En un sistema sanitario con dificultades para hacer frente a la creciente demanda con los recursos limitados de los que dispone, es imperativo el establecimiento de prioridades de manera eficiente, programada y transparente, según se ha puesto de manifiesto en la presentación del libro “¿Priorizar Servicios Sanitarios o salir del paso? (Prioritising Health Services or Muddling Throug?)”, celebrada hoy en la sede de la Organización Médica Colegial.
Esta obra es el último número de la Colección ‘Economia de la Salud y Gestión Sanitaria’, dirigida por el profesor Vicente Ortún, de la Univesidad Pompeu Fabra, de Barcelona. Coordinado por la Asociación Española de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (AEETS), está editado por Springer Healthcare y patrocinado por Celgene.
Diversos expertos ofrecen en el libro su visión acerca de cómo dar respuesta a la necesidad por parte de los gestores y responsables de las políticas sanitarias de fijar una priorización a la hora de ofrecer los servicios sanitarios. Algunos de ellos han estado presentes en la presentación de la obra para ofrecer su punto de vista sobre cómo priorizar de manera adecuada. Una de ellas es María Callejón, catedrática del Departamento de Política Económica y Estructura Económica Mundial de la Universidad de Barcelona, que ha afirmado echar de menos algún tipo de mecanismo que establezca criterios comunes en la toma de decisiones.
En su opinión, debería existir un organismo de prestigio independiente, transparente y científico que establezca las prioridades sanitarias a largo plazo y realice una monitorización y un seguimiento. Considera que España tiene de los mejores indicadores de salud del mundo y un sistema sanitario de calidad, pero adolece de una planificación para hacer frente a los problemas sanitarios del futuro, generados por factores como el envejecimiento y el crecimiento de las desigualdades.
Afirma que existen diversos factores que condicionan las decisiones en la gestión pública, como los grupos de presión, la inercia burocrática del aparato gubernamental, el funcionamiento de la democracia en sí y otros problemas como la provisión privada de los bienes colectivos, vinculada al aumento del interés comercial que supone el sector sanitario.
Racionamiento, mejor que priorización
Los avances médicos y tecnológicos tienen como contrapartida que no pueden estar disponibles para toda la población ni en el mismo momento, por lo que la priorización es inevitable, según ha expresado Ángel Puyol, profesor del Departamento de Filosofía Moral y Política de la Universidad Autónoma de Barcelona, otro de los autores del libro. Según ha afirmado, la palabra adecuada, más que priorización, es racionamiento, porque indica que hay escasez de recursos, que la toma de decisiones debe ser eficiente y que además debe ser justa.
Sin embargo, cree que hay que asumir que el racionamiento siempre perjudicará a determinadas personas que no accederán de igual forma a los servicios sanitarios, y para hacer frente a esto apuesta por la transparencia y la justificación pública, es decir, rendir cuentas, con procedimientos justos de lección y legitimidad democrática.
Una de las medidas a valorar, según este experto, es priorizar a los pacientes más corresponsables con su salud; sin embargo, ha apuntado que, cuanto más se insiste en la responsabilidad individual, menos solidario se es.
Obligados a pensar en el largo plazo
Otra de las coautoras, Beatriz González, catedrática del Departamento de Métodos Cuantitativos en Economía de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, opina que la necesidad de priorizar debe instalarse como un valor. Entre las ideas que ha aportado en torno a la priorización en salud pública, destaca que no se suele implantar esta política porque obliga a pensar en el largo plazo. Considera además que la priorización se acaba realizando de manera tácita y no explícita, de modo que se constata a posteriori.
También ha subrayado la dificultad de tomar decisiones cuanto más genérico es el marco, y ha destacado que, para priorizar, previamente es necesario fijar de manera más decidida políticas de evaluación económica. Ha afirmado que, en el terreno de la salud pública, la priorización está menos desarrollada porque el marco es más amplio. De hecho, considera que hay políticas de salud “huérfanas”, como las de salud pública, entre otros motivos porque son interdepartamentales y porque quien toma la decisión a veces no asume sus consecuencias.
Coincidiendo con María Callejón, también ha enfatizado la necesidad de llevar a la práctica las priorizaciones que se establezcan y hacer un seguimiento de su implantación. Esta experta ve útil que se realice una evaluación del desarrollo de los planes de salud, puesto que ello permitiría aprender de los errores para poder avanzar.
Salvador Peiró, moderador del debate, codirector del libro y secretario de la AEETS, ha puesto sobre la mesa la dificultad de la priorización, puesto que siempre implica anteponer a parte de la población en la asignación de los recursos.
La priorización de los servicios sanitarios debe ser sistemática y transparente, según expertos
Presentan el libro '¿Priorizar Servicios Sanitarios o salir del paso?' en la sede de la Organización Médica Colegial (OMC)
Laura Jordán
31 de enero 2018. 2:00 pm