Se considera
insulina basal la que cubre los requerimientos continuos de
insulina entre las comidas. De las
insulinas basales disponibles, la que con más frecuencia se utiliza es la
glargina, ya que ofrece una buena respuesta y resultados previsibles.
Entre
las insulinas basales están la
insulina detemir, la
glargina y la
degludec.
La
insulina detemir es un análogo soluble de
insulina de acción, al igual que la
glargina, tiene una menor variabilidad en su absorción, en comparación con la NPH. Su duración de acción es dependiente de la dosis.
Por su parte, la
insulina glargina es un análogo de
insulina, cuyo inicio de acción es más lento que el de la insulina NPH humana. Presenta un perfil de acción más suave y sin picos, y una duración de acción prolongada de hasta 18-24 horas.
Con respecto a la
insulina degludec, hay que recordar que es la
insulina basal de acción más prolongada. Se aconseja su administración diaria y a la misma hora, pero las características descritas permiten una alta flexibilidad en su administración, con periodos de tiempo entre dos dosis que van desde un mínimo de 8 horas hasta un máximo de 42 horas.
Otras insulinas
Las
insulinas de acción corta permiten controlar las variaciones glucémicas posprandiales y constituyen un complemento a las
insulinas basales para imitar el patrón fisiológico de secreción de
insulina en respuesta a la ingesta de hidratos de carbono.
La
insulina rápida se denomina también
insulina regular o
insulina cristalina. Es una
insulina humana que no incluye sustancias que retarden su absorción. Tras su inyección subcutánea, su acción se inicia a los 30 minutos, su pico máximo se produce entre las 2 y 4 horas y su duración máxima es de 6 horas.
Distintas pautas
De acuerdo con este perfil de acción se puede pautar cada 6 horas antes de las tres comidas junto con
insulina retardada por la noche, o bien antes de una o varias de las tres comidas principales, añadida a una pauta de base de
insulina retardada en una o dos dosis.
Entre los
análogos ultrarrápidos se encuentran las
insulinas lispro,
aspart y
glulisina, que presentan un perfil de acción y una eficacia clínica muy similar. Tras su inyección subcutánea, su acción se inicia a los 5-15 minutos, su pico máximo se produce entre los 30 y 90 minutos y su duración máxima es de 3 a 4 horas. Por tanto, son más rápidas y cortas que la insulina humana regular.
Ventajas de los análogos
La principal ventaja de los análogos es que se pueden administrar justo antes o incluso después de la ingesta, lo que permite una mayor flexibilidad de horarios y ajustar la dosis a la cantidad de hidratos de carbono ingerida, lo cual es especialmente útil en pacientes con diabetes tipo 1.
Las
insulinas premezcladas aportan en una combinación fija un componente basal y otro prandial, todas en concentración de 100 U/ml. Se obtienen mediante la mezcla de una
insulina intermedia e
insulina regular, o con un análogo ultrarrápido en el mismo dispositivo de inyección.
Las presentaciones disponibles en el mercado tienen distintas proporciones de
insulina prandial (25, 30, 50 y 70%). Dichas características ofrecen una acción mixta, prandial e intermedia, que permite su uso en dos inyecciones al día.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Atención Primaria María Mercedes Lasa Garmendia, Luis Carlos Sánchez de Ocaña Insausti, Jesús Francisco Lorenzo Lorenzo, Carlos Carrera Hernani, Silvia María González Carranza, y el endocrinólogo Jorge Rojo Álvaro, de Donosti, y Fernando Gallo Trébol, María Jesús Chinchetru Ranedo y Luis Muñoz de Dios, de Logroño.