La obesidad no solo depende de la dieta y de las rutinas de ejercicio físico de la persona. Esta es una realidad que poco a poco diversos grupos de trabajo han ido vislumbrando en los últimos años. Sin embargo, en la práctica clínica, las recomendaciones ante los casos de obesidad en Europa siguen siendo casi siempre los mismos patrones aplicados a toda la población por igual. Llegar a alcanzar un tratamiento personalizado de la obesidad e, incluso, lograr conocer todos los factores sociales, ambientales, económicos y culturales de la misma para realizar políticas públicas afines es no solo un deseo, sino una necesidad. Más cuando Europa avanza hacia una población envejecida cuyas comorbilidades en muchas ocasiones se relacionan con la obesidad y supondrán una presión insostenible para los sistemas sanitarios.
En este contexto se ha aprobado el
proyecto europeo EprObes, acrónimo de “Prevención de la Obesidad a lo largo de la vida mediante identificación de factores de riesgo, pronóstico e intervención en etapas tempranas”. Con un presupuesto de
10 millones de euros y una duración de 5 años, el proyecto estará coordinado por Manuel Tena-Sempere, Empar Lurbe y Fernando Fernández-Aranda, que reunirán a científicos de países como Alemania, Franciaa, Dinamarca, Turquía, Polonia, Bélgica o Estonia a través de 18 organizaciones internacionales. La iniciativa,
coordinada desde el CIBER y su área de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (
CIBEROBN), también contará con la participación de instituciones punteras en España.
Análisis de datos previos de la obesidad en Europa
Como explicaba en la presentación del proyecto Manuel Tena, coordinador del proyecto e investigador principal del CIBEROBN, no se trata de un proyecto que parta de cero, lo que sería más largo y costoso, sino que se trata de poner en común todos los datos e investigaciones ya existentes para tener una visión 360 de todos los factores que influyen en la obesidad en Europa, para la identificación temprana de biomarcadores, factores de riesgo, pronóstico e intervención de la misma.
Por su parte, Àlex Bravo, investigador especialista en Machine Learning explicaba que
para analizar los datos de series temporales de las cohortes de muestra y realizar predicciones sobre el riesgo de desarrollo de obesidad en un período específico se utilizarán modelos de IA, como los de redes neurales artificiales o recurrentes o los de memoria extendida de corto-medio plazo. Estas herramientas ayudarán a encontrar esos “patrones escondidos” que pasan desapercibidos con los métodos estadísticos tradicionales.
Tal y como explicaba el experto, el objetivo final es que estos datos no solo creen evidencia científica con la que trabajar, sino que además se pretende
crear una app móvil, con una versión para pacientes y otra para profesionales, en la que poder realizar recomendaciones para un tratamiento personalizado de la obesidad.
Más allá de la dieta
El proyecto europeo EprObes analizará los datos desde la propia preconcepción hasta la adolescencia, ya que se ha observado que ya entonces los hábitos de la madre pueden incluir en el futuro bebé. Pero también otros factores como el nivel socioeconómico, el impacto medioambiental en cada población y otros hábitos de vida que puedan estar asociados.
Una de las grandes novedades es que este estudio
incluye la salud mental como un factor importante en el desarrollo de la obesidad . Como insistía Fernando Fernández-Aranda, investigador del CIBEROBN-Idibell- Hospital Bellvitge, la pandemia ha demostrado como la ansiedad ha sido un factor determinante en la ganancia de peso de la población. Pero también es importante conocer el impacto de posibles trastornos de la alimentación o incluso conocer qué puede predisponerlos para recomendar ayuda psicológica a ese paciente de forma temprana. “Se trata de identificar posibles vulnerabilidades, que no siempre son poblacionales, sino individuales”.
Por otra parte, Cristina Rodríguez, coordinadora de la Plataforma de Internacionalización del CIBER, aportaba que este estudio no solo tendrá en cuenta las
diferencias biológicas de sexo, sino también las diferentes de género vinculadas a la obesidad infantil y juvenil. Así, la experta concluía que el objetivo final es tener una visión 360 de la obesidad, que no se ha alcanzado hasta ahora, y cuyos resultados puedan ser aplicados independientemente del país o contexto de cada individuo.