Existe la falsa creencia de que la meningitis es una enfermedad del pasado. Sin embargo, está muy presente en la vida de quienes han sobrevivido a la enfermedad y cada día deben lidiar con sus secuelas y consecuencias. En el
Día Mundial de la Meningitis los expertos recuerdan que cualquier persona puede contraer meningitis o sepsis. Pese a ello,
los grupos de mayor riesgo son los menores de 5 años y jóvenes de entre 15 y 24 años. De hecho, es la primera causa de muerte por infección en niños y adolescentes.
Estas son algunas de las ideas que se han puesto de manifiesto en el encuentro virtual con medios de comunicación “En meningitis, cada letra cuenta”, promovido por Pfizer. En el mismo ha intervenido Federico Martinón, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela. El mismo ha concretado que cuando hablamos de meningitis bacteriana, cabe apuntar que
hay al menos 3 tipos de bacterias fundamentales causantes de la enfermedad, la Haemophilus Influenzae B (HiB), el neumococo y el meningococo.
Por su parte, Cristina Regojo, presidenta de la Asociación Española contra la Meningitis (AEM), ha aportado algunos datos clave.
En 2020 se detectaron en España 283 casos de enfermedad meningocócica (sepsis / meningitis por meningococo). Asimismo, los casos acumulados desde 1996 ascienden a 18.718. A nivel mundial se contabilizan 500.000 casos de meningitis bacteriana al año.
Prevención de la meningitis
Al igual que ha ocurrido con otras enfermedades infecciosas, la introducción de medidas preventivas debido a la pandemia ha supuesto un cambio significativo en la incidencia de la enfermedad meningocócica. Pero, como afirma Martinón, “los expertos debemos seguir trabajando con el objetivo de la incorporación amplia de
herramientas preventivas que protejan a los grupos más vulnerables”.
Uno de los problemas es que
los primeros indicios de la meningitis generalmente se confunden con los síntomas que acompañan a otras enfermedades infecciosas banales. Algunos tales como fiebre, irritabilidad en los bebés, dolor de cabeza en los niños mayores, decaimiento, vómitos y rechazo de alimentación. No obstante, algunos síntomas pueden orientar hacia la enfermedad meningocócica. Al menos, antes de que aparezcan otras manifestaciones más específicas. Es el ejemplo del
dolor en las piernas. Este síntoma aparece hasta en un 35 por ciento de los niños capaces de expresar este síntoma. También pies y manos fríos o color pálido violáceo de la piel, así disminución del nivel de conciencia y convulsiones.