¿Qué se entiende por salud sexual en el varón?
Según la Organización Mundial de la Salud, se entiende por salud sexual “un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad, la cual no es la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad. La salud sexual requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia. Para que la salud sexual se logre y se mantenga, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y ejercidos a plenitud”.
¿Cuáles son los problemas más frecuentes de salud sexual?
Los problemas relacionados con la salud sexual son de amplio alcance. Incluyen las consecuencias negativas o los trastornos, que, en el caso del varón, son las infecciones de transmisión sexual, la infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y sus consecuencias adversas (por ejemplo, cáncer e infertilidad). También, hay que contemplar las diferentes disfunciones sexuales, la violencia sexual o las prácticas nocivas. Pero, en frecuencia, las disfunciones sexuales y las infecciones de transmisión sexual son, sin duda, los problemas de salud sexual que más frecuentemente son causa de consulta.
¿Cómo se diagnostican?
Las disfunciones sexuales requieren de una historia clínica exhaustiva sobre las prácticas sexuales y los problemas que los pacientes padecen cuando las afrontan o las practican. En ocasiones, es necesario llevar a cabo pruebas de laboratorio o de imagen. Las enfermedades de transmisión sexual se suelen diagnosticar mediante la toma de diferentes muestras (de sangre, orina, semen o exudado uretral).
¿Existe coordinación con los profesionales de Atención Primaria a la hora de realizar el diagnóstico?
Atención Primaria realiza una actividad fundamental para diagnosticar estos problemas, son la puerta de entrada a la salud sexual de todos los varones. Como tal, afrontan el primer paso en el diagnóstico de estos problemas. La derivación al especialista ocurre cuando el tratamiento no lo pueden afrontar desde Primaria o cuando es ineficaz el primer escalón.
Los afectados, ¿acuden a las consultas de Urología sin problema? ¿Sigue habiendo cuestiones personales, de vergüenza… que retrasan las consultas?
La forma de afrontar los problemas de salud sexual por parte de los pacientes ha cambiado radicalmente en los últimos 20 o 30 años. La sociedad ha comenzado a considerar a las relaciones sexuales y las conversaciones sobre sexualidad con un enfoque más positivo y más sano, por lo que la vergüenza ya no es tan frecuente como hace años. Aun así, continúa siendo un tema, en cierto modo, “tabú” entre las patologías que los urólogos vemos en la consulta. En este sentido, es frecuente que los pacientes aborden estos temas al final de la consulta médica, cuando ya han tomado algo de confianza con el médico y consideran que pueden consultar.
¿Cómo se lleva a cabo el abordaje de estas patologías?
Tras la sospecha, se realiza una historia clínica y exploración minuciosa, se solicitan las pruebas complementarias necesarias y se pautan tratamientos dirigidos a la curación o a paliar los síntomas derivados de ellas.
¿Existen tratamientos eficaces?
La gran mayoría de infecciones de transmisión sexual tienen tratamiento curativo, ya que resuelve los síntomas. En relación con las disfunciones sexuales, muchas veces es preciso combinar diferentes tratamientos médicos con otros de aspecto más biopsicosocial, precisando la ayuda de otros expertos en el tema (psicólogos clínicos, psiquiatras, etc.).
¿Se automedican los pacientes?
Desgraciadamente, al igual que ocurre con muchas otras enfermedades, es muy frecuente que antes de enfrentar los problemas de salud sexual con un profesional, los pacientes consulten con personas de confianza (amigos, vecinos), que pueden haber consultado previamente y que les recomiendan ciertas medicaciones. A su vez, las nuevas tecnologías y la globalización permiten obtener medicaciones que en otros mercados pueden no precisar de receta médica y que pueden venderse de manera ilegal. Cualquiera de estas prácticas pone en riesgo la salud de los pacientes, que deben tener el visto bueno de un profesional para poder disponer de la medicación más adecuada.
¿Qué puede ocurrir si los pacientes no reciben el tratamiento adecuado?
Aunque son medicaciones, en general, seguras y que no deberían producir efectos adversos graves, sí hay ocasiones en las que algunas condiciones médicas pueden ser una contraindicación para la toma de algunos fármacos. A su vez, si no es necesaria la toma de algunas medicaciones, consumirlas puede afectar negativamente a la curación, ya que puede hacer creer al paciente que su situación no tiene cura. Esto ocurre muy frecuentemente con los problemas de erección (disfunción eréctil), cuando muchos pacientes consumen, sin precisarlo, medicaciones y se acaba generando cierta dependencia psicológica hacia estos fármacos.
¿Se puede cronificar la patología de salud sexual?
Algunas de las patologías relacionadas con la salud sexual del varón son crónicas per se. Otras son entidades que se tratan adecuadamente y se curan. El problema es que, si no se tratan a tiempo y de manera eficaz, pueden cronificarse y causar más problemas y complicaciones.
¿Existe una equidad de acceso a los tratamientos en todas las comunidades autónomas?
El modelo sanitario español, descentralizado por completo desde enero de 2002, a pesar de las ventajas que puede suponer, implica, por desgracia, la generación de desigualdades entre ciudadanos de diferentes comunidades autónomas y, en el ámbito de la salud sexual, no es menor.
¿Hacia dónde se encaminan las líneas de investigación en el tratamiento de la patología sexual?
Sobre todo, en lo relacionado con las disfunciones sexuales. La investigación va dirigida a nuevas terapias celulares (células madre, plasma rico en plaquetas), a la par que la implicación conjunta del urólogo y el tratamiento de la parte psicógena por expertos en terapia psicosexual parece ser cada vez más necesaria.
¿Cómo ha afectado la pandemia de COVID-19 a la salud sexual?
En términos amplios, la salud sexual se ha visto amenazada por diversas condiciones derivadas de la
pandemia de COVID-19: desde el aislamiento necesario en caso de infección, pasando por el estrés por la situación económica o por el temor al contagio, así como los meses de confinamiento domiciliario. Todo ello ha generado prácticas dañinas y empeorado las relaciones de pareja, hemos sido conscientes de un auge en la violencia de género y, en nuestras consultas, hemos asistido a una creciente demanda de pacientes con disfunciones sexuales arrastradas desde antes de la pandemia o que han aparecido a raíz de la misma.
¿Qué relación existe entre el estrés y la salud sexual?
El estrés es un estado transitorio de activación de nuestros sistemas de defensa, de lucha y huida. La reacción fisiológica del estrés inhibe el funcionamiento sexual y hace que la liberación de las hormonas que impulsan el apetito sexual se inhiba o se altere. En situación estrés es muy complicado tener relaciones sexuales plenamente satisfactorias.
¿Se presta atención al componente psicológico de la patología sexual?
Por supuesto, cada vez más la parte psicogénica de todas las disfunciones sexuales se analizan en la consulta y con mucha frecuencia se recomienda abordarla como parte básica del tratamiento.