La falta de adherencia al tratamiento en personas con diabetes es muy variable, aunque puede rondar entre el 20 y el 40%, y este porcentaje suele aumentar si además se tienen en cuenta los hábitos en cuanto a la dieta y el ejercicio físico como parte fundamental de la terapia.
Los pacientes que peor cumplen con las pautas marcadas por el médico suelen ser los que no entienden o no asumen su enfermedad, así como ancianos, personas mayores que viven solas o bien los más jóvenes. El escaso cumplimiento terapéutico también se da más en personas con obesidad e hipertensión asociada y en las que tienen alteraciones cognitivas, impedimentos físicos o problemas psicológicos.
Los principales factores que influyen en la falta de adherencia son el olvido, la confusión en torno a la patología o el tratamiento, que en ocasiones resulta excesivamente complejo, o el temor a las reacciones adversas. También intervienen la ausencia de percepción de mejora, dado que se trata de una enfermedad asintomática, la desconfianza en el medicamento prescrito o en la conveniencia de controlar el estilo de vida o la creencia de que la medicación es innecesaria o excesiva.
La importancia de averiguar cómo toma la medicación
Para la mejora de la adherencia, hay que actuar en los distintos frentes. El médico debe tener una actitud vigilante ante el uso de la medicación y estar alerta ante la posibilidad de que el paciente no la utilice correctamente. Debe ser consciente de que la decisión sobre la toma de la medicación responde a un comportamiento complejo en el que intervienen muchos factores. En este sentido, las preguntas a realizar son esenciales para conocer si toma correctamente la medicación. Herramientas como el test Morisky-Green-Levine permiten saber si el paciente olvida las tomas, si las realiza en el momento adecuado, si abandona la medicación cuando se encuentra bien o cuándo cree que le ha sentado mal.
También es útil averiguar si al paciente le parece demasiado caro el medicamento, si tiene dificultades para tomarlo, debido a su trabajo u ocupación, o si confía en el beneficio del tratamiento. Lo aconsejable es que el facultativo adapte la entrevista a las características de cada persona.
Comunicación directa y clara
Y es que uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es la comunicación con el paciente, que tiene que ser directa y clara. El facultativo debe realizar una tarea de educación sanitaria y facilitarle el mejor conocimiento de su patología y el tratamiento, además de generarle confianza y motivación para que realice un correcto cumplimiento. En este sentido, cada vez se potencia más el autocuidado, puesto que es positivo que el paciente se corresponsabilice de su enfermedad.
Es importante que, al principio, las visitas sean frecuentes, para establecer unas pautas básicas que se irán reforzando periódicamente, así como pactar una estrategia para alcanzar los objetivos fijados. En este punto, hay que tener en cuenta las necesidades y deseos de la persona, por ejemplo, de minimizar la cantidad de medicación, y discutir con él cómo incorporar la toma de la medicación a su rutina diaria o posibles alternativas no farmacológicas.
Combinaciones de medicamentos favorecen el cumplimiento
Evitar la polimedicación y los cambios frecuentes de tratamiento son otras de las medidas para la mejora del cumplimiento farmacoterapéutico, y en este sentido cabe plantearse el uso de tratamientos combinados. El hecho de que consistan en una única toma diaria ayuda a los pacientes a seguir el tratamiento, puesto que reduce la principal causa de incumplimiento, que son los olvidos simples. Estas combinaciones en un solo comprimido a dosis fijas mejoran el control metabólico, aumentan la eficacia y disminuyen las dosis de los fármacos que entran en combinación, además de que se reducen los efectos adversos.
En el caso de que se presenten acontecimientos adversos, al tratarse en la diabetes de tratamientos escalonados, queda minimizada la dificultad de conocer el principio activo responsable de dicho efecto.
Para solucionar el problema de adherencia, también deberían mejorar aspectos relacionados con la gestión y organización del sistema sanitario, como la carencia de recursos, la falta de motivación del médico, el reducido tiempo del que se dispone para cada consulta o la falta de un abordaje multidisciplinar.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina General Concepción Nogueira, María Tato, Susana Hernaiz, Carolina Valcarce, Evangelina Filloy, Teresa Alonso, Carlos Fariña, Javier de Santiago Penedo, Antonio Soengas, Carlos A. Názara, Manuel Bayón, Carlos Jesús Gonzalo, Andrés J. Santiago, Alberto Pérez, Francisco Bujalance, Francisca García, Carlos Pérez, Pilar Prieto, Alfonso Rodríguez, Manuel López, Sabina del Pilar Allende, Esther Fernández, Ana Fernández-Tablón, Ana Rosa Gutiérrez, Joaquín Aracil y María Clara García.
La comunicación médico-paciente, clave para la adherencia en diabetes
Laura Jordán
26 de diciembre 2017. 12:05 pm