El riesgo cardiovascular es la probabilidad de sufrir ECV en un plazo de tiempo determinado. Para el cálculo del riesgo cardiovascular se incluye la mortalidad cardiovascular y el conjunto de las complicaciones cardiovasculares letales y no letales, entre las que se encuentran las complicaciones cardioisquémicas. El…
El riesgo cardiovascular es la probabilidad de sufrir ECV en un plazo de tiempo determinado. Para el cálculo del riesgo cardiovascular se incluye la mortalidad cardiovascular y el conjunto de las complicaciones cardiovasculares letales y no letales, entre las que se encuentran las complicaciones cardioisquémicas.
El tiempo a tener en cuenta es variable, pero lo más normal son 10 años. En función de de las variables incluidas, el cálculo se modificará según la conceptuación del riesgo, que puede hacerse de forma cualitativa (alto, intermedio o bajo) o cuantitativa (probabilidad numérica de sufrir la complicación considerada en el periodo establecido).
Los pacientes con alto riesgo cardiovascular son los que tienen un riesgo entre un 5 y un 10 por ciento de mortalidad cardiovascular a los 10 años. Para conocerlo, se deben estratificar a los pacientes asintomáticos utilizando una escala de riesgo validada para la población en estudio.
Estratificación
En España, la escala que más se utiliza es SCORE, que tiene en cuenta la edad, los niveles de colesterol total, cifras de presión arterial sistólica y el tabaco. Además de las escalas de riesgo, también se pueden clasificar a los pacientes en alto o muy alto riesgo cardiovascular por los antecedentes médicos, como el haber presentado un evento cardiovascular previo, que condiciona un riesgo cardiovascular muy alto, y ser diabético que, según los años de evolución y/o afectación de órganos diana, conlleva que el paciente sea considerado de muy alto riesgo cardiovascular. Los pacientes con hipercolesterolemia familiar sin otros factores de riesgo cardiovascular también se encuentran en este grupo.
Colesterol
El descenso en los niveles del colesterol, sobre todo del C-LDL, se relaciona con una reducción en la aparición de la enfermedad coronaria. La principal consecuencia del exceso de colesterol en la sangre es el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares. Numerosos estudios han demostrado una relación entre los niveles de colesterol en la sangre y la incidencia de enfermedades cardiovasculares, ya que estas son más frecuentes en sujetos con hipercolesterolemia que en los sujetos con niveles bajos de colesterol-LDL.
Asimismo, se ha observado que la reducción de los niveles elevados de colesterol-LDL disminuye la incidencia de enfermedades coronarias. Sin embargo, el riesgo que confiere cualquier nivel de colesterol en la sangre depende también de la coexistencia de otros factores de riesgo, como los niveles de presión arterial, la diabetes, la edad, el sexo o el tabaquismo.
Guía de práctica clínica
Por eso, las guías de la Sociedad Europea de Cardiología para el tratamiento de las dislipidemias establecen reducir el riesgo de aterosclerosis CV en adultos, ya que se destaca la importancia de la reducción de LDL-C para prevenir los eventos cardiovasculares. Según los resultados de los metanálisis, la reducción de eventos vasculares es dependiente de los niveles de LDL-C; cuanto mayor es la reducción absoluta de LDL-C, mayor es la reducción del riesgo CV. Los beneficios relacionados con la reducción de LDL-C no son específicos para la terapia con estatinas y no se ha definido ningún nivel de LDL-C por debajo del cual cese el beneficio o se produzca daño. Por eso, es recomendable reducir el LDL-C al nivel más bajo posible, al menos en pacientes con un riesgo CV muy alto y se tiende a conseguir una reducción mínima del 50 por ciento para la reducción de LDL.
Objetivos a alcanzar
Con respecto a los objetivos del control en la dislipemia, hay que tener en cuenta los distintos grupos. En prevención secundaria para pacientes en riesgo muy alto se recomienda una reducción de C-LDL del 50% desde el basal y un objetivo de c-LDL<55 mg/dl; en prevención primaria para pacientes en riesgo muy alto, pero sin HF, se recomienda una reducción del c-LDL > 50% desde el basal y un objetivo de c-LDL <55 mg/dl; en prevención primaria para pacientes con HF en riesgo muy alto se debería considerar una reducción del C-LDL 50% desde el basal y un objetivo de c-LDL<55 mg/dl; para pacientes con ECVAE que experimentan un segundo evento vascular a lo largo de 2 años, no necesariamente del mismo tipo que el primer evento, durante tratamiento basado en máxima dosis tolerada de estatinas, se puede considerar un objetivo de c-LDL<40mg/dl; en pacientes en riesgo alto se recomienda una reducción del C-LDL > 50% desde el basal y un objetivo de c-LDL<70mg/dl; en pacientes en riesgo moderado se debería considerar objetivo de c-LDL<100mg/dl y en los de riesgo bajo se puede considerar un objetivo de c-LDL< 116 mg/dl.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Cardiología Pablo González Pérez, Miriam Martin Toro, Eduardo José Martínez de Morentin Laurenz y Francisca Francisco Aparicio, del Hospital Puerto Real, y Manuel Cancho Maña y Oreste Vaccari, los médicos generales Emilio Ruiz Jarillo, Andrés Álvarez González y José María Fernández Toro, y el internista Inocencio Hernández Batueca, del Centro de Salud San Jorge, en Cáceres.