11 de diciembre 2017. 2:00 pm
La Clínica Universidad de Navarra ha incorporado una nueva técnica, la Revascularización Transcarotídea (TCAR), para tratar la estenosis carotídea (estrechamiento de las arterias carótidas) de forma más segura y cómoda para el paciente. “La revascularización transcarotídea se realiza con anestesia local a través de una…
La Clínica Universidad de Navarra ha incorporado una nueva técnica, la Revascularización Transcarotídea (TCAR), para tratar la estenosis carotídea (estrechamiento de las arterias carótidas) de forma más segura y cómoda para el paciente. “La revascularización transcarotídea se realiza con anestesia local a través de una pequeña incisión en la base del cuello, donde se controla la arteria carótida común. A través de un introductor especialmente diseñado, y un dispositivo de reversión de flujo sanguíneo, se realiza la colocación del stent”, explica Ignacio Leal, cirujano vascular y desarrollador de esta técnica, que forma parte del equipo de la sede de Madrid.
La estenosis carotídea es un estrechamiento del vaso por la acumulación de placa aterosclerótica. Cuando esa placa se rompe y se desprende, puede viajar a zonas del cerebro y comprometer su nutrición, provocando disfunción o muerte de neuronas que den lugar a un ictus. Se estima que la prevalencia de esta enfermedad es del 0,5 por ciento en personas menores de 50 años y de hasta el 10 por ciento en mayores de 80.
Ventajas de la técnica
La mayor ventaja de esta técnica es que reinvierte el flujo sanguíneo. Al manipular la placa durante cualquier intervención es posible que se desprendan fragmentos que viajan por la carótida hasta el cerebro, lo que puede provocar ictus postoperatorios. Sin embargo, esta nueva técnica utiliza un dispositivo que invierte el flujo de sangre en la arteria carótida, aspirando los posibles fragmentos desprendidos y reteniéndolos en un filtro, evitando así la posibilidad de sufrir infartos cerebrales perioperatorios.
“Con esta nueva técnica no cruzamos el arco aórtico y protegemos el cerebro. Nos ofrece ventajas para el paciente, tanto en seguridad como en comodidad, ya que es mínimamente invasiva, y para nosotros mismos, ya que la tasa de complicaciones es menor”, aclara el Dr. Lukasz Grochowicz, especialista del Servicio de Cirugía Vascular de la Clínica Universidad de Navarra.
La cirugía convencional, la endarterectomía carotídea, es empleada en el 90% de los casos, pero se trata de una cirugía en abierto que incluye riesgos asociados. “Es una cirugía madura, lleva casi cien años realizándose y todos los cirujanos vasculares sabemos utilizarla. Pero hay que hacer una incisión mayor en el cuello, una zona con nervios importantes que pueden lesionarse hasta en el 3 por ciento de los casos según estudios. Además, necesita anestesia general”, apunta Leal.
La Clínica se ha convertido en uno de los cinco centros europeos que la realizan con la incorporación de José Ignacio Leal, uno de los desarrolladores de esta técnica, a la sede de Madrid.