“La inteligencia artificial (IA) es una herramienta de apoyo clínico médico que contribuye a la mejora de la atención del paciente, a la reducción de errores tanto diagnósticos como terapéuticos, así como pieza clave para la predicción de acontecimientos de salud”. Es una de las conclusiones asentadas por los expertos participantes en la presentación por la Fundación Gaspar Casal, en colaboración con Lilly, del libro Inteligencia Artificial y Decisiones Clínicas: Cómo el análisis de datos masivos está cambiando el comportamiento del médico.
El libro fue presentado en videoconferencia moderadora por Juan de Llano, director de la Fundación Gaspar Casal, y, en opinión de los expertos participantes, describe el marco conceptual y la situación actual del análisis de macro-datos con la IA como factor de cambio en la toma de decisiones clínicas, previendo lo que se espera de estas herramientas en el futuro. La IA y su ayuda a las decisiones clínicas ofrece una perspectiva de crecimiento extraordinaria para muchas especialidades como laboratorio, diagnóstico por imagen, Dermatología y Oncología, entre otras.
El debate abordó cuestiones candentes relativas a la IA como si podrá sustituir las decisiones clínicas que hoy toman los especialistas o si se quedará en mera ayuda a esas decisiones. Paloma Casado, subdirectora general de Humanización de la Asistencia Bioética e Información y Atención al paciente, de la consejería de Sanidad de Madrid, se decanta con claridad señalando que “las decisiones no solo las toman los especialistas'.
Las herramientas tecnológicas ayudan no solo a los especialistas, sino que contribuyen a la toma de decisiones compartidas, donde finalmente decidirá el paciente por el principio de autonomía. 'En el campo de la humanización, las herramientas de IA pueden ayudar a generar o aumentar la confianza necesaria en la relación médico-paciente al aumentar el conocimiento y la disponibilidad a la hora de ayudar al paciente a tomar decisiones”, recalcó. “Las herramientas de IA serán un apoyo básico en la toma de decisiones compartidas'.
'Una herramienta, pero no la única, porque hay que tener en cuenta la perspectiva del paciente, cómo vive su enfermedad, su calidad de vía”, zanjó.
En la misma línea, el doctor Alberto Jara, gerente del Hospital Universitario de Ciudad Real, matizó que la IA será una herramienta determinante coadyuvante en la toma de decisiones de los profesionales. “Las decisiones las seguiremos tomando nosotros, pero con la ayuda de estas herramientas”.
Para Jordi Colomer, coautor del libro y consultor en inteligencia artificial, la IA ayudará a medio plazo a todos los profesionales de la Medicina, “tenemos que reconocer que como humanos somos limitados, por lo que cualquier herramienta será bienvenida. El papel humano es fundamental, pero si delegamos muchas actividades de nuestra vida en estos dispositivos inteligentes, por qué no los temas de salud”, se pregunta.
Jordi Colomer apuesta por una nueva regulación de los algoritmos aplicados a la Sanidad, “aunque esta regulación siempre vaya por detrás de la tecnología; y como no vamos a exigir a los algoritmos condiciones que no demandamos a los sanitarios, habrá que diseñar metodologías ad hoc, porque no hablamos de un fármaco ni de un dispositivo, sino de una atención personalizada”.
En esta línea, Merdeces Alfaro sostiene que el principal reparo que se achaca a los algoritmos es “su opacidad y presencia de sesgos, por lo que habrá de hacerse una regulación que minimice ambos aspectos negativos”.
'Sin lugar a dudas, -añade Del Barrio-, obligados a entenderse'. “Puede haber un temor a lo desconocido, a la pérdida de control al automatizar ciertas barreras, pero ello nos obliga a trabajar desde distintos perfiles profesionales. En aras a esta transparencia, la única forma de actuar es velar por la seguridad y privacidad de los pacientes y los profesionales; por tanto, protección-investigación están obligadas a entenderse'.
Opinión compartida por Jordi Colomer, Paloma Casado y Mercedes Alfaro. “El riesgo siempre existe, pero la legislación europea y estatal sobre la protección de datos nos permite trabajar con seguridad”.
Mercedes Alfaro, como el resto de los expertos, subrayaron que sería difícilmente comprensible para la sociedad aplicar tecnología exacta socialmente no exacta. El código ético de conducta para la IA de la Comisión Europea señala seis principios que deben asegurar que la IA esté centrada en el ser humano y preste atención a los grupos vulnerables; debe respetar los derechos fundamentales y la regulación aplicable debe ser técnicamente robusta y fiable, debe funcionar con transparencia y no debe restringir la libertad humana. Es el marco del comportamiento en el que debe modularse la inteligencia digital en todos los ámbitos, más aún en los ámbitos de la salud y de la vida.
"La inteligencia artificial no sustituirá al sanitario"
Expertos debaten sobra la IA y las decisiones clínicas, en la presentación online del libro que aborda esta temática presentado por la fundación Gaspar Casal y Lilly
Nekane Lauzirika
12 de junio 2020. 3:28 pm