A la hora de retirar el tratamiento farmacológico del estreñimiento es necesario tener en cuenta las características individuales de cada paciente. Hay que hacerlo de una forma progresiva y contando con la ayuda del paciente
26 de enero 2023. 11:00 am
El tratamiento del estreñimiento no solo persigue aumentar el número de deposiciones, sino también que la evacuación sea completa, se realice sin esfuerzo, sin problemas de obstrucción anorrectal y que desaparezca la presencia de dolor y la distensión abdominal asociada. El objetivo fundamental es mejorar…
El tratamiento del estreñimiento no solo persigue aumentar el número de deposiciones, sino también que la evacuación sea completa, se realice sin esfuerzo, sin problemas de obstrucción anorrectal y que desaparezca la presencia de dolor y la distensión abdominal asociada.
El objetivo fundamental es mejorar la consistencia y el volumen de las heces. La elección del tratamiento y el orden de introducción dependerá de la etiología del estreñimiento crónico.
Por eso, su duración es muy variable según el tipo de paciente y la causa del estreñimiento. Sin embargo, el tratamiento prolongado con laxantes no es necesario en la mayoría de los casos.
En líneas generales, la duración media del tratamiento del estreñimiento crónico suele oscilar entre 3-6 meses; muchas veces es un tratamiento que necesita ser reintroducido. El perfil de paciente es aquel que presenta estreñimiento secundario a fármacos o aquellos paciente encamados o con malos hábitos higiénico-dietéticos.
Retirada del tratamiento
La retirada del tratamiento farmacológico es posible si el paciente ha instaurado las otras medidas no farmacológicas, entre las que se incluyen aumentar la fibra en la dieta y realizar actividad física.
No obstante, siempre que se vaya a iniciar un tratamiento con laxantes se debe informar al paciente de que estos pueden ser suspendidos una vez que las heces se vuelvan blandas y puedan ser expulsadas fácilmente.
En el caso del estreñimiento crónico, se debe fijar como objetivo una fecha realista para retirar los laxantes y la retirada debe ser gradual una vez que se consiga regular el hábito intestinal.
Reducción progresiva
Actualmente, no se conoce consenso a la hora de iniciar la desescalada. Generalmente, se opta por una reducción progresiva del tratamiento laxante junto con la instauración de medidas no farmacológicas. Así, la pauta de desescalada farmacológica dependerá de la respuesta mantenida del paciente.
Primero, se deben retirar los laxantes estimulantes, aunque en ocasiones es necesario ajustar la pauta del laxante osmótico para compensar.
El paciente debe estar informado de que la retirada de los laxantes a veces puede alargarse durante meses sin que eso se considere un fracaso terapéutico. De hecho, es frecuente que aparezcan brotes de estreñimiento en el proceso, lo que se conoce como el efecto rebote, que deben tratarse incrementando las dosis de los laxantes.
Pautas no farmacológicas
En las alternativas no farmacológicas en pacientes con estreñimiento crónico y tratamiento farmacológico prolongado hay que considerar que es clave educar a los pacientes sobre los hábitos de defecación.
Se debe dedicar el tiempo necesario a esta, preferiblemente después del desayuno, cuando el reflejo gastrocólico es mayor. No se recomienda ignorar la urgencia de defecar.
La ingesta de fibra debe aumentarse gradualmente, como máximo unos 18-30 gramos al día, para minimizar los efectos adversos, como la flatulencia. La ingesta de fibra debe ir acompañada de una adecuada ingesta de líquidos. Los resultados pueden tardar en aparecer desde unos días hasta cuatro semanas.
En el paciente con estreñimiento, la falta de movilidad puede contribuir al desarrollo o su agravamiento, por lo que se podría beneficiar de una actividad física regular.
Papel de Enfermería
El papel de Enfermería es fundamental para reforzar las conductas indicadas por el médico, sobre todo en las medidas higiénico-dietéticas. Es necesario realizar la vigilancia y seguimiento del paciente, sin olvidar los signos de alarma y cualquier otro cambio que haga sospechar situaciones que puedan entorpecer o dificultar el manejo terapéutico del paciente estreñido.
Por eso, la educación sanitaria que fomente estilos de vida saludables, reducir la dependencia de los laxantes, adoptar un horario regular para la defecación y la posición adecuada, entrenando los músculos pélvicos y esfínteres anales son pautas a tener en cuenta.