El Auditorio del Hospital Clínico San Carlos ha sido el escenario para que diversos profesionales puedan debatir sobre la inteligencia artificial Generativa en Sanidad y su impacto en el rol del médico. Un debate en el que se han puesto de manifiesto tanto las múltiples oportunidades como los muchos retos. Todo ello sin perder un punto de vista: más allá de las opiniones, lo cierto es que esta tecnología ya ha llegado para quedarse.
Por ello, pese a las muchas dudas que siguen sobre la mesa, los expertos han abogado por trabajar en dar respuesta a esos retos y no en crear barreras a lo incontenible. No obstante, es necesario formar tanto a pacientes como a profesionales, ya que todo augura a que la inteligencia artificial
(IA) ha llegado para cambiar el rol del médico.
Un cambio en el rol del médico
Para ejemplificar el cambio de paradigma que esta IA generativa tendrá en el rol del médico, el día comenzaba con la charla disruptiva que Julián Isla, fundador de la Fundación D 29, Data and AI Resource Manager. El mismo explicaba como gracias a tecnologías como la app CLAUDE, ya es posible interactuar más allá del modelo de pregunta respuesta. Por ejemplo, es posible la interpretación de documentos médicos. Así, ejemplificaba como esta aplicación podía
resumir a un profesional un extenso informe médico, pero también hacer un resumen en lenguaje adaptado para diferentes perfiles de pacientes. Incluso, permite cruzar documentos, como un informe médico y un nuevo estudio clínico para poder
señalar qué ventajas puede tener un nuevo tratamiento en un paciente en concreto. Una tecnología que facilita la vida al profesional, pero también da acceso al paciente a una nueva ventana de información con la que tomar decisiones sobre su salud o sobre su tratamiento.
A este respecto, Julio Mayol, director del Grupo de Innovación-IdISSC, insistía en que “durante mucho tiempo los médicos hemos sido incuestionables”. Sin embargo, la IA “está rompiendo el papel de agente de interprete del conocimiento del médico. A partir de ahora, nos guste o no, hay algo que
genera contenidos para que el usuario tome decisiones, correctas o incorrectas, y eso cambia el modelo”.
Los retos de la IA generativa
Este cambio en el rol del médico plantea sin duda muchas preguntas. Para empezar, si hay un riesgo de que este pierda su función y
sea reemplazado. Así, Pablo Sánchez Cassinello, Digital Lead de Pfizer España, dejaba sobre la mesa la idea de que no está tan lejos no el hospital sin papeles, sino el hospital sin personas. “Puede haber
modelos de negocio a modo autoservicio, hazlo tú mismo, para que el paciente realice solo determinados procesos asistenciales”, poniendo de ejemplo un
self service de análisis clínicos.
Más allá de estas posibilidades futuristas, lo cierto es que muchas de estas tecnologías están tanto al servicio del profesional, como del paciente, lo que
supone un riesgo, ya que sigue siendo necesario tener un
background para manejar según qué datos y qué información. Asimismo, estos
sistemas de IA siguen teniendo errores que es necesario que supervise un profesional, que tiene que estar necesariamente formado. Igualmente, está el reto de que estas tecnologías son mucho más difíciles de evaluar y de comparar que otro tipo de tecnologías sanitarias, por lo que es necesario centrar bien el uso de estos modelos.
Más automatización, pero más humanismo
Por otra parte, la mesa de debate también llegaba a la conclusión que la automatización también puede tender la mano a la humanización. Esta cuestión era abordada por Lourdes Araújo, catedrática en Lenguajes y Sistemas Informáticos de la UNED. “La IA tiene un potencial enorme porque en el mundo medico hay una enorme cantidad de documentación, informes, resultados de pruebas, publicaciones científicas, etc”. Sacar partido de toda esta información a mano es imposible, y estas herramientas son capaces de resumirlas, cruzarlos y buscar patrones que nunca habríamos encontrado. “Supone por tanto una
descarga de trabajo documental en el mundo médico, que supone mucho esfuerzo en redacción de informes, asignación de códigos, siendo un ámbito que ya se está trabajando para automatizar.” Todo para hacerlo, por ejemplo, a partir de la conversación grabada, de los datos de las pruebas realizadas, para que todo se haga automático y que el medico solo tenga que revisarlo y firmarlo, suponiendo una descarga muy grande de trabajo para poder realizar otras labores más asistenciales y de contacto con el paciente.
En este contexto, Julián Isla concluía que el objetivo es que “estas herramienta nos permitan más humanismo, volver a hacer más Medicina de verdad, que los informáticos consigamos despegaros de las pantallas