El paciente diagnosticado por primera vez de diabetes no es consciente del alcance de la enfermedad. Al tratarse de una enfermedad crónica que no provoca sintomatología se le debe recalcar que el tratamiento principal debe ser la dieta y el ejercicio para evitar la aparición de complicaciones crónicas en órganos como el riñón, las piernas, el corazón, etc...
El paciente diabético es diagnosticado en la consulta de alguno de los distintos especialistas a los que acude, ya sea de primaria, cardiología, endocrinología. Lo ideal sería que el endocrino fuera el que llevara en los inicios a estos pacientes y que pautara y orientara en la enfermedad en la primera etapa. No obstante, en la actualidad los protocolos de actuación son ejecutados de forma correcta por otras especialidades. Así, los médicos de familia constituyen el pilar fundamental de actuación médica sobre la diabetes tipo 2; son los que llevan su seguimiento. Los centros de salud están muy bien preparados para poder dar seguimiento y apoyo al paciente diabético. Tanto médicos como enfermeros desarrollan programas que ayudan y refuerzan el conocimiento y concienciación sobre su enfermedad del paciente diabético.
Hay que tener en cuenta que los pacientes diabéticos acuden en muchas ocasiones a urgencias hospitalarias con patologías asociadas a su enfermedad que en algunos casos pueden ser graves, como es el caso de hipoglucemias. En estos casos es la Medicina Interna el que evalúa y decide qué hacer con este enfermo diabético.
A la consulta del cardiólogo también llegan muchos diabéticos, ya que la diabetes es un factor de riesgo asociado a otros, como la dislipemia y la HTA. Este tipo de pacientes pueden sufrir todo tipo de eventos cardiovasculares y es el cardiólogo el que puede buscar la mejor opción terapéutica para tratar la diabetes.
Desde enfermería se coordinan los distintos programas diseñados para conseguir los mejores resultados en el seguimiento, control y educación sobre la enfermedad del paciente diabético.
Objetivos pautados
Se establecen unos objetivos consensuados con el paciente con respecto a tratamiento, dietas adecuadas y plan de ejercicios individualizados, según las características físicas del paciente. El control de la glucemia lo realiza enfermería, se organizan charlas sobre alimentación, cuidados del pie diabético y controles analíticos periódicos, y se enseña al paciente a reconocer las posibles complicaciones.
Por su parte, la oficina de farmacia, por cercanía al paciente, ofrece una oportunidad de mejorar el seguimiento, cumplimiento terapéutico y detección de complicaciones. Además, en las farmacias se suelen realizar mediciones de glucemia, colesterol, control de peso y de la presión arterial. De esta forma, se mejora el seguimiento de la enfermedad diabética, detectando posibles complicaciones que se derivan del mal control glucémico. También se pueden detectar malos hábitos a la hora de tomar la medicación, errores que se pueden dar en el cumplimento de la medicación y posibles efectos adversos en los cambios de tratamiento o interacciones que se den.
Información
Hay estudios que cuantifican los datos con respecto a las fuentes de la información en salud a la que acuden los enfermos. Así los médicos y profesionales sanitarios son consultados en un 87,7% de los casos y con un nivel de confianza del 90%; los farmacéuticos en un 67,1% y un nivel de confianza del 80%; internet en un 53,8% y un nivel de confianza del 38% y las redes sociales en un 22,3% y con un grado de confianza del 13%.
La colaboración entre los distintos profesionales sanitarios en la actualidad es bastante satisfactoria, se ha avanzado mucho en la coordinación entre enfermería y médico, no tanto en la colaboración entre farmacia y médico-enfermería.
Se está trabajando en la colaboración entre los distintos profesionales sanitarios. En la consulta diaria cuando llega un paciente con diabetes 2 es enfermería la que debe preparar los programas en los que debería participar. Hay aspectos que se pueden mejorar, como ampliar el tiempo para dedicar a estos pacientes. Con respecto a la farmacia, queda mucho por hacer. La farmacia por cercanía puede ofrecer unos servicios de información al paciente sobre su enfermedad que pueden ayudarle a que se conciencie y se informe cómo controlarla.
El paciente debería confiar en el personal sanitario como para consultarle las dudas sobre su enfermedad. Para mejorar la comunicación de los profesionales sanitarios con el paciente habría que desarrollar sin problemas de tiempo los programas que van encaminados a establecer esta confianza a la hora de afrontar los distintos momentos y dudas que tendrá el paciente a lo largo de la evolución de la enfermedad.
Pilares de la comunicación
Así, la comunicación con el paciente se debe basar en varios pilares. Una primera fase sería la de posicionamiento, cuyos objetivos son la priorización del problema a abordar, en este caso de la diabetes. Un segundo paso es la clasificación de en qué momento se encuentra el usuario respecto al diagnóstico de su diabetes (tiempo de evolución, complicaciones, etc...). Y un tercer paso debería ser ayudar al usuario a posicionarse en sus creencias frente a su enfermedad.
En una segunda fase de reflexión o definición del problema, los objetivos a alcanzar estarían dirigidos a lograr la atención a los motivos de cambio, y si el paciente no tiene conciencia de su enfermedad, conseguir una visión lo más objetiva posible y aumentar el poder del usuario para tomar decisiones más responsable. En caso de conflicto con la enfermedad o falta de concienciación para su cuidado, habría una tercera fase de negociación para el cambio, cuyos objetivos se basarían en clarificar lo que se quiere cambiar, cuáles serían esos objetivos del cambio, los procesos para conseguirlo y que el cambio sea lo más duradero posible.
Farmacia
Los profesionales de las oficinas de farmacia intervienen en los procesos de dispensación, lo que supone una actitud activa del farmacéutico en la provisión de medicamentos. El uso de aplicaciones móviles podrían mejorar la comunicación con los pacientes diabéticos y de esta forma se reforzaría el compromiso de los pacientes con su enfermedad.
Desde el centro de salud y farmacia se podrían realizar reuniones con pacientes con diabetes 2 de forma conjunta y coordinada en la que se realizarían talleres informativos y de motivación para los diabéticos. También se podrían establecer desde las farmacias programas básicos de salud farmacéutica en diversas patologías, diabetes mellitus tipo 2, hipertensión, dislipemia, tabaquismo, obesidad,...
Sería necesario promover una comunicación directa y fluida entre el farmacéutico y el médico ante cualquier duda respecto al medicamento prescrito. El farmacéutico intentará plantear una posible relación entre los medicamentos y el problema de salud del paciente, siendo la resolución del problema responsabilidad del médico.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Atención Primaria Arturo Medrano Rivacoba, Antonio Ripoll Cano, Ruth Tavarez Paniagua y Ana Galiana Vila, de Benidorm; Francisco Manuel García Lanzas y Aytami Toro Parodi, del Hospital de Ceuta; Juan Carlos Mata Padilla, del Centro de Salud Tarajal, y Juan Carlos Díaz Fernández-Montes, del Centro de Salud Otero; los médicos de Familia Nicomedes Carvajal Trujillo, Milagros Vena Fernández, Federico Carlos Bonilla Toyos y Juan Antonio Gutiérrez Espinosa de los Monteros, del Centro de Salud El Lugar, y Raquel González Carnero, Francisco Carlos Carramiñana Barrera, José María Iglesias Sánchez, Carlos Santos Altozano, Rafael Rojas Moreno, Isabel Geniz Gallardo, Rafael Pablo Gimeno Fernández y Julián Ortega Redondo.
La coordinación entre el médico, enfermería y farmacia es necesaria para el correcto abordaje de la diabetes 2
Clara Simón
20 de noviembre 2018. 11:02 am