"Queremos ratificar y reiterar al Ejecutivo entrante la absoluta disposición de la industria farmacéutica innovadora para colaborar de manera leal y solidaria en favor de los objetivos que compartimos: garantizar el acceso de los pacientes a los mejores tratamientos disponibles, consolidar la sostenibilidad del sistema…
'Queremos ratificar y reiterar al Ejecutivo entrante la absoluta disposición de la industria farmacéutica innovadora para colaborar de manera leal y solidaria en favor de los objetivos que compartimos: garantizar el acceso de los pacientes a los mejores tratamientos disponibles, consolidar la sostenibilidad del sistema sanitario español y contribuir al desarrollo económico del país sobre la base de un nuevo modelo de crecimiento, todo ello asentado en un entorno propicio que siga impulsando la investigación biomédica”, esas son las palabras que ha utilizado Jesús Acebillo, presidente de Farmaindustria, durante la Asamblea General Ordinaria de la Asociación.
En realidad, el objetivo de esta reunión, que se ha realizado en la Fundación Lázaro Galdiano de Madrid, era el de aprobar los presupuestos y la Memoria Anual de la patronal farmacéutica. En la misma ha quedado recogida que el esfuerzo inversor en investigación y desarrollo en España, la capacidad de generación de empleo estable y cualificado y el potencial productivo y exportador son tres de las principales señas de identidad de la actividad de la industria farmacéutica en España.
De esta forma, Acebillo ha querido reseñar en su discurso que el sector está preparado para afrontar los retos del presente y convertirlos en una oportunidad de futuro. Y para lograrlo, no hay mejores avales que sus principales señas de identidad: “La industria farmacéutica innovadora en España es un ejemplo de lealtad institucional, de responsabilidad económica, de compromiso con la investigación y el empleo cualificado y también de adaptación a las demandas sociales. Tenemos mucho que ofrecer a la sociedad española y a sus instituciones”.
Líneas de futuro
Tras el cambio de Gobierno, Jesús Acebillo ha visto necesario esbozar cuáles son los retos y líneas de futuro que se marcan desde el sector farmacéutico. Por ello, reflexionaba que “a poco que hemos empezado a salir de la crisis –ha señalado-, hemos respondido con crecimientos en I+D+i muy superiores al crecimiento de la economía y al de otros sectores productivos. Además, la mitad de estas inversiones se canaliza a través de colaboraciones con hospitales y centros de investigación, lo que nos convierte en el principal dinamizador de la investigación pública biomédica en España”. Así, su apuesta es seguir en esta línea y que esa sea precisamente su carta de presentación.
Todas estas características sectoriales quedan reflejadas en la Memoria de actividades aprobada por la Asamblea. El documento, que puede consultarse ya en la página web de Farmaindustria, refleja un año más el liderazgo del sector en I+D, ya que copa el 20,3 por ciento del total destinado a esta actividad por todos los sectores industriales españoles.
Además, la Memoria expone cómo la industria farmacéutica innovadora supera en España los 15.000 millones de valor en producción, es uno de los líderes en exportaciones (más de 10.000 millones de euros al año) y concentra el empleo más estable (93 por ciento de contratos indefinidos), cualificado (59 por ciento titulados) y diverso (51 por ciento mujeres) de toda la industria española.
También destacan en la Memoria los datos referentes a la aplicación del Código de Buenas Prácticas de la Industria Farmacéutica, por cuyo cumplimiento vela la Unidad de Supervisión Deontológica. Fruto de la apuesta del sector por la transparencia es que se hacen públicas las colaboraciones con organizaciones y profesionales sanitarios y organizaciones de pacientes, las mediaciones y sanciones del Sistema de Autorregulación y las evaluaciones de las reuniones científico-profesionales organizadas por terceros. En 2017 la Unidad de Supervisión Deontológica analizó y verificó 5.377 reuniones científicas, de las que el 95 por ciento cumplían con el Código y el 5 por ciento restante necesitó correcciones.