La transformación digital del Sistema Nacional de Salud está en marcha y cada vez se dan a conocer nuevos pasos o iniciativas que surgen de la financiación de los Fondos Europeos. Pero la pregunta que se hacen muchos expertos es si esta inversión realmente va a suponer una transformación que permita poner solución a los problemas actuales y futuros del SNS o si, por el contrario, va a suponer hacer más de lo mismo. Este es uno de los debates que abre el documento “La digitalización como motor de la transformación del Sistema Nacional de Salud” elaborado y presentado por el Observatorio Economía y Salud de Boehringer Ingelheim.
Se trata de un informe realizado por un grupo de expertos que, desde un punto de vista multidisciplinar, ha recogido un total de diez propuestas legislativas que permitirán a los decisores políticos avanzar en la mejora del proceso de transformación y refuerzo del SNS.
Adaptarse a la demanda de la digitalización
Tal y como exponía en la presentación de este documento Jesús María Fernández, fundador y CEO de Hiris Innovation Technologies, gran parte del debate respecto a la sostenibilidad del SNS se centra en una mayor inversión en recursos materiales y humanos, o en reducir listas de espera, pero lo que falta realmente es repensar el modelo. “O nos preparamos para la sociedad de 2030, o lo que haremos será simplemente digitalizar la Atención Primaria de los años 80”. Como ejemplo resaltaba que mientras en Atención Primaria la telemedicina se ha traducido en que el médico de Atención Primaria te llame por teléfono en un margen de 8 a 3, hay empresas que ya ofrecen un contacto inmediato con profesionales sanitarios por mensajería instantánea. “La sociedad de 2023 es multicanal y quiere respuestas rápidas”. Por ello insistía en que el dinero que ha llegado para digitalizar la Sanidad a través de los Fondos Europeos supone a la vez una oportunidad y una barrera. “Hay más dinero, pero a la vez hay una mayor dificultad para gastarlo antes de tiempo, lo que a veces impide pararse a pensar realmente cómo merece más la pena gastarlo”. Ejemplo de ello es el temido efecto de la brecha digital que puede suponer esta transformación. Según el experto “este no es un problema de tecnología, sino de diseño”. Así, desde su punto de vista, evitar la brecha digital pasa por invertir en la creación de herramientas que se adapten a una demanda creciente de pacientes crónicos mayores. Aunque también esta debe contemplar una brecha geográfica, que pasa incluso por zonas sin una buena cobertura. Incluso económica, porque no todo el mundo tiene capacidad de tener un smartphone o pagar una tarifa plana de datos, que ahora parece imprescindible para acceder al sistema sanitario.El papel de los pacientes
Por su parte, María Dolores Rubio, directora-gerente del Hospital Príncipe de Asturias y presidenta del patronato de la Fundación de Investigación Biosanitaria de Alcalá de Henares insistía en que parte del problema es precisamente en que no se está poniendo el foco en el paciente. De hecho, en los grupos de trabajo del Ministerio de Sanidad en torno a la transformación digital del SNS, los protagonistas son los gestores de las Comunidades Autónomas, pero no los pacientes u otros agentes como la industria. Sin embargo, el paciente es el verdadero propietario de la información. Por ello, el primer paso es crear un marco regulatorio que realmente pueda asegurar un acceso seguro a los datos de los pacientes por parte de los profesionales e investigadores. En esta línea, los expertos también señalaban que algunos hándicaps, por ejemplo, surgen en la falta de interoperabilidad de los datos entre la Sanidad Pública y Privada, cuando los datos no son sino de los pacientes, y son ellos quienes deben tener de capacidad de decidir dónde están esos datos y cómo interoperan. De la misma forma hay que tener en cuenta que los ciudadanos europeos viajan y que sus datos deberían viajar con ellos. Por eso, mientras se habla de un marco europeo como el Espacio Europeo de Dato Sanitarios, los expertos reflexionaban que en España lo más probable es que se acaben repitiendo los errores de la tarjeta sanitaria o la historia clínica y acabemos con 17 lagos de datos diferentes o 17 apps de salud, en vez de trabajar con un solo modelo nacional.Diez propuestas para la digitalización
Las recomendaciones recogidas en el informe son:- Establecer unos marcos de co-gobernanza acordados entre las CCAA y el Ministerio de Sanidad, para que el desarrollo de la Estrategia de Salud Digital se realice de forma cohesionada en todo el territorio nacional, respetando en todo momento el marco competencial existente.
- Desarrollar una base de datos nacional interoperable, con unos criterios y un código lingüístico unificados sobre los datos a recopilar.
- Definir los agentes que tendrán acceso a esos datos y el uso que pueden hacer de ellos, y en particular los derechos del ciudadano/paciente sobre el uso y acceso a sus datos de salud.
- Introducir en el SNS nuevos perfiles profesionales que actúen de intermediarios entre los profesionales sanitarios y los tecnólogos para facilitar la comprensión y la gestión de los datos.
- Integrar en el proceso de captación de datos a todos los agentes implicados.
- Implicar a la ciudadanía en el proceso de digitalización del SNS.
- Dotar a los profesionales sanitarios y a los pacientes de los dispositivos necesarios para los nuevos modelos de asistencia por vía telemática.
- Garantizar la formación continuada de los profesionales sanitarios y de los pacientes en el uso de las herramientas digitales para la teleasistencia.
- Encontrar un equilibrio que permita la convivencia entre el modelo de atención sanitaria analógica y digital teniendo en cuenta la brecha digital existente en nuestro país a nivel geográfico, económico y generacional.