La
insulina glargina presenta un perfil de acción constante y sin picos. Si se hace una comparativa con la
insulina humana, el inicio de la acción de la
insulina glargina es algo más lento que el de la
insulina NPH humana, con un perfil más plano, sin registrarse picos en la curva de respuesta de la glucemia, y una duración de efectos mayor.
El hecho de que no presenta picos de acción condiciona un menor número de eventos de
hipoglucemia comparando con
insulina de acción intermedia (NPH).
La
glargina es
un análogo de
insulina que se obtiene por tecnología de ADN recombinante de
Escherichia coli en el que se ha sustituido asparagina por glicina en la posición 21 de la cadena A de la
insulina, y se han añadido dos moléculas de arginina en la posición 30 de la cadena B.
Inicio de acción
El inicio de acción es más lento que el de la
insulina NPH humana y presenta una duración de acción prolongada de hasta 18-24 horas.
También tiene una menor variabilidad en su absorción que la NPH, por lo que reproduce mejor la
secreción basal fisiológica de insulina.
Debe administrarse una vez al día a cualquier hora, pero todos los días a la misma hora, aunque es preferible administrarla por la mañana cuando aparecen
hipoglucemias nocturnas.
La inyección de
insulina glargina una vez al día alcanza niveles de estado estacionario 2-4 días después de la primera dosis.
Excepcionalmente, en algunos pacientes con
diabetes mellitus tipo 1, se pueden requerir dos inyecciones al día para cubrir estrictamente las 24 horas del día.
Transición
Los pacientes que vayan a pasar de NPH dos veces al día a una única dosis diaria con
glargina U-100 deben reducir su dosis diaria de
insulina basal entre un 20 y un 30% durante las primeras semanas de tratamiento, con el fin de minimizar el riesgo de
hipoglucemia nocturna y matutina. Cuando se pasa de una dosis de
NPH a glargina, se debe mantener la misma dosis.
La
insulina glargina se clasifica como
insulina de acción prolongada. Tras su administración, el comienzo de acción se manifiesta después de 1-3 horas y se mantiene durante aproximadamente 24 horas.
La frecuencia de administración recomendada es de una dosis al día, preferentemente por la noche. Se debe tener en cuenta que es una dosis individual y que se debe ajustar en función de las necesidades y características del paciente.
Está comprobado que se controla mejor la subida de azúcar en sangre después de las comidas, si se emplea insulina rápida de 15 a 20 minutos antes de comer. Pero puede haber algunas excepciones, como cuando el paciente se encuentra en un valor justo de glucemia (80-100 mg / dl), cuando se absorbe lentamente, tiene un efecto pico mínimo, y un efecto de meseta estable que dura la mayor parte del día o cuando se usa para controlar el azúcar en sangre durante la noche, mientras se está en ayunas y entre comidas.
Menos hipoglucemias
La
insulina humana normal tiene un inicio de la acción de 1/2 hora a 1 hora, efecto pico en 2 a 4 horas, y duración de la acción de 6 a 8 horas.
Cuanto mayor es la dosis de
insulina normal, más rápido el inicio de la acción y mayor el tiempo hasta el efecto pico y la duración del efecto.
Los ensayos clínicos que han comparado la
insulina glargina administrada a la hora de acostarse con la
insulina NPH administrada tanto una como dos veces al día han demostrado que la
insulina glargina produce valores de glucemias en ayunas menores y menos episodios hipoglucémicos que en los pacientes tratados con insulina NPH29.
Secreción basal
La
insulina glargina se comporta como la secreción basal fisiológica. Esto permite un mejor control de la glucemia a lo largo de todo el día disminuyendo, por tanto, el riesgo de
hipoglucemia.
La
insulina glargina es soluble en el pH ácido de la solución inyectable, por lo que tras la inyección en el tejido subcutáneo la solución ácida es neutralizada. Se produce la formación de microprecipitados que se van liberando de manera continua pequeñas cantidades de
insulina glargina.
Perfil de concentración
Esto proporciona un perfil de concentración y tiempo con una duración prolongada, constante y sin picos.
Dicha acción prolongada, prácticamente 24 horas, es el motivo por el que la
insulina glargina se utiliza como
insulina basal, ya que permite a lo largo de todo el día niveles constantes de
insulina.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina Interna Néstor Campillo Guerrero, Ángel Fenoy Soriano y Mª Inmaculada Portilla García, de San Pedro del Pinatar, Murcia; los endocrinólogos Mercedes Pascual Díaz, Luz Martínez González, José Francisco López Martinez y el médico de Familia Julián García Sáez, del Hospital San Rafael Méndez; los médicos de Atención Primaria Antonio Mut Marti, María Lope Martin Sanz, Úrsula Alvado Pérez y Alexander Llanos Parra, de Altea, y los especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria Inmaculada C. Marín Cabrera, Elizabeth Iturricastillo Arana y Greta Pankauskaite, de Torrevieja.