Txantón Martínez-Astorquiza¸ jefe de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario de Cruces (Bizkaia) y ginecólogo del Hospital Quirónsalud Bilbao reconoce “que cada día más la población se alimenta peor; tenemos embarazadas que nos llegan a los servicios clínicos con 30 kilos de más y continúan comiendo…
Txantón Martínez-Astorquiza¸ jefe de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario de Cruces (Bizkaia) y ginecólogo del Hospital Quirónsalud Bilbao reconoce “que cada día más la población se alimenta peor; tenemos embarazadas que nos llegan a los servicios clínicos con 30 kilos de más y continúan comiendo gominolas y chucherías. Hay que volver a cultivar la cultura de la dieta mediterránea que tantos beneficios nos proporciona y concienciar a las mujeres de que la obesidad en el embarazo multiplica los riesgos en el parto, tanto para ella como para su bebé”, sostiene el presidente de la SEGO.
¿Cómo de útiles e importantes son los elementos nutricionales para las embarazadas y los bebés?
Son imprescindibles. Aunque haya gente que quiera ver en ellos cierta manipulación farmacéutica de los laboratorios, lo cierto, lo que está claro y demostrado científicamente, es que el ácido fólico y el yodo, por ejemplo, son imprescindibles para las mujeres gestantes. Lo ideal sería que una mujer que tenga intención de quedarse embarazada comience a tomarlos ya antes de conseguir su embarazo. Por supuesto, también seguir tomándolos durante el embarazo y la lactancia.
¿Y los lácteos son importantes?
Son esenciales para cubrir las necesidades de calcio y otros nutrientes no solo para la madre, sino también para el bebé. Tanto en el período anterior a la gestación, como a lo largo del embarazo, es preciso mantener una alimentación que sea variada y equilibrada que sirva para garantizar un suministro adecuado de nutrientes al feto. Porque una correcta alimentación a lo largo de la gestación –verduras, hortalizas, pescado, frutas…– es igualmente clave para sustentar una salud óptima para la mujer y, al tiempo, para eludir un desgaste nutricional que puede provocar problemas importantes como anemias y descalcificación ósea.
¿Cuál el consumo de calcio recomendado?
El consumo diario idóneo sería ingerir tres o cuatro porciones de leche y/o derivados lácteos ―500 ml. de leche, 2 raciones de queso (50 g), 1 yogur― que ayudan a cubrir el 82% de la ingesta de calcio recomendada en las mujeres adultas y un 63% en las madres adolescentes, que, como constatamos en las consultas, son las que se alimentan peor.
¿Y la vitamina D también es clave durante el embarazo?
La falta de vitamina D en la mujer a lo largo de la gestación se relaciona con un menor desarrollo óseo fetal, así como una inferior posibilidad de masa ósea en la niñez y en la adolescencia. Una dieta equilibrada y la exposición al sol tendrían que ser suficientes para garantizar el aporte de la vitamina D que es imprescindible para la absorción intestinal del calcio e interviene de forma fundamental tanto en el crecimiento como la mineralización ósea, además de participar en el metabolismo del fósforo y coadyuvar en la maduración de las células del sistema inmunológico.
¿Desde la SEGO consideran recomendables la consulta anterior a la concepción para preparar a la futura madre en hábitos saludables?
Sí, totalmente aconsejable. Les ofrecemos las pautas para que, por ejemplo, aprendan a controlar el peso durante su embarazo de forma saludable y a que adquieran hábitos saludables de alimentación; les explicamos la necesidad de cubrir sus necesidades nutricionales esenciales. El objetivo es, por una parte, preparar el organismo de la madre para el parto, al tiempo que les damos las recomendaciones para satisfacer las exigencias nutritivas del bebé y les preparamos para asegurar la reserva energética en forma de grasa para la lactancia. En definitiva, los ginecólogos les recomendamos que intenten adelgazar si se han pasado de peso, pero sin bajar su disposición de nutrientes esenciales; por supuesto, les decimos que no fumen ni beban, que tomen el sol moderadamente y que no estén comiendo palomitas, chucherías, gominolas o frutos secos todo el día mientras ven la tele.