La enfermedad de ojo seco es una patología de la lágrima que produce molestias al paciente y, en ocasiones, síntomas visuales como la pérdida de visión fluctuante. Así lo ha indicado, en El Médico Interactivo,
Pedro Arriola Villalobos, oftalmólogo de la Unidad de Superficie e Inflamación Ocular del Servicio de Oftalmología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. También es profesor asociado de Ciencias de la Salud en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. Asimismo, presta sus servicios en la
Clínica Santa Elena,
Centro Médico Mapfre Majadahonda y
Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.
Se calcula que el ojo seco afecta al 14% de la población y al 25% de los mayores de 65 años. Según Pedro Arriola, hay dos perfiles clásicos de ojo seco. Por una parte, la persona mayor con sintomatología crónica. Por otro lado,
el ojo seco de persona sobre todo joven que pasa muchas horas delante del ordenador. En este caso, tiene ojo seco sólo cuando pasa muchas horas delante del ordenador. De hecho, durante su tiempo de ocio, el fin de semana, no tiene sintomatología.
“Cuando hacemos el diagnóstico del ojo seco, aparte de la sintomatología que cuenta el paciente, hay determinados signos en la exploración en la lámpara de hendidura. Así, vemos lesiones en la superficie de la córnea derivadas de la sequedad”, ha indicado el especialista.
¿Cuál es el perfil medio de persona con la enfermedad de ojo seco?
El perfil típico es una mujer a partir de los 50 años, porque empeora a partir de la menopausia (mujer de 50 a 60 años).
¿Cuáles son los principales factores que predisponen a tener ojo seco?
Hay diversos factores que predisponen a tener ojo seco, como algunas cirugías oculares (catarata o cirugía refractiva láser). Asimismo, algunas medicaciones sistémicas, algunas de ellas muy empleadas como los antihistamínicos y los antidepresivos, producen sequedad ocular. También determinadas enfermedades sistémicas de tipo inmune, como la artritis reumatoide, producen ojo seco por destrucción inflamatoria de la glándula lacrimal.
¿Cuáles son los principales factores ambientales?
Hay determinadas situaciones ambientales que favorecen o pueden desarrollar la enfermedad, como el viento, la sequedad ambiental o la contaminación. En el momento actual, como consecuencia de la pandemia, estamos viendo más pacientes afectos de ojo seco o con empeoramiento del preexistente.
¿Por qué?
Porque la gente está pasando muchas más horas delante del ordenador. Trabajos que antes se hacían presenciales ahora se hacen delante de la pantalla. Además, se trabaja en ambientes que generalmente no están preparados, porque están mal ventilados y tienen poca humedad. Otros factores, como el estrés y la mala calidad de sueño, frecuentes en nuestra realidad actual, también predisponen o empeoran el ojo seco.
¿Cómo afectan las pantallas a la vista?
Las pantallas no producen ojo seco ni por emitir radiaciones ni por la ‘famosa’ luz azul. Producen sequedad porque parpadeamos mucho menos cuando las miramos. Además, si están situadas muy arriba, se produce un aumento de la hendidura palpebral, lo que incrementa la evaporación de la lágrima. Por eso recomendamos poner el borde superior de la pantalla al nivel de los ojos.
¿Y qué efectos produce la mascarilla?
El uso continuado de mascarilla también es un factor importante en la aparición o empeoramiento del ojo seco. El aire exhalado sube hacia los ojos y aumenta la evaporación de la lágrima. El ojo se seca si hay corrientes de aire sobre él; por eso, las corrientes de aire acondicionado y las corrientes de aire también estimulan la sequedad.
¿Cuáles son los principales síntomas de la enfermedad de ojo seco?
Los síntomas son variados, pero, básicamente, sensación de sequedad en el ojo. Muchos pacientes dicen que se notan el ojo seco, les escuece. También tienen sensación de cuerpo extraño, de arenilla. El ojo llora más con el viento, y, en ocasiones, se pone rojo con frecuencia.
