A través de su Grupo de Trabajo sobre Género, Diversidad Afectivo-Sexual y Salud, la sociedad científica ha advertido de algunas de las claves en la lucha contra esta lacra
La Sociedad Española de Epidemiología (SEE) considera la violencia sexual en menores un problema de Salud Pública y demanda más recursos para prevenirla. Así, a través de su Grupo de Trabajo sobre Género, Diversidad Afectivo-Sexual y Salud, la sociedad científica ha advertido de este problema….
La Sociedad Española de Epidemiología (SEE) considera la violencia sexual en menores un problema de Salud Pública y demanda más recursos para prevenirla. Así, a través de su Grupo de Trabajo sobre Género, Diversidad Afectivo-Sexual y Salud, la sociedad científica ha advertido de este problema.
De acuerdo con datos del Ministerio del Interior, el
50,8 por ciento de las víctimas de delitos contra la libertad sexual en 2020 fueron menores de edad. La gran mayoría de las personas expuestas son niñas y chicas adolescentes, mientras que la generalidad de los perpetradores son chicos adolescentes. De hecho, una de cada dos víctimas de delitos contra la libertad sexual cometidos en 2020 era menor de edad, según datos del Ministerio del Interior.
Así, según la SEE la identificación temprana, el apoyo emocional, la colaboración con la justicia y la adopción de actitudes críticas frente a la pornografía son claves para frenar la violencia sexual entre menores.
La Sanidad en la violencia sexual en menores
También el sector de la salud juega un papel fundamental en la respuesta a la violencia sexual en menores. Los y las profesionales de la salud, especialmente de la Pediatría, la Psicología y la Atención Primaria, deben
contar con la formación necesaria para detectar precozmente estas situaciones. También brindar apoyo y tratamiento a los niños y niñas afectados.
Además, la
SEE señala la necesidad de
implantar “protocolos claros” para la atención sociosanitaria de las víctimas, así como garantizar que estas reciban el apoyo emocional y psicológico que puedan necesitar.
Todas las formas de violencia sexual en menores tienen un impacto devastador sobre las víctimas, que incluye daños físicos y psicológicos a corto, medio y largo plazo. A pesar de ello, la SEE lamenta que, a menudo, estos casos pasan percibidos y no son denunciados, lo que dificulta su prevención y su tratamiento.