“La investigación contra el cáncer es una obligación de los Gobiernos”, sentencia el científico Mariano Barbacid, referente en Oncología, en una entrevista mantenida con EL MÉDICO INTERACTIVO, al tiempo que reconoce que el futuro de la lucha contra el cáncer está en la inmunoterapia, en las terapias dirigidas y en las células CAR-T
Director del Grupo de Oncología Experimental del CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas) que él mismo fundó en 1998 y profesor AZA-
CNIO de Oncología Molecular, ha sido investido recientemente como académico de honor de la Real Academia de Medicina del País Vasco (
RAMPV). En su discurso de aceptación habló sobre “Oncogenes y cáncer”.
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El pte. de la RAMPV, Javier Aranceta, impone la medalla de la Academia al doctor Mariano Barbacid. (Foto Unai Nuño)[/caption]
En 1982,
el equipo de Barbacid aisló el primer oncogén humano, conocido como K-RAS, e identificó la primera mutación responsable del desarrollo de un cáncer en humanos, descubrimientos fundamentales a la hora de establecer las bases moleculares de esta patología.
Cáncer
“Actualmente hay más de 500 oncogenes, aunque seguimos hablando de cáncer en singular, cuando debemos saber que no es una enfermedad, sino un conjunto de más de cien enfermedades distintas”, sostiene este referente mundial en esta patología, quien reconoce “que
la lucha contra el cáncer no terminará nunca, porque no podemos evitar las mutaciones de nuestros genes”.
Nuestras células seguirán produciendo errores que no podremos prevenir, más según aumenta nuestra esperanza de vida. 'Cuanto más años vivamos, habrá más cáncer', recalca.
“Hay una opinión generalizada en los medios de comunicación de que vamos a cronificar el cáncer; creo que es una banalización del problema; en general, no se podrán cronificar todos. Hay tumores, como los endocrinos, que por muchas razones son más indolentes. Otros, como el de próstata, que sí está cronificado; los hombres nos moriremos todos con cáncer de próstata, pero no de cáncer de próstata”, explica
Barbacid.
K-RAS
Sin embargo, hay otros tipos de cáncer, como el páncreas, que lo matas o te mata él. “Cronificar este tumor será imposible. Si saliera un fármaco que lo lograra, lanzaríamos las campanas al vuelo. Nosotros vamos buscando dianas, moléculas que maten el tumor. Si al final no lo matarán, pero lo cronificara estaríamos igual de contentos”, subraya.
Barbacid y su equipo trabajan en dos tumores causados por el oncogén que descubrieron en 1982, K-RAS, que es el causante de la mutación inicial en el 25% de los tumores de pulmón y el 95% de los de páncreas. “Seguimos trabajando en este oncogén desde entonces, porque desgraciadamente, aunque en el año 2021 se aprobó el primer fármaco selectivo -39 años después-, por el momento no está teniendo la actividad terapéutica que hubiéramos deseado y debemos de seguir trabajando en esa área”, se lamenta el científico.
Detección
Aunque cada vez el cáncer se detecta antes, considera que aún queda mucho camino en el diagnóstico precoz. “Esto es vital, porque un tumor no metastásico lo puede curar, y lo digo con mayúsculas, el cirujano. Este especialista se lo quita y esa persona está curada; el problema es que la mayoría de los tumores no se detectan a tiempo”.
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Barbacid, referente en oncología. (Foto Unai Nuño)[/caption]
En parte, porque la gente no somos especialmente conscientes y no nos sometemos a cribados como el de colon, mama, etc, que nos pueden salvar la vida, y por otro lado, tampoco es fácil. “
Hay muchos tipos de cánceres, tenemos muchos tejidos y no se puede estar haciendo pruebas todo el día, porque saturaríamos los hospitales; es un problema que hay que tratar, pero que no tiene una solución fácil”, apunta Barbacid.
Pero insiste en la importancia de la detección temprana, porque hay muchos cánceres que no avisan, como el de páncreas, que cuando se presenta suele ser demasiado tarde, con una supervivencia de solo el 5% a cinco años. La buena noticia es que actualmente, se está llegando casi a un 70% de personas que se curan de otros tipos de cánceres.
Avances
Aunque dependerá de los tumores, el científico incide en que el futuro más esperanzador de los tratamientos oncológicos pasa, además de por mejores diagnósticos y mejores detecciones tempranas, por la inmunoterapia, las terapias dirigidas y células CAR-T. “Por ello, hay que seguir investigando; los avances harán que la supervivencia de los pacientes sea cada vez mayor y en mejores condiciones”.
En España se tiene talento y se investiga; los jóvenes investigadores salen a formarse, y eso es bueno, pero demasiados no vuelven, ¿es solo cuestión de dinero? “
Los investigadores nunca pedimos dinero, nadie se hace rico con esto, excepto los que montan su empresa y les sale bien; los que salen no vuelven porque no les ayudan. No les dan los medios necesarios para poder investigar aquí. Pasan de la paella, la tortilla de patatas y otras delicias nacionales y siguen viviendo en Suiza, Alemania, Francia o EE.UU. que es donde la gente va”, responde contundente.
Inversión
El científico señala que la dificultad extra de nuestro país
“es que aquí no hay dinero para la ciencia; va todo a la banca, a construir apartamentos. Lo digo porque yo mismo he fracasado dos veces a la hora de obtener inversión para nuestros proyectos. En Estados Unidos te puedes encontrar con un millonario que dona enormes cantidades a Harvard. En España no existe esa cultura y, además, somos un país pobre, no hay mucha gente que pueda donar y si lo hace busca retorno rápido”.
Aunque el investigador no se queja personalmente, porque la
Fundación CRIS contra el cáncer le financia “y muy bien, la investigación en cáncer de páncreas; pero es puntual. Se precisa mucha más inversión en ciencia”, advierte.
Para Barbacid, solo existe un modo de mejorar la inversión. “No son los países más ricos los que más invierten en investigación, sino que los países que más han invertido en investigación son hoy en día los más ricos”, dice sonriente.
Vocación
A sus 74 años, habla de la investigación con la misma pasión e ilusión por aprender que cuando tenía 20 años.
¿Qué le hace seguir tan activo e ilusionado en y por ella? “Una palabra que se llama vocación; si la tienes es lo mejor que te puede pasar en la vida y, por supuesto, que puedas ejercitarla”.
“El placer del descubrimiento es algo que no se puede describir, hay que experimentarlo.
La emoción de descubrir algo nuevo no se puede pagar. La investigación es una actividad que te llena, te satisface, tiene sus altibajos, por supuesto, no todo es color de rosa, pero te motiva y mientras haya cáncer, sobre todo los cánceres que investigamos nosotros, yo voy a seguir trabajando; lo haré mientras el cerebro me funcione más o menos bien y haya suficiente investigación”, apunta.
«
Hay que tener esperanza en que la ciencia, tarde o temprano, nos abrirá las puertas a una medicina mejor y más eficaz. Pero sin búsqueda, no hay progreso» concluye el científico.