Clásicamente, el ojo rojo empeora por la tarde, cuando llevamos más tiempo despiertos. Así sucede porque llevamos más tiempo con el ojo expuesto a esos desencadenantes. Además, de forma fisiológica producimos menos lágrima a partir del mediodía.
¿De qué manera afecta a la visión?
Algunos pacientes indican que tienen sensación de visión borrosa que mejora con el parpadeo. Es un comentario característico. Así, algunas personas comentan que cuando llevan un rato leyendo empiezan a ver borroso y necesitan parpadear. También es un gesto muy típico del ojo seco.
¿Cómo se puede reducir el efecto de esta patología?
Por una parte, hay que intentar evitar todos esos factores desencadenantes, a los que llamamos conspiradores. Debemos eliminar elementos perjudiciales que hacen que se inicie o empeore. Por ejemplo, cuando estamos trabajando debemos mantener el ambiente de trabajo húmedo.
¿Hay más medidas?
El uso de un humidificador suele ayudar a mucha gente, así como beber agua. También resulta útil poner la pantalla del ordenador por debajo del nivel de los ojos, como he dicho. De esta forma, el ojo está un poquito menos abierto y hay menos evaporación de la lágrima. También debemos hacer descansos en el uso de la pantalla. Los americanos hablan de la regla 20/20/20: cada 20 minutos tenemos que hacer un descanso de 20 segundos y mirar a 20 pies (unos 6 metros). Básicamente, se trata de alejar o quitar la vista de la pantalla cada 20 minutos durante unos segundos. Así podremos recuperar esa frecuencia de parpadeo y volver a hidratar un poquito el ojo.
¿Cuáles son los tratamientos más habituales?
En el tratamiento del ojo seco relacionado con el uso de pantallas podemos usar las llamadas lágrimas artificiales o, mejor dicho, sustitutos lagrimales. Los que más se usan son los que llevan ácido hialurónico, que, en concentraciones bajas del 0,15% o 0,2% se usa como lagrima artificial para hacerla más estable.
En pacientes con ojo seco más importante, en los que hay mayor afectación de la superficie ocular y trasfondo inflamatorio, se suelen añadir otros fármacos en forma de colirio, como antinflamatorios tópicos que pueden ser corticoides en ciclos cortos o ciclosporina A.
¿Y cuál es el tratamiento más adecuado para los casos graves?
Se emplea el suero autólogo, que es un colirio que se hace con la sangre del paciente. Otro abordaje se basa en la colocación de unos taponcitos en el punto lagrimal, que hacen que la poca lágrima que tiene el paciente se quede más tiempo remansada, en la superficie del ojo.
Ha dicho que es una enfermedad en sí misma, pero ¿está asociada a otras patologías?
No está asociada a otras enfermedades, pero sí hay factores de riesgo. No todos los ojos secos tienen una cirugía detrás o una disfunción de glándulas de meibomio. Lo que sí hay son factores de riesgo o situaciones en las que aparece con más frecuencia, como en la posmenopausia.
¿Qué relación tiene el ojo seco con la falta de vitaminas?
Hay una forma de ojo seco producida por déficit de vitamina A, pero solo se encuentra en algunos países subdesarrollados. En España no hay casos, porque la vitamina A está prácticamente en todos los alimentos, tanto en los de origen vegetal como animal. Se puede decir que es prácticamente imposible que haya un déficit nutricional en España que produzca xeroftalmia por déficit de vitamina A.
¿Hacia dónde apuntan las investigaciones?
La mayoría de las investigaciones en Europa apuestan por el tratamiento con un antiinflamatorio suave con pocos efectos secundarios que lleva tiempo funcionando en Estados Unidos con buenos resultados. Además, se está avanzando mucho en un tratamiento relacionado con la disfunción de glándulas de meibomio. En la actualidad, posiblemente, lo más novedoso es el uso de un láser que se llama IPL (luz intensa pulsada).
¿Cómo afecta a la calidad de vida de las personas que lo sufren?
Un ojo seco moderado-severo es muy incapacitante, porque impide o limita para realizar actividades que son fundamentales en el día a día de nuestros pacientes. Dificulta muchísimo la lectura, conducir, ver una pantalla, etc.