En torno a la diabetes ha surgido varios mitos. Uno de estos es que la diabetes se cura. Hay que recordar que esto no es cierto, ya que solamente se puede controlar. Este control puede llegar a ser tan adecuado que prácticamente todos los parámetros bioquímicos pueden estar dentro de los niveles normales. Sin embargo, la alteración fisiopatológica que hay en la diabetes mellitus tipo 2 no es reversible y si no se toman medidas para controlar sus consecuencias los parámetros bioquímicos no se normalizarán. Otro mito señala que las mujeres con diabetes no pueden tener hijos. Es una afirmación totalmente falsa. No existen alteraciones corporales ni funcionales que impidan un embarazo. Pero sí es cierto que el embarazo es una situación que casi siempre empeora la fisiopatología alterada subyacente en la diabetes mellitus por lo que habitualmente es más difícil controlar la enfermedad. Además muchos de los medicamentos empleados para la diabetes mellitus tipo 2 no se pueden usar durante el embarazo por lo que hay que retirarlos y sustituirlos por otros. Prácticamente el único fármaco que se usa durante el embarazo es la insulina. Además, las necesidades de insulina varían a lo largo del embarazo por el propio desarrollo del feto, los cambios hormonales, hemodinámicos y fisiopatológicos propios del embarazo.
También se dice que la diabetes es contagiosa. La diabetes mellitus tipo 2 no es contagiosa ya que no se puede transmitir a otro ser humano mediante la inoculación de material procedente de personas con la enfermedad, ni existe evidencia de un agente patógeno que pueda ser aislado de las personas enfermas y que esté ausente en personas sanas, que pueda ser cultivado a partir de material procedente de dichas personas enfermas. No es contagiosa por ningún medio, ni siquiera de una mujer embarazada a su hijo. Lo que sí es cierto es que tiene un componente hereditario, y que hijos o familiares de pacientes diabéticos tienen más riesgo de presentar diabetes a lo largo de su vida que aquellos cuyos familiares no son diabéticos. Además existe es una importante agregación familiar sobre todo en caso de diabetes tipo 2, la concordancia en gemelos univitelinos en diabetes tipo 2 supera el 90%.
Relación directa
La vía que más recomiendan los médicos para informar a sus pacientes es la oral. No hay una forma única de dar información al paciente o familiares y de comunicar o notificar la patología que le afecta, sino que existen tantas como médicos y enfermos. Para eso, hay que tener tiempo suficiente y ver cuándo es el mejor momento para dar la información, adaptando la estrategia y dar la noticia según el paciente, dosificando la información. También se pueden ofrecer en los centros de salud reuniones y talleres de todo tipo con los pacientes que les permitan conocer su enfermedad. Pero no hay que olvidarse del tratamiento individualizado, fomentando la educación en diabetes y apoyando las actividades deportivas. Las charlas a pequeños grupos de enfermos puede ser otra opción. Deberían de ser de corta duración, unos 30 minutos, y con mensajes cortos y claros y no numerosos, sin sobrepasar 4 o 5 ideas.
Webs
La información disponible hoy día en internet, generalmente, es una buena fuente de consulta, y sirve de apoyo para mejorar el conocimiento de la enfermedad diabética. Sin embargo, como sucede en todos los ámbitos del conocimiento, a menudo esa buena o mala utilidad depende de usuario que la maneja. Existe un amplio desconocimiento de la enfermedad, debido a que no hay una buena base educativa que permita interpretar los datos que están en internet, de la manera más adecuada, eso es lo hace que a menudo, la información pueda generar confusión si el paciente no recurre a otras fuentes más directas de comunicación.
Para evitar la existencia de confusión en la obtención de datos a través de internet se pueden seguir unos consejos que pueden orientar a confiar en la página a la que se accede, que deben ser fuentes y recursos que contengan información contrastable y contar con un buen criterio de selección de la fuente. Con esto se conseguirá que la información que maneje el paciente sea lo más veraz posible, evitándole la confusión que le pueda generar una información no fidedigna.
Objetividad
Por eso, el paciente debe recurrir a aquellas páginas avaladas por organizaciones, como las sociedades de endocrinología y otras asociaciones médicas o de enfermería, o las que cuentan con la colaboración de grupos de investigadores. En general, todas aquellas que provengan de cauces científicos u oficiales. Las asociaciones de pacientes, al contar todas ellas con asesoramiento médico profesional, suelen ser buenos filtros de todas las fuentes incorrectas que le llegan al paciente.
La información debe ser objetiva sin ánimo de generar falsos mitos, creencias, y expectativas; una información asequible para el entendimiento de población no adiestrada en el manejo de la diabetes, que no les haga tomar medidas perjudiciales para su salud.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores Rafael Cañadilla Moraleda, Victoria Doblas Ramírez, Francisco Vázquez García, Raúl Arrufat Nebot, José Francisco Flores Pérez y Laureano Gómez González, del Centro de Salud Alcázar; José María Tarradellas Banchs, José María Jiménez Rodríguez, José Manuel Castro Berzosa, José Antonio Pleguezuelos y Lorenzo García Haba, del Centro de Salud de Illescas; Angel Alonso Alía, Magdalena Muro Pradillo, Santiago Fernández García y Pedro Valiente Maresca, del Centro de Salud Quintanar de la Orden, y Juan Ignacio Moran Blanco, Carlos Aragón Amunarriz, Ernesto Jiménez Fernández y Víctor Javier Gregorio Alcalde, del Centro de Salud de Yepes.
La información contrastada derrumba los mitos de la diabetes
Clara Simón
16 de enero 2019. 12:31 pm