Se lleva años hablando del paciente empoderado, pero lo cierto es que la
tecnología sí que ha supuesto un cambio en el empoderamiento de su salud. Principalmente porque ya puede ser responsable de su cuidado, contando con información vital sobre sus datos en salud. En gran parte esto ha sido posible gracias a las aplicaciones de su smartphone y otros wearables que permiten monitorizar gran cantidad de datos médicos. Pero, ¿qué funciones existen actualmente?
Algunos de los ejemplos más conocidos pasan por contar los pasos que se dan al día, permitiendo conocer nuestra
actividad física. La interacción con otras personas o la puesta en marcha de retos diarios que ofrecen estas
apps contribuyen a ‘enganchar’ al usuario a hacer ejercicio.
Además, es posible medir las
horas y la calidad del sueño, para lograr podemos identificar y mejorar determinados patrones o comportamientos. Por otra parte, de cara a la alimentación, existen apps que ofrecen desde dietas personalizadas a mediciones del valor nutricional de alimentos concretos, pasando por sugerencias de recetas en función de los objetivos y perfil del usuario.
El smartphone y la salud auditiva
Aunque estos sean los más usados, en púbicos más concretos, como el femenino, sin duda se ha vivido una revolución en el
conocimiento del ciclo menstrual. No solo a través de la calendarización de los periodos, sino a la hora de pronosticar cuáles serán sus próximos tiempos de ovulación o menstruación. Esta función ayuda sobre todo a aquellas usuarias cuyo periodo es irregular. Por otra parte, en áreas como el bienestar, la
meditación ha llegado a nuestros
smartphones en forma de una gran cantidad y variedad de plataformas que proponen rutinas, audios y modalidades diarias en función de nuestros objetivos y necesidades.
Otra de las áreas aún por explorar, es el uso del smartphone para
mejorar la salud auditiva. En este sentido, Sergio Álvarez, responsable de Formación de
Oticon España, comenta: “El concepto de audífono ha experimentado una importante transformación en los últimos años. De un aparato que amplificaba el sonido que rodeaba al usuario, hemos pasado a un completo dispositivo apoyado en las tecnologías más pujantes del momento, como la IA, el streaming o la conectividad Bluetooth, con el objetivo de ayudar al cerebro en su tarea de procesar los sonidos relevantes del entorno. De esta forma, ya hay apps que permiten controlar y personalizar el funcionamiento de los audífonos o actuar como gestor de transmisión de audio o videollamadas.