El panorama en inmuno-oncología está progresando de manera vertiginosa, según se puso de manifiesto en la jornada organizada por la Alianza Merck-Pfizer. Un ejemplo, como recordó Kevin Chin, vicepresidente de desarrollo clínico global de Inmuno-oncología de Merck, es el manejo del carcinoma de células de…
El panorama en inmuno-oncología está progresando de manera vertiginosa, según se puso de manifiesto en la jornada organizada por la Alianza Merck-Pfizer. Un ejemplo, como recordó Kevin Chin, vicepresidente de desarrollo clínico global de Inmuno-oncología de Merck, es el manejo del carcinoma de células de Merkel. Este tumor cutáneo maligno poco frecuente, hasta ahora tenía un mal pronóstico y una evolución rápida, en muchas ocasiones con metástasis.
Para el profesor Dirk Schaendorf, del departamento de Dermatología y del Centro Oncológico de Alemania Occidental del Hospital Universitario de Essen, un tratamiento como avelumab “supone un nueva piedra angular del tratamiento de los pacientes con carcinoma de Merkel avanzado”, recalcó.
El experto recordó que, con anterioridad, el tratamiento se basaba en quimioterapia “dependiendo de las comorbilidades y de los perfiles de efectos secundarios. Y ahora es mucho más sencillo: la inhibición de las interacciones de PD-L es el nuevo estándar de tratamiento para estos pacientes. En la actualidad, está disponible tanto en primera línea como en pacientes pre-tratados con quimioterapia. Y, desde mi punto de vista, debemos tratar a los pacientes antes, ya en primera línea, y probablemente en adyuvancia”.
En este sentido, indicó que serán clave los datos que se publicarán durante 2018 sobre la cohorte de 112 pacientes tratados en primera línea. “Se confirmarán lo que hemos visto con pembrolizumab y nivolumab en cohortes más pequeñas: los pacientes en primera línea responden aún mejor y con tasas más altas de respuesta, lo que se traduce en un control más prolongado del tumor, tras seis, doce y veinticuatro meses. Y eso significa que tenemos a alrededor de un tercio de pacientes que han sido pre-tratados con quimioterapia beneficiándose de un control tumoral tras doce y dieciocho meses. Y creo que el porcentaje será incluso mayor en primera línea”, pronosticó.
Schaendorf recordó que las guías de práctica clínica en este ámbito están en proceso de revisión. En su opinión, la inhibición de las interacciones de PD-L “se convertirán en el nuevo estándar de tratamiento porque no había una recomendación sobre qué régimen de quimioterapia utilizar en carcinoma de células de Merkel avanzado. Esto ha cambiado con avelumab y se verá reflejado en las guías”.
Útil en otros campos
El experto también indicó su convencimiento de que el fármaco tendrá aplicación futura en otras patologías. “Hemos visto que los bloqueos de PD-L funcionan en otras enfermedades, como anticuerpos para el bloqueo de ligandos PD-1 como atezolizumab, que ya está aprobado en carcinoma de vejiga. Pienso que avelumab actuará también en otros tumores sólidos”, destacó.
En cuanto a la seguridad de estos nuevos tratamientos, comparada con los efectos secundarios que causa la quimioterapia tradicional, “son muy seguros, con un porcentaje muy pequeño de pacientes con toxicidad III o IV. El principal efecto secundario de avelumab es una reacción a la infusión en la primera o segunda vez que se realiza dicha infusión. Y, en casos raros, pueden presentarse efectos secundarios relacionados con la inmunidad”.