A la hora de realizar recomendaciones para los pacientes con dislipemias hay que tener en cuenta la conveniencia de utilizar el aceite de oliva como principal grasa de adicción, consumir alimentos de origen vegetal, como frutas, verduras, legumbres, champiñones y frutos secos; pan y alimentos procedentes de cereales, pasta, arroz y especialmente sus productos integrales; alimentos frescos y de temporada poco procesados, y lácteos. Es decir, modificar el estilo de vida.
Otros grupos de productos, como las carnes rojas y los huevos, se deben consumir con moderación, y los pescados deben ser parte importante de la dieta. A estas recomendaciones dietéticas hay que sumar la realización de ejercicio físico.
Recomendaciones de las guías
En cuanto al tratamiento farmacológico, el objetivo que marcan las guías de colesterol LDL es conseguir el nivel más bajo posible. En el caso de los pacientes de muy alto riesgo cardiovascular, este objetivo se sitúa por debajo de 70 mg/dl o una reducción del colesterol LDL de al menos el 50% si el nivel basal está entre 70 y 135 mg/dl. En alto riesgo, el LDL<100 o >50% de reducción si está entre 100 y 200 mg/dL y en riesgo moderado o bajo, el LDL<115 mg/dL.
En cuanto al control, los especialistas se decantan por hacerlo cada seis meses, aunque puede hacerse trimestralmente si hay modificaciones terapéuticas, especialmente terapia combinada o ante cualquier cambio reciente del perfil de riesgo cardiovascular.
Reevaluación clínica
Se debe hacer una reevaluación clínica, fijándose en la sintomatología que sugiera afectación vascular en cualquier territorio, adherencia a hábitos saludables y fármacos, tolerancia a tratamiento. Se debe medir la presión arterial, el peso, el IMC y vigilar otros factores de riesgo cardiovascular. También es recomendable establecer una motorización del efecto terapéutico y de los efectos adversos con un perfil analítico que incluya enzimas hepáticas y perfil lipídico (CT, HDL Y LDL). No es necesario la determinación rutinaria de CPK salvo sintomatología sugestiva de afectación muscular. Cuando las revisiones pasen a ser anuales, se debe reconsiderar el riesgo cardiovascular y hacer una exploración física para ver la evolución que tiene el paciente desde su evaluación inicial.
En este contexto, hay que tener en cuenta que las revisiones sistemáticas y múltiples, y los amplios estudios con ECC han encontrado que la reducción de colesterol en personas con alto riesgo de eventos coronarios isquémicos desciende sustancialmente el riesgo de mortalidad total, de mortalidad cardiovascular y de eventos coronarios no fatales. En una revisión sistemática de ensayos de prevención primaria y secundaria se ha visto que las estatinas en combinación con ezetimiba son el tratamiento más efectivo en la reducción de colesterol y del riesgo cardiovascular.
Recomendaciones
Así, la primera recomendación terapéutica será siempre la modificación de los hábitos de vida, donde se debe incluir la dieta y la práctica de ejercicio físico. La acción terapéutica se centra en el aspecto el preventivo, dirigido a la población general, y el específico, dirigido a los individuos portadores de un trastorno de metabolismo lipídico. Dentro de este último, se diseña un tratamiento primario para los individuos que presentan alteración hiperlipémica y otro secundario para los que ya han sufrido un episodio coronario. Para la población general, se debe mantener los niveles: <200, CLDL:<130; TG<200(mg/dl).
Clasificación
Las hiperlipidemias se clasifican de muy alto riesgo, cuando existe enfermedad cardiovascular, diabetes, hipertensión, tabaquismo o lesión de órgano diana. Alto riesgo, con colesterol total>310 mg/dL o presión arterial de >180/100, diabetes sin otro factor de riesgo cardiovascular y riesgo moderado-leve, con factores de riesgo cardiovascular y colesterol total <310.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Endocrinología Mubarak Atrramadan Alajamah, en Medicina Interna Ramón Ferri Bataller, y en Medicina General Antonio Cuerda Pulla y Benito Manuel Delgado Domínguez, del Hospital Virgen de la Luz, de Cuenca, y Julio de Rafael Marti, Vicente Iznarro Domenech, Pilar Llorente Vila y María Dolores Moya Olid.
La modificación del estilo de vida es el primer paso en el abordaje de las dislipemias
Clara Simón
22 de julio 2019. 10:58 am