El evento
#TuDolorImporta. Dolor y emociones, organizado por la Sociedad Española del Dolor (
SED), en colaboración con Dolor.com, avalado por FENIN ha puesto de manifiesto la evidencia científica que hay sobre la relación entre dolor y emoción. En concreto, María Madariaga, presidenta de la SED, asegura que la evidencia científica ha mostrado que la cronificación del dolor implica los mismos circuitos y funciones cerebrales que el procesamiento de las emociones, el aprendizaje, la evitación y la recompensa.
Así, la experta insistía en que “
dolor y emoción negativa van de la mano, crecen y disminuyen juntos y uno influye en el otro. Es posible canalizar, tratar y mejorar las emociones y, al igual que el dolor crónico, tiene margen de mejora”.
Depresión: la muestra de la relación entre dolor y emoción
Por su parte, Martín L. Vargas, psiquiatra, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española del Dolor (SED) y de su Grupo de Trabajo de Psicología y Dolor, ha hecho hincapié en la estrecha vinculación entre dolor y emoción: “
Uno de cada dos pacientes con dolor crónico tiene depresión y, al revés, uno de cada dos pacientes con depresión sufre dolor crónico”.
No obstante, Elisa Gallach, psicóloga de la UDO del Hospital de la Fe en Valencia, ha apuntado que, según datos del Barómetro del Dolor de la Fundación Grünenthal, los pacientes con dolor crónico que, además sufrían mayor intensidad de dolor y desconocían la causa de su padecer, que sufrían trastornos del sueño, tenían dificultades para realizar sus actividades, menos apoyo social o que precisaban de baja laboral, tenían globalmente mayores niveles de depresión y ansiedad que el resto.
Por último, Madariaga ha remarcado que es
necesario reconocer el tipo de dolor desde el punto de vista diagnóstico (ICD-11) por parte de cualquier profesional de la salud, independientemente de su formación (medicina, psicología, enfermería, fisioterapia). “Necesitamos un sistema de salud adaptado a la realidad de las personas que no niegue el derecho al reconocimiento de su enfermedad ni al mejor tratamiento disponible y no ponga barreras a este trabajo conjunto con cada paciente”, ha concluido la experta.