La disfonía espasmódica es un trastorno crónico de la voz por el cual el movimiento de las cuerdas vocales es tenso y forzado, lo que provoca una voz ronca, quebrada, tensa, temblorosa o entrecortada. Los espasmos o interrupciones vocales pueden causar afonía durante periodos puntuales de tiempo, mientras que en otros momentos la voz puede sonar casi normal. Esta es la definición realizada por la Asociación Americana de Habla, Lenguaje y Audición (ASHA, por sus iniciales en inglés).
Por su lado, la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER) calcula que la disfonía espasmódica afecta a 3-4 personas por cada 100.000 habitantes, y en España podría haber entre 15.000 y 20.000 pacientes. Si bien el origen de este trastorno todavía no está bien definido, los expertos creen que podría estar relacionado con alteraciones en los ganglios basales, infecciones de las vías respiratorias superiores, estrés o periodos de uso excesivo de la voz.
La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) señala que la valoración perceptual es básica en el diagnóstico, que debe ser realizado por un especialista en voz, como el otorrinolaringólogo. Entre las características principales está la voz entrecortada, los ‘enganches’ vocales, la tensión vocal, que puede ser prolongada o intermitente, y sin una frecuencia rítmica, característica que diferencia la disfonía espasmódica de los temblores vocales, de los cuales puede llegar a ser complicado diferenciarlas si no se cuenta con la experiencia adecuada.
También puede tratarse de una voz aérea intermitente cuando los espasmos producen la abducción de las cuerdas vocales. Las pausas de voz suelen producirse en sonidos determinados como la p y la t, seguidos de una vocal.
La disfonía espasmódica, un trastorno crónico de las cuerdas vocales, afecta a 3-4 personas por cada 100.000 habitantes
La SEORL-CCC señala que la valoración perceptual es básica en el diagnóstico, y debe intervenir un especialista
Eva Fariña
15 de noviembre 2019. 8:00 am