La Asociación Americana del Corazón revisa en un informe que se publica en
Circulation las diferentes
dietas que pueden tener beneficios para la salud. Tal y como destaca el presidente del comité que ha llevado a cabo dicha evaluación, Christopher D. Gardner, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, en California, en los últimos años han proliferado diferentes dietas con información errónea que circula por las redes sociales. Ante dicha situación, la población, e incluso algunos profesionales sanitarios, pueden tener dudas sobre cuál es la
alimentación saludable para el corazón. Para despejar dichas dudas, se ha elaborado una guía con el fin de que se pueda convertir en una herramienta útil para saber qué
dietas son las adecuadas para cuidar la salud cardiometabólica.
La guía incluye diez características claves de un patrón dietético para mejorar la
salud cardiometabólica. Señala la necesidad de limitar las grasas no saludables y reducir el consumo de carbohidratos.
Este equilibrio optimiza la salud metabólica y cardiovascular, y limita otros factores de riesgo, como la diabetes tipo 2 y la obesidad, que se derivan fundamentalmente de un consumo excesivo de carbohidratos, sobre todo los que provienen de carbohidratos procesados y bebidas azucaradas.
Categorías
Los
patrones dietéticos analizados se agruparon en 10 categorías. En la primera se encuentra la dieta conocida como Enfoques dietéticos para detener la hipertensión (
Dietary Approaches to Stop Hypertension,
DASH), que enfatiza el consumo las verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, frutos secos y productos lácteos bajos en grasa. También incluye carnes magras y de aves, pescado y aceites no tropicales. Los expertos señalan que las
dietas nórdica y báltica no corresponden a este patrón dietético.
La
dieta mediterránea ocupa la segunda categoría. Aquí se limitan los productos lácteos y se potencia el consumo de verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas, pescados grasos y aceite de oliva extra virgen; e incluye el consumo moderado de vino tinto.
A continuación, se encuentra las
dietas vegetarianas o
pescatarianas, con un patrón de alimentación basado en distintas plantas y pescados; las vegetarianas/ovo/lacto con pautas centradas en plantas y huevos (ovo-vegetariano), productos lácteos (lacto-vegetariano) o ambos (ovo-lacto-vegetariano), y las vegetarianas/veganas con una alimentación basada en plantas y pescado.
En sexto lugar está la
dieta baja en grasas, donde se limita la ingesta de grasas a menos del 30 % de las calorías totales. En esta categoría están incluidas la
dieta volumétrica y el
plan de Cambios Terapéuticos en el Estilo de Vida (
Therapeutic Lifestyle Change, TLC).
A continuación, está la
dieta muy baja en grasas. Aquí la ingesta de grasas es de menos del 10 % de las calorías totales. En este grupo están las dietas
Ornish, Esselstyn, Pritikin, McDougal, Physicians Committee for Responsible Medicine (
PCRM).
Por su parte, la
dieta baja en carbohidratos propone que los carbohidratos supongan el 30-40 % de la ingesta calórica total. Las dietas
South Beach y
Zona de bajo índice glucémico se sitúan en dicha categoría.
En la siguiente posición encontramos la
paleolítica, también llamada
dieta Paleo, que excluye cereales integrales y refinados, legumbres, aceites y productos lácteos.
Y en último lugar está la
dieta muy baja en carbohidratos/cetogénica, que sugiere una ingesta de carbohidratos a menos del 10 % de las calorías diarias. En este apartado están las
dietas Atkins, cetogénica (keto) y
cetogénica bien formulada.
Recomendaciones
Las
dietas recibieron puntos en función de cómo cumplían con cada característica de la guía de la AHA: 1 punto por cumplir totalmente, 0,75 puntos por cumplir en su mayor parte y 0,5 puntos por cumplir parcialmente. De esta forma, las puntuaciones se agruparon en cuatro niveles y se señalaron los aspectos de las
dietas que les ayudan a adherirse a la guía, así como los posibles desafíos para cumplir con ella. El único elemento de la guía que formaba parte de cada patrón de dieta era minimizar la ingesta de alimentos y bebidas con azúcares añadidos.
En el nivel 1 están los planes de alimentación mejor valorados, con una puntuación que supera los 85 puntos. Aquí están los cuatro patrones con la calificación más alta, que son flexibles y ofrecen una amplia gama de alimentos saludables. El patrón de alimentación al estilo
DASH recibió un puntaje perfecto al cumplir con todas las pautas de la AHA. La
dieta mediterránea también está muy bien valorada, al igual que la
pescatariana y vegetariana. “Los patrones dietéticos de primer nivel se alinean mejor con la guía de la
American Heart Association y pueden adaptarse para respetar las prácticas culturales, las preferencias alimentarias y los presupuestos de cada familia para permitir que las personas se puedan alimentar correctamente a largo plazo”, comenta Gardner.
En el siguiente nivel, con una puntuación entre 75 y 85, están las
dietas veganas y
bajas en grasas. Sin embargo, las restricciones en el patrón de alimentación vegano pueden hacer que sea más difícil seguir este tipo de dieta a largo plazo o cuando se come fuera de la casa. No obstante, seguir un patrón de alimentación vegano puede aumentar el riesgo de deficiencia de vitamina B-12, lo que puede causar anomalías en los glóbulos rojos que conducen a la anemia. Además, la AHA sugiere reemplazar las grasas saturadas por grasas más saludables, como las monoinsaturadas y poliinsaturadas.
Elementos peligrosos
Con una puntuación entre 55 y 74 están las
dietas muy bajas en grasas y bajas en carbohidratos. Estas dietas han perdido puntos por restringir los frutos secos y los aceites vegetales saludables. Este patrón de alimentación también puede provocar deficiencias de vitamina B-12, ácidos grasos esenciales y proteínas, lo que provoca anemia y debilidad muscular.
En última posición están las
dietas paleolíticas y muy bajas en carbohidratos/cetogénicas, con menos de 55 puntos. Las restricciones de frutas, cereales integrales y legumbres pueden dar lugar a una reducción de la ingesta de fibra. Además, estas dietas son ricas en grasas sin limitar las grasas saturadas.
Cirulation:
https://doi.org/10.1161/CIR.0000000000001146.