Casi el 60% de los pacientes con esta patología tienen cinco o más enfermedades crónicas asociadas, porcentaje que está aumentando en las dos últimas décadas
12 de junio 2019. 2:45 pm
La insuficiencia cardiaca afecta en España afecta al 2,7 por ciento de la población mayor de 45 años y al 8,8 por ciento de los mayores de 74. Además, se trata de una enfermedad de creciente prevalencia e incidencia y la principal causa de morbimortalidad…
La insuficiencia cardiaca afecta en España afecta al 2,7 por ciento de la población mayor de 45 años y al 8,8 por ciento de los mayores de 74. Además, se trata de una enfermedad de creciente prevalencia e incidencia y la principal
causa de morbimortalidad en el mundo occidental.
Es por ello que desde la Sociedad Española de Cardiología advierta ahora que casi el 60 por ciento de los pacientes con esta patología tienen cinco o más enfermedades crónicas asociadas, porcentaje que está aumentando en las dos últimas décadas. Dentro de las comorbilidades cardiovasculares más frecuentes asociadas a la insuficiencia cardiaca se encuentran la fibrilación auricular, la hipertensión y la cardiopatía isquémica; mientras que entre las comorbilidades no cardiovasculares más frecuentes destacan la anemia, el cáncer, la enfermedad renal crónica, la diabetes, el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la depresión y la demencia, entre otras.
Así, lo ha dado a conocer la Sección de Insuficiencia Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología, en su reunión anual. Durante la misma, la cardióloga Carolina Ortiz aportaba que “la adecuada detección y manejo de las comorbilidades en insuficiencia cardiaca es importante no solo por su frecuencia, sino porque están implicadas en el propio desarrollo de la enfermedad, pudiendo contribuir a su progresión y al empeoramiento del pronóstico llegando incluso a aumentar el riesgo de hospitalización, los días de estancia hospitalaria y la mortalidad de estos pacientes”.
Cuidados paliativos poco desarrollados
Otro de los temas desarrollados en esta reunión era el hecho de que los cuidados paliativos están poco desarrollados en el manejo de las cardiopatías. En este sentido, la cardióloga exponía que debido al curso progresivo y al empeoramiento en brotes con recuperación parcial que presenta la enfermedad, “habitualmente a los clínicos no nos resulta fácil identificar cuándo un paciente se encuentra en la fase final o insuficiencia cardiaca terminal”.
De esta forma se concluía que la integración de los cuidados paliativos es aún una asignatura pendiente en el abordaje del paciente con insuficiencia cardiaca terminal. “Los profesionales debemos esforzarnos y ofrecer estos cuidados a nuestros pacientes, no solo en la fase terminal de la enfermedad, sino en momentos más precoces con el objetivo de mejorar la calidad de vida, controlar los síntomas y aplicar una estrategia de manejo global que considere el bienestar físico, mental, emocional y espiritual de los pacientes”, concluía Ortiz.