Utilizar un mismo fármaco durante varios años es uno de los retos de la Reumatología. También en el caso de patologías crónicas como la
artritis reumatoide, artritis psoriásica y espondilitis anquilosante. En este sentido,
los expertos cada vez valoran más la llamada persistencia del fármaco a la hora de valorar los medicamentos.
A este respecto,
golimumab, el fármaco anti-TNFα de MSD ha conseguido
persistencia terapéutica tras siete años de tratamiento. Así lo ha dado a conocer el nuevo subanálisis del Registro Biobadaser, que se ha presentado en el
congreso virtual EULAR.
“Ya se habían publicado datos en vida real con golimumab que habían mostrado la persistencia del tratamiento a cinco años. En este caso, vamos un paso más allá y mostramos datos tras siete años”, explica Manuel Pombo, especialista en Reumatología del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela.
En concreto, los datos presentados en este póster recogen
una persistencia en vida real de golimumab del 71,7 por ciento el primer año, 60,5 por ciento el segundo, 55,6 por ciento el tercero, 50,6 por ciento el cuarto, 45,1 por ciento, 44,2 por ciento el sexto
y 39,5 por ciento el séptimo.
La persistencia del fármaco en patologías inflamatorias
Estos datos confirman que
golimumab puede ser una clara una opción para pacientes con patologías inflamatorias crónicas. Este sería el caso de la artritis reumatoide, artritis psoriásica y espondilitis anquilosante. Todo ello teniendo en cuenta que la persistencia terapéutica es un concepto que cada vez cobra mayor relevancia en el área Reumatológica.
“Con los avances habidos en las dos últimas décadas en el manejo de las patologías inflamatorias hemos pasado de intentar controlar el daño producido por la enfermedad a procurar evitarlo”, insiste Pombo.
El experto añade que “cada vez tratamos a los pacientes en fases más precoces y cada vez nuestros pacientes tienen una mayor supervivencia, lo que demanda que tengamos fármacos que se puedan utilizar durante años”. Asimismo, Pombo concluye que
a los profesionales les genera “seguridad” el prescribir fármacos que han demostrado una persistencia prolongada en vida real.
