La Sociedad Española de Radiología Médica (
SERAM) pone de manifiesto que la radiografía simple y la ecografía son las pruebas de imagen más frecuentes en el diagnóstico infantil. La
radiología simple del tórax es una prueba habitual para problemas respiratorios tan recurrentes en la población infantil. También para la valoración osteoarticular ante traumatismos y contusiones igualmente habituales en el niño. Por su parte, la
ecografía permite explorar la práctica totalidad del cuerpo de los niños porque tienen poca grasa corporal. Esto proporciona una imagen con mucho detalle en la ecografía, en especial de abdomen y pelvis. También ofrece como beneficios importantes el hecho de utilizar ultrasonidos y no radiaciones ionizantes.
Sin embargo, con motivo del Día del Niño, desde SERAM recuerdan que es importante ajustar protocolos específicos en el uso de pruebas de imagen que conlleven radiaciones ionizantes en los niños. Es igualmente importante considerar también dosis variables según patología. Por ejemplo, para una
TC craneal de control de talla ventricular se reduce entre un 50 y un 70 por ciento la dosis habitual. Para valorar problemas de configuración del cráneo, tales como cierre precoz de las suturas craneales o disostosis craneofaciales, se podrá r
educir hasta 10 veces el impacto de radiación si se compara con la TC craneal utilizada para explorar un niño con traumatismo cráneo-encefálico.
Pruebas de imagen en el diagnóstico infantil
Francisco Menor Serrano, miembro de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) y jefe de la Sección de Radiología Infantil en el Hospital Universitario y Politécnico La Fe, aporta más claves sobre las pruebas de imagen en el diagnóstico infantil. En concreto, recuerda que hay tres diferencias a remarcar entre la exploración de adultos y niños.
La primera, es que el niño muestra una
mayor sensibilidad a las radiaciones ionizantes dado su menor tamaño y el continuo crecimiento de sus órganos. Por ello, el porcentaje de estudios mediante tomografía computarizada (TC) es muy inferior al realizado en el adulto. Por otra parte, existe una
mayor necesidad de sedaciones en el grupo pediátrico sobre todo para obtener estudios de resonancia magnética (RM). No obstante, esta requiere tiempos prolongados de exploración, entre 20 y 60 minutos. Por último, recuerda que el acompañamiento en los niños (por parte de la madre o el padre) en sala de exploración es un elemento de ayuda para obtener la colaboración espontánea y poder explorar al menor.