La historia clínica electrónica se sigue implantando en todo el Sistema Nacional de Salud, pero todavía no ha completado el proceso de su aplicación. Los expertos reunidos en el 44º Congreso Nacional de Valencia han comentado que todavía no es interoperable entre las comunidades autónomas o que tampoco puede utilizarse entre hospitales públicos y privados.
De la historia clínica electrónica se ha hablado en la mesa ‘Cronicidad y multimorbilidad. La epidemia del siglo XXI’, que ha moderado Montserrat Chimeno, del Servicio de Medicina Interna del Complejo Asistencial de Zamora y vicepresidenta primera de la SEMI.
Han formado parte de este debate Remedios Martín, presidenta de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc); María Dolores Martín Escalante, representante de SEMI en la Estrategia de Abordaje de la Cronicidad del Ministerio de Sanidad; Tomás Castillo, vicepresidente de la Plataforma de Organización de Pacientes (POP) y Luis Ibáñez, gerente de Salud Valencia-Doctor Peset.
La historia clínica electrónica
“No tenemos una historia clínica única”, ha sentenciado Montserrat Chimeno. “Todos tenemos claro que nuestro objetivo es la atención del paciente, pero muchas veces nos vemos limitados por la historia clínica electrónica, que es incompatible en las diferentes comunidades autónomas”. Remedios Martín ha puntualizado que ya hay interoperabilidad entre Atención Primaria y Hospitalaria gracias a la historia clínica compartida, pero es cierto que sigue pendiente entre servicios de diferentes autonomías. La presidenta de Semfyc también ha apuntado que desde Atención Primaria se echa de menos la posibilidad de aumentar y mejorar la comunicación con los profesionales del hospital.Historia clínica sociosanitaria
Por su parte, Luis Ibáñez ha explicado los cambios recientes incorporados a la sanidad autonómica: “En la Comunidad Valenciana hemos implantado la historia clínica sociosanitaria, que es algo novedoso... Todavía tenemos que trabajar para ampliar su cobertura y conectar, por ejemplo, con los hospitales privados, etc.”.Por su lado, María Dolores Martín Escalante ha sugerido un cambio de concepto: “En pleno siglo XXI podemos conseguir que la historia clínica sea accesible, por ejemplo, a través de un código QR que porte el propio paciente”.
Igualmente, Tomás Castillo ha preferido fijarse en los aspectos positivos de la historia clínica electrónica: “Hemos conseguido que las 22.000 farmacias puedan suministrarnos un fármaco en cualquier parte del territorio. Tendríamos que calcular cuánto tiempo y dinero podríamos ahorrarnos si la información pudiera compartirse', se ha cuestionado el portavoz de los pacientes.