentan tanto para la madre como para el bebé. Esto no es Holanda donde disponen de personal preparado para asistencia a domicilio y una ambulancia en la puerta de la casa por si se complica el parto.
¿Cómo contrarrestar el auge de los movimientos antivacunas?
Con información veraz. Por ejemplo, la del papiloma humano puede ser la primera vacuna que puede evitar un cáncer. Si todo fuera bien y todas las adolescentes se vacunasen a los 13 años, prácticamente desaparecería el cáncer de cérvix; sería el primer cáncer que se podría prevenir. Es una revolución médica, a la que desgraciadamente algunos países no pueden acceder y otros, por movimientos antivacunas que hacen mucho daño, las quieren reducir. En Euskadi ya hemos puesto una campaña de diagnóstico de cáncer de cérvix universal.
¿La Ginecología y Obstetricia son de las especialidades que más han avanzado en la Medicina?
Todas han conseguido logros importantes, sobre todo en el campo de la cirugía. En nuestro campo, por ejemplo, la patología mamaria ha evolucionado tanto que mientras hace 15-20 años a la mujer se la sometía a mastectomías radicales, ahora se le hace una tumorectomía-resección de una masa tumoral maligna en la mama sin extirpar el seno- y la paciente se va a casa 24 horas después con unos resultados magníficos. Se ha conseguido que se curen el 85% con cirugía, quimioterapia o inmunoterapia; aunque hayan ido aumentando los casos diagnosticados de cáncer de mama, ya no es una plaga. Tenemos en torno a 400 nuevos casos cada año en Cruces, pero hemos avanzado enormemente en la reproducción inmediata de la mama. En Cruces, a la mujer a la que se tiene que amputar, se le reconstruye en el mismo acto quirúrgico por cirugía plástica. Son grandes avances para su calidad de vida. También se ha adelantado mucho en cirugía laparoscópica; hace unos años para un simple quiste de ovario había que hacer una histerectomía -extirpación total o parcial del útero, ahora está la vía de la laparoscopia, que acorta la estancia hospitalaria y el postoperatorio; una cirugía mayor casi ambulatoria porque se va a su domicilio casi en el mismo día.
¿Las innovaciones tecnológicas no invasivas en el ámbito del diagnóstico genético prenatal harán que la amniocentesis o biopsia corial se realicen solo en casos excepcionales?
Sí. En un futuro próximo confiamos en que los test genéticos prenatales no invasivos dejen estas pruebas solo para casos excepcionales en los que se necesite una confirmación diagnóstica. En pocos años se ha pasado de utilizar técnicas invasivas y molestas como la amniocentesis a disponer de test que se basan en el análisis del ADN fetal en sangre materna circulante; un sencillo análisis de sangre materna es suficiente. Con estos avances, en pocos años se podrán diagnosticar, descifrar, prevenir y tratar numerosas enfermedades prenatales que hasta ahora eran imposibles de detectar y tratar. Además, todo esto se puede llevar a cabo en los estadios iniciales del embarazo, y no cuando la gestación está más avanzada como sucedía hasta ahora.
¿La actualización de los conocimientos en este ámbito ginecológico resulta entonces clave?
Resulta imprescindible la formación continuada para la práctica clínica diaria, ya que tenemos que conocer de primera mano las novedades que están apareciendo y que están provocando una auténtica revolución en el diagnóstico y manejo terapéutico de las enfermedades prenatales. Hay que mejorar -la SEGO trabaja en ello- para que los profesionales sanitarios se puedan formar en las nuevas técnicas que se están registrando en el área del diagnóstico genético prenatal y hay que mejorar los conocimientos para optimizar la interpretación de la información que aportan estos recursos. En esta línea, la SEGO, AEHG, AEDP y ASEBIR, con la asistencia técnica de la empresa Renovatio Biomédica, hemos organizado un curso online- que dará comienzo en noviembre- dirigido a profesionales relacionados con el diagnóstico prenatal que tengan interés en los NIPTs -Pruebas Prenatales No Invasivas- y en su aplicación, incluyendo genetistas, analistas clínicos, obstetras, enfermeros y otros profesionales del sector.
Hablando de interés profesional, ¿hay profesionales suficientes en esta especialidad o precisan más?
Estamos empezando a percibir cierta escasez de médicos. Como presidente de la SEGO, soy además presidente de la Comisión Nacional de la Especialidad de Ginecología y Obstetricia, todos los años cuando “negociamos” con el Ministerio siempre recuerdo y recomiendo que es preciso aumentar el número de especialistas, por lo menos para mantenernos. Porque ha habido épocas en las que en algunas comunidades incluso se han reducido el número de residentes. En nuestra especialidad estamos equilibrados, pero empezamos a tener necesidades. No nos gustaría llegar a la situación de los médicos de familia y pediatría donde existe una escasez manifiesta. Sin embargo, cuando no haya ningún ginecólogo en paro es que habremos llegado al momento en que haya que aumentar el número de residentes.
Se ha publicado que otro de sus objetivos es que la especialidad ginecológica pase de cuatro a cinco años…
Sí. La nuestra es una especialidad muy amplia que abarca desde Ginecología, Obstetricia, Reproducción asistida, hasta todas las subespecialidades de las secciones: Medicina prenatal, Ecografía, Oncología, patología mamaria, endoscopia, suelo pélvico, fertilidad, menopausia, contracepción y residentes. Abarca toda la patología de la mujer. Por eso consideramos que cuatro años de formación es poco tiempo; por eso vamos a pedir que sean cinco.
¿Qué otros objetivos se marcan en la SEGO?
El más importante es la formación de los especialistas; de ahí los congresos que realizamos cada dos años de todas las especialidades que la conforman. Desde que asumí la presidencia, desde la Junta Directiva hemos intentado que el médico tenga una formación gratuita; nuestra misión es incentivar la formación y si podemos hacerlo sin coste alguno para los asociados a la SEGO, mejor que mejor.
¿Las nuevas tecnologías les ayudan en el trato clínico? ¿Ha cambiado la relación médico-paciente?
Antes la medicina era paternalista y lo que decía el médico se aceptaba sin ninguna duda; ahora la relación médico-paciente ha cambiado. Tenemos la medicina clásica y la de internet, donde la información de las redes hay que saber filtrarla. Se ha perdido lo de tener una confianza plena a vivir en una desconfianza permanente, y en la búsqueda del equilibrio pueden ayudarnos las nuevas tecnologías.
¿Cómo luchan contra esta desconfianza?
Tenemos una página web donde explicamos a las pacientes cuándo deben recurrir al médico, que es quien le dará la mejor información, mejor que una amiga o un familiar o una página web impersonal. En este campo la relación del médico de Primaria con nosotros debe ser excelente para que en cuanto ve una anomalía nos la deriva inmediatamente, con un tiempo de espera mínimo, lo que redundará en mayor confianza y eficiencia.
¿Cuál es la asignatura pendiente? ¿Cuando deje de ser presidente de la SEGO que le gustaría haber conseguido?
Me gustaría decírselo más adelante cuando esté en el segundo mandato. Ahora estamos en la reorganización de los protocolos, con la actualización de la página web que nos está costando bastante. Disponemos también de una revista médica que nos gustaría potenciar; es una publicación en inglés y nos gustaría que fuera el escaparate internacional de la Sociedad para que fuera consultada y su valor científico aumentara; es uno de nuestro grandes retos.