Los factores de riesgo que peor se controlan en la enfermedad cardiovascular son, en opinión de Manuel Suárez Tembra, de La Coruña, la obesidad, el tabaquismo, la hipercolesterolemia, la diabetes y la hipertensión.
Con respecto al primero, es un factor de riesgo de difícil control porque no hay un tratamiento específico y está asociado a otras patologías, como la diabetes. Además, las dietas no siempre dan buenos resultados y dependen mucho del interés que el paciente ponga en ellas. En los casos en los que se obtienen resultados positivos, no suelen ser duraderos a largo plazo. Para mejorar esta situación, habría que implementar medidas desde la infancia y más dedicadas a cambiar los hábitos alimentarios, que a la restricción dietética.
El gran problema del tabaquismo es que está muy arraigado, por lo que hay que implementar medidas eficaces de prevención entre los más jóvenes.
Según el especialista, la hipercolesterolemia es cada vez más frecuente. No obstante, “todavía hay médicos que no lo consideran verdaderamente importante y en muchos casos se limitan a indicar un tratamiento sin fijar el objetivo dependiendo de los otros factores de riesgo que tenga el paciente. Además, son tratamientos de por vida y la adherencia no es buena, es una patología que casi no tiene manifestaciones externas por lo que a veces el riesgo es poco valorable por parte del enfermo”, asegura Manuel Suárez Tembra, quien considera que se debe hacer más hincapié en el cumplimiento del tratamiento y cumplir mejor los objetivos por parte del medico.
Implicación del paciente
Santiago de la Fuente Guerra recuerda que a la hora de manejar estos factores de riesgo, los que más se resisten son el tabaquismo, por la adicción y dependencia, y la obesidad abdominal, por falta de ejercicio físico adecuado y por las adicciones alimentarias.
Ángel Juan Pérez, de Zaragoza, explica que el mal control de los factores de riesgo se debe, en parte, a que el paciente tiene que tomar decisiones al respecto. En esta misma línea se manifiesta Luis Javier González Elena, de Salamanca, al afirmar que ese mal control se debe a la falta de conciencia de enfermedad y del daño tan importante que pueden llegar a generar estas patologías. Esta falta de conciencia lleva a no cuidar los factores causantes de estas enfermedades, como pueden ser la alimentación, el ejercicio físico, los hábitos saludables. También llevan a no entender la toma de medicación, generando una baja adherencia terapéutica que evolucionará al no control de la enfermedad.
El especialista añade que percibe un peor control entre la población de mediana edad, entre 40 y 60 años, y los varones. Santiago de la Fuente Guerra coincide en este punto con Luis Javier González Elena al comentar que quizás en los varones sean más difíciles de controlar esos factores de riesgo.
Pautas para mejorar
Para mejorar esta situación, el especialista salmantino propone implantar programas de Educación para la Salud, donde enfermería cobra un papel destacado. Se deben llevar a cabo de manera reglada y periódica aprovechando las revisiones. Las pautas que les enseñan se pueden ver reforzadas por el personal médico. Otra opción es recurrir a la Educación para la Salud grupal, con charlas y sesiones dirigidas a grupos con patologías comunes. “En estas charlas grupales, contar las experiencias a otras personas cercanas de características parecidas y que han sufrido las consecuencias del mal control ayuda a sensibilizarse, a ver y a ser conscientes de las posibles las consecuencias negativas”.
Asimismo, Santiago de la Fuente destaca la importancia de los nuevos fármacos antitabaco, las unidades antitabaco dependientes de los Servicios de Neumología y la sensibilización de los médicos de Familia en este campo. Estimular y motivar a la realización de ejercicio físico pautado y fomentar la formación para hábitos alimenticios saludables son otras propuestas que pueden ayudar a mejorar el control de los factores de riesgo cardiovasculares.
Otros factores como la diabetes mellitus y la hipertensión son también difíciles de controlar por lo complejo de las patologías, la mala adherencia a los tratamientos y la propia evolución de los procesos patológicos, habría que implementar más prevención y favorecer el cumplimiento terapéutico.
La obesidad y el tabaquismo, factores de riesgo cardiovascular que peor se controlan
Para mejorar esta situación los expertos proponen implantar programas de Educación para la Salud
Clara Simón
10 de octubre 2017. 12:00 pm