La psoriasis -que afecta a entre un 2 y 3 por ciento de la población- aumenta los factores de riesgo cardiovascular, ya que está demostrado que la carga inflamatoria de la enfermedad contribuye al mayor riesgo cardiovascular de estos pacientes. En concreto, la psoriasis produce un aumento de los factores de riesgo cardiovascular como hipertensión arterial (30 por ciento), diabetes mellitus tipo II (5-16 por ciento) y obesidad (32-60 por ciento). Esto es así porque, aunque se considera a la enfermedad psoriásica como una condición inflamatoria crónica sistémica, que afecta fundamentalmente a la piel y las articulaciones, también puede afectar a otros órganos y tejidos y acompañarse de frecuentes comorbilidades, fundamentalmente el síndrome metabólico y los factores que lo componen.
Así se ha dado a conocer en la tercera edición de la Jornada Cardiovascular, celebrada este fin de semana en Segovia por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), en colaboración con la Sección de Cardiología Clínica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), por parte de Marta Valero -reumatóloga del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid y representante de la Sociedad Española de Reumatología (SER), y de Yasmín Drak Hernández, médico de familia del Centro de Salud Los Rosales de Madrid.
De esta forma, se confirma que esta patología se asocia a un aumento de la morbimortalidad cardiovascular (cardiopatía isquémica, insuficiencia cardiaca congestiva, ictus, arteriopatía periférica) en comparación con la población general, lo que condiciona la necesidad de establecer un cribado activo de los factores de riesgo cardiovascular del paciente e instaurar el tratamiento adecuado cuando sea necesario.
El papel del médico de familia
La otra idea que salió a relucir en este foro es que los médicos de Atención Primaria son los profesionales encargados del cuidado más frecuente del paciente. En este sentido, se puso de manifiesto que son quienes pueden realizar el cuidado y abordaje del riesgo cardiovascular mediante la implementación de medidas de prevención primaria (como el fomento del ejercicio físico, las normas dietéticas adecuadas, el control del peso o el abandono del hábito tabáquico), o secundarias (como la indicación de terapias hipolipemiantes, antidiabéticos o antiihipertensivos cuando sean necesarios).
Cabe recordar que debido a la complejidad de la enfermedad, el abordaje de la misma debe realizarse desde un enfoque multidisciplinar. En este sentido, debe existir comunicación y coordinación entre reumatólogos, dermatólogos y, según la afectación, de otros especialistas. Pero resulta especialmente necesaria la coordinación y colaboración con los médicos de Atención Primaria, ya que son los profesionales encargados del cuidado más frecuente del paciente.
La psoriasis produce un aumento de los factores de riesgo cardiovascular
Aunque la enfermedad psoriásica siempre se ha relacionado fundamentalmente con la piel y las articulaciones, puede afectar a otros órganos y tejidos y acompañarse de frecuentes comorbilidades
El Médico Interactivo
19 de noviembre 2018. 1:50 pm