La ezetimiba es un hipocolesterolemiante por vía oral. De los datos disponibles se deduce que en monoterapia reduce en aproximadamente un 18 por ciento las cifras plasmáticas de LDL-colesterol. En combinación con estatinas, se consigue un 12-14 por ciento más que si lo comparamos con la estatina sola. La combinación de ezetimiba a bajas dosis de estatinas, 10 mg, alcanzó los mismos efectos en LDLc, HDLc y triglicéridos como dosis elevadas, 40-80mg, de estatinas en monoterapia.
Ezetimiba puede ser beneficiosa, en combinación con estatinas, para aquellos pacientes que no cumplen el objetivo terapéutico con dosis habituales de estatinas y que no toleran dosis elevadas.
También puede ser útil en pacientes que incluso no toleran dosis bajas de estatinas. Por eso, está especialmente indicada en pacientes con hipercolestrolemia familiar homocigótica.
En ausencia de resultados clínicos y de seguridad en estudios con un seguimiento más prolongado, ezetimiba debe ser reservada para los pacientes que no alcancen un nivel adecuado de lípidos en sangre, con la dosis máxima tolerada de estatinas.
Potencia de rosuvastatina
La rosuvastatina es una de las estatinas más potentes, que al igual que las otras seis estatinas comercializadas, se prescribe para reducir tanto el colesterol total como el colesterol LDL y prevenir eventos cardiovasculares.
Es un inhibidor selectivo y competitivo de la 3-hidroxi-3-metil-glutaril-coezima A reductasa. Su estructura molecular asegura una elevada afinidad para esta enzima.
La biodisponibilidad absoluta es del 20 por ciento y se alcanzan niveles plasmáticos máximos entre las 3 y 5 horas de su administración. Cerca del 90 por ciento de la rosuvastatina circula unida a proteínas plasmáticas.
Vida media
Su eficacia no se ve influida por la hora en que se toma, lo que probablemente se deba a la vida media relativamente larga; unas 20 horas. El 10 por ciento de la dosis se metaboliza y el 90 por ciento restante se elimina como molécula intacta, en su mayor parte por vía fecal. Sin embargo, la concentración plasmática del fármaco se incrementa en pacientes con insuficiencia renal grave, con aclaramiento de creatinina inferior a 30 ml//min, por lo que se considera una contraindicación para su uso.
Interacciones con otros fármacos
A diferencia de otras estatinas, la rosuvastatina no es un inhibidor o un inductor de las isoenzimas del sistema citocromo P450. Esto hace que el riesgo de interacciones con otros fármacos sea bajo. No se han demostrado interacciones farmacológicas con antidiabéticos, antihipertensivos, digoxina o fenofibrato.
Las interacciones más importantes de las estatinas se producen a nivel hepático, ya que suelen emplear la vía del citocromo P450 para su metabolización. Pero cada una de ellas emplea isoenzimas distintas, por lo que dependiendo de esa isoenzima tendrá mayores o menores interacciones con otros fármacos.
Como una gran mayoría se metabolizan por la isoenzima CYP3A4, las que comparten esta vía de metabolización tendrán más posibilidades de interaccionar con otros medicamentos. Son el caso de lovastatina, simvastatina y, en menor medida, atorvastatina.
El resto de estatinas usan la isoenzima CYP2C9 y tienen menor probabilidad de interaccionar con otros medicamentos.
Tolerancia
En el caso de ezetimiba, se trata de un fármaco muy bien tolerado y con pocas interacciones, aunque como bien indica su ficha técnica, hay que tener especial precaución con la ciclosporina, anticoagulantes, y colestiramina. En el caso del uso concomitante con fibratos, hay que tener precaución por la falta de estudios.
Al igual que con el resto de estatinas, los efectos adversos más frecuentes son mialgias, estreñimiento, astenia, dolor abdominal y nauseas, siendo la mayoría de ellos leves y esporádicos. Entre el 0,2 al 0,4 por ciento de los pacientes presentaron elevaciones de la creatinfosfoquinasa sérica (CPK), mientras que menos del 0,1 por ciento presentaron miopatía.
Reducción del LDL
En comparación con las otras estatinas, la rosuvastatina induce una mayor reducción del LDL, incluso en los pacientes de riesgo elevado, en aquellos con síndrome metabólico, en los pacientes con dislipemia diabética, en los individuos afroamericanos o hispánicos con riesgo moderado o alto y en los pacientes asiáticos con riesgo alto. Asimismo, la concentración del colesterol total disminuye más con la rosuvastatina que con las otras estatinas.
También se ha visto que el fármaco reduce la concentración de la proteína C reactiva, un marcador de riesgo cardiovascular, en los pacientes con hipercolesterolemia y con hiperlipidemia combinada familiar. El fibrinógeno y ciertas citoquinas proinflamatorias también descienden.
Además, tiene una acción antioxidante y disminuye los marcadores de estrés oxidativo en pacientes con hipercolesterolemia. Y también reducen la agregación plaquetaria y la formación de trombos en respuesta a la lesión del endotelio.
Alto riesgo
La
combinación de ezetimiba más rosuvastatina es útil en alto riesgo cardiovascular, ya que son fármacos hipolipemiantes, complementarios, dado que su mecanismo de acción es distinto. La sinergia entre ambos permite alcanzar los objetivos en pacientes que requieren un control exhaustivo del colesterol.
Las personas con alto riesgo cardiovascular, con cLDL muy elevado o con intolerancia a las estatinas, pueden precisar un tratamiento combinado con estatinas y ezetimiba para conseguir el objetivo de cLDL. Se sabe que añadir ezetimiba a la terapia con estatinas frente a la monoterapia es beneficioso para la reducción de cLDL, pero también de triglicéridos (TG), y el aumento de colesterol HDL (cHDL). La combinación ezetimiba a rosuvastatina puede conseguir reducciones de cLDL del 56 hasta el 63 por ciento.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria María Luisa Fabrega Valverde, Juan Aledo Peralta, María Teresa Villamor de Santiago, Carmen Díaz Mateo, Angel Fenoy Soriano, Francisco José Fernández Galindo, Inmaculada Concepción Marin Cabrera, Paula Sánchez Muñoz, Raquel Gambin Follana, Daniel Suárez Hernández y Javier Urios Dura, los cardiólogos Alfons Sualis, Carlos Labata y Javier Quiroga, de Barcelona, y Clara Rivera Rubio, Silvia Lozano García, Francisco José del Río Rodríguez, Manuel F. Gonzales Vargas-Machuca y José Nieto Hortal, de Sevilla.