El 20 de mayo se celebra el Día Internacional del Ensayo Clínico, con el objetivo de concienciar sobre la importancia de este método de investigación
En el desarrollo y planificación de un ensayo clínico participan muchos profesionales sanitarios. Pero son los farmacólogos los que más tiempo y especialización dedican a la metodología y desarrollo de la investigación clínica. Así lo recuerdan desde de la Sociedad Española de Farmacología Clínica (SEFC),…
En el desarrollo y planificación de un ensayo clínico participan muchos profesionales sanitarios. Pero son los farmacólogos los que más tiempo y especialización dedican a la metodología y desarrollo de la investigación clínica. Así lo recuerdan desde de la
Sociedad Española de Farmacología Clínica (SEFC), con motivo del
Día Internacional del Ensayo Clínico.
Jesús Frías, especialista en Farmacología Clínica del Hospital Universitario La Paz y miembro de la SEFC, explica esta cuestión. “Los
farmacólogos clínicos estamos especializados en
desarrollar y diseñar los estudios que investigan el uso, aplicación y utilidad de los medicamentos”. Es por ello que su función resulta clave para protocolizar las distintas pruebas y garantizar la seguridad del paciente.
Algo muy similar, explica Antonio Portolés, representante de la Unidad de Farmacología Clínica en el Instituto de Investigación Sanitaria Hospital Clínico San Carlos (IdISSC). “Se cuenta con unos
procedimientos generales de actuación y de notificación de los eventos adversos, que se recogen en los procedimientos de las unidades de investigación y en la regulación sobre farmacovigilancia”.
La importancia de la Farmacología Clínica
El balance riesgo-beneficio para el paciente es uno de los aspectos clave a la hora de plantear los ensayos clínicos. “Todos los ensayos evalúan de una manera u otra la seguridad de los tratamientos o estrategias en estudio. Lógicamente la seguridad de los participantes es lo primero. Así que
antes de empezar un estudio se hace por parte de un Comité de Ética de Investigación un balance entre los beneficios y los riesgos esperados. Si el balance es favorable se acepta el estudio”, añade Frías.
El interés despertado para emplear esta potente herramienta
ha facilitado que desde el ámbito público se desarrollaran estructuras que apoyan la realización de estos estudios. En concreto, la especialidad de Farmacología Clínica participa muy especialmente en todas estas actividades. Todo ello a caballo entre la terapéutica, la clínica y la investigación